En Londres, Munich, Paris, Buenos Aires, España se percibe atada a la tierra baldía de un campo de tumbas profanadas.
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Y la sentencia del 11-M se percibe indisociable de la manipulación política de la memoria histórica, azotando la vida cívica con tormentas de basura.
● BBC, Verdict due on Madrid train bombs. A la inquieta espera del veredicto, temiendo que no haya fin para las dudas.
● Sueddeutsche Zeitung, Das Ende der Verschwörer. A la espera del fin de los conspiradores.
● Les Echos, Espagne : le poids de la mémoire. Las instituciones, amenazadas.
● La Nación, La salida del laberinto. Recordando con respeto el premonitorio laberinto de Gerald Brenan: “Parecería, en una primera lectura, que tanto el Partido Popular como el Partido Socialista se están apartando del espacio convergente del centro político” [ .. ] “…pero esa atmósfera de difícil concordia comenzó a empañarse a principios de este siglo, como si la tentación de una fuga hacia los extremos rondase una vez más en torno de los usos políticos de la memoria. Esta súbita resurrección de pasiones que se creían apagadas se condensa en tres grandes temas: la radicalización de los regionalismos y del nacionalismo; la polémica entre valores contrapuestos en el plano familiar, sexual y educativo; la reparación política, en términos legislativos, de la memoria y los ataques dirigidos a la legitimidad de la monarquía.”
Mortadelo says
Parece que estos alemanes y argentinos tiran con bala, o así.