La UE parece aquejada de la enfermedad espiritual de la melancolía, cuando Rusia se reconstruye con brutalidad que inquieta a los grandes consumidores de energía, a las víctimas de las violaciones de los derechos humanos y a los pueblos que temen la paz impuesta por los ejércitos de ocupación.
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El nuevo Tratado de Lisboa nos recuerda que la prosperidad futura continúa hipotecada a la dependencia energética. El 40 % de las importaciones europeas de gas y el 30 % de las importaciones de petróleo bruto provienen (2005) de Rusia.
El nuevo Tratado europeo permitirá iniciativas populares que no frenarán las “tentaciones centrífugas” en Bélgica, Escocia o España. Y es el presidente Putin quien ha recordado a la UE los riesgos de “estimular los separatismos”, en Kosovo. Recuerdo interesado: el modelo ruso de preservar la integridad territorial del Estado es la intervención implacable de los cuerpos de ejército.
El nuevo Tratado permitirá bizantinas iniciativas, sin zanjar acuciantes dilemas inmediatos: ¿Cómo indisponerse con el gigante ruso, tercer interlocutor comercial de la UE, cuando Europa crece menos rápido que los EE.UU. y las grandes potencias emergentes? ¿Cómo evitar el chantaje energético ruso? ¿Cómo denunciar las violaciones de los derechos humanos en Moscú? ¿Cómo evitar la proliferación de armas nucleares en Irán? ¿Cómo combatir las amenazas terroristas que proliferan en todas las fronteras de Europa, cuando Turquía, que aspira a ingresar en la UE, no duda en intervenir militarmente en el norte de Irak..?
Moscú y la UE discuten de esos y otros problemas, a la espera de lejanos acuerdos. Rusia habla de enérgica manera en la escena mundial cuando Europa tartamudea a través de bizantinas administraciones. Los melancólicos soliloquios europeos contrastan con la brutalidad que Merkel y Sarkozy han osado denunciar en el comportamiento de Putin. La UE cree comprar tiempo, cuando los millonarios y mafias rusas también se instalan en los palacios europeos que compran con dinero de diversa procedencia.
Luis Rivera says
Q, invernaré en el bosque lko más lejos posible de todo eso.
Por cierto que aquí ha llegado un ruso, ha comprado un terreno y se ha hecho una casa. Es hombre cordial que al saber que yo era catalán, viendo mi casa que es una torre cuadrada de muros de piedra y tejado a dos aguas, más castellana en lo que pueda recordar su factura moderna, por poner un ejemplo, me dijo: «te has hecho una estupenda masía catalana» Ahora que lo dices, pienso en Putín y en su brusquedad heredera de la KGB y en la falta de conocimiento de la realidad arquitectónica de mi vecina Anatol, que siembra coles en su huerto para hacerse una de esas sopas que son comunes a Shojolov y a Dostoiewsky.
Luis Rivera says
Q, invernaré en el bosque lko más lejos posible de todo eso.
Por cierto que aquí ha llegado un ruso, ha comprado un terreno y se ha hecho una casa. Es hombre cordial que al saber que yo era catalán, viendo mi casa que es una torre cuadrada de muros de piedra y tejado a dos aguas, más castellana en lo que pueda recordar su factura moderna, por poner un ejemplo, me dijo: «te has hecho una estupenda masía catalana» Ahora que lo dices, pienso en Putín y en su brusquedad heredera de la KGB y en la falta de conocimiento de la realidad arquitectónica de mi vecino Anatol, que siembra coles en su huerto para hacerse una de esas sopas que son comunes a Shojolov y a Dostoiewsky.
o.b.s says
Es Usted todo un personaje.
Lástima que jamás pueda conocerle.
Un saludo
y un enorme abrazo
JP Quiñonero says
Luis, o.b.s.,
.. Luis, tu bosque / emboscadura es un poco el bosque cobijo que todos buscamos. En día y medio de viaje de ida y vuelta al Maresme catalán me he topado con media docena de personas relacionadas con rusos que compran con argumentos de muuuuuchoooo peso.
.. o.b.s… hombre, te pones un plan.. vale por el abrazo, claro… pero ese Usted y el «personaje», que tanta barba me ponen, me recuerdan el instante fatal en el que te diriges a una moza en plan intento de abordaje juvenil, con un «hola, qué tal». Y ella te responde muy seria: «Muy bien, y Usted». Recordándote…
Bromas a parte, Gracias,
Q.-