Al margen de la penosa historia del mártir utilizado para ocultar las procelosas relaciones entre nazis y comunistas, Ricardo Bloch me envía desde Buenos Aires un enlace sobre Marc Bloch, un historiador de primera envergadura mundial: él si fue resistente de la más primera hora. Fue torturado y fusilado por la Gestapo. Y murió gritando: “¡Viva Francia..!”.
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Ricardo Bloch me envía un texto muy emocionante, los Recuerdos y reflexiones de un hijo sobre su padre. Texto y voz de Etienne Bloch:
La coincidencia de la fechas me obliga a empezar mi comunicación evocando la muerte de mi padre. Exactamente hoy, hace cuarenta y dos años cuando, al anochecer, a mi padre (y a otros veintinueve prisioneros) le sacaron encadenado de la cárcel de Montluc y le subieron a una camioneta. Después de una hora de trayecto, se detuvo el vehículo al pie de un campo cerca del pueblo de Saint-Didier-de-Formans (en el Ain). Mi padre y sus compañeros, de los cuales dos sobrevivieron, fueron abatidos con metralleta en ese campo, en donde se alza hoy un monumento. Si creyera en la validez de ese tipo de ritual, hubiera podido acudir al pie del monumento o recogerme delante de su tumba en el cementerio de Bourg d’Hem (en la Creuse) ; pero no lo necesito. [ .. ]
EM Parrilla says
Desde Sevilla
Q,
De Héroes y Maestros …
El también historiador Raymond Bloch -Jefe de Estudios de la Escuela Práctica de Estudios Superiores- en su Prefacio al libro del maestro Jérôme Carcopino…La Vida Cotidiana en Roma en el apogeo del Imperio…recordaba así su paso por Palazzo Farnese…Fue en 1939, un poco antes de la última guerra, cuando apareció La vida cotidiana en Roma en el apogeo del Imperio. Personalmente, guardo un preciso recuerdo de aquel hecho. Jérôme Carcopino era entonces director de la Escuela Francesa en Roma, y yo acababa de llegar al Palacio Farnesio junto con los otros miembros de la Escuela. Los especialistas de la Antigüedad, de la Edad Media y del Renacimiento solíamos reunirnos en una de las salas más pequeñas de la biblioteca, en el «estudio», cuyas ventanas se abrían al majestuoso patio del palacio. A Jérôme Carcopino le gustaba salir de su despacho de director para hacernos frecuentes y amistosas visitas. Un día, sin decirnos nada, dejó sobre nuestra mesa de trabajo un nuevo volumen, su Vida cotidiana en roma. Entonces no sabíamos que acabábamos de recibir uno de nuestros más fieles compañeros de estudios…
Gracias, Q…
EM
JP Quiñonero says
EM,
… uauuuuuuuuuuuuuu… que cita tan bella…
Q.-