Agnóstico en profecías y creencias ideológicas, pero sensible al análisis clínico, diplomático, ayer me apresuré a contar, citando a la Deutsche Welle, la BBC y Le Monde, como los populismos revolucionarios y nacionalismos dinamitan la integración económica de las Américas. Hoy leo con interés un análisis que cuenta con cierta minuciosidad como las muy diversas y antagónicas izquierdas se están devorando en las Américas, precipitando nuevas formas de enfrentamientos políticos, nacionales, culturales, etc.
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El Faro, El Salvador, 12 noviembre 2007
Luis Fernando Valero
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A la izquierda chavista, postcubana, marxista, bolivariana se le une una izquierda indigenista, ancestral, comunitaria de Evo Morales de Bolivia, a la que ahora también se suma la de Rafael Correa de Ecuador que es más nacionalista que izquierdista y que es mas doctrinaria que política en un país en donde cada día se vacía más de sus nacionales y a los que les urge encontrar una auténtico camino para desarrollar sus países. Aunque mucho nos tememos que con las doctrinas que practican y sus actos van hundir más a sus países en la miseria por la indefensión jurídica que practican, no acorde con las reglas del juego, de un mundo cada vez más globalizado.
Nadando a favor de la corriente pero de una manera lateral está Alan García, miembro de un partido de solera en el socialismo izquierdista, que ya gobernó y perdió una gran ocasión histórica. Ahora de nuevo intenta volver a aprovecharla y no se une a los cantos chavistas sino que desea que Washington y Bruselas le den el espaldarazo para poner a su país en la senda de enriquecerse y ganar peso económico en el concierto mundial global.
En esta línea de estar bien con todos y poner huevos en todas las canastas está el nicaragüense Daniel Ortega reciclado de guerrillero izquierdista procubano, amigo de Chávez para que le financie obras públicas y refinerías pero que también pone una vela a los amigos capitalistas de su nuevo amigo el cardenal Obando, y a su vez no le hace ascos a recibir el presidente de Irán, que también tiene petróleo que es lo que el necesita y es un “apestado” de ciertas gentes de su área habitacional.
En este mundo centroamericano se suma un socialista recién estrenado, que no ha tomado posesión de su curul. Es un socialista más de libro moderno, Álvaro Colom. También en Centroamérica nos encontramos con otro de difícil calificación. Hay quien le denomina socialdemócrata derechista, que lo es, pero no tanto, que jugó un papel importante y que hoy en segunda ocasión intenta querer repetir el papel pero nunca segundas partes fueron muy exitosas, nos referimos al tico Oscar Arias. Y en Panamá hay otro izquierdista más familiar que vivencial que es Torrijos
Y luego está Tabaré Vázquez, uruguayo que es también de nombre izquierdista pero que desea que no se le note mucho, él va a lo suyo, y que desea que las multinacionales encuentren su acomodo en su país que son los que invierten y generan riqueza aunque ello de problemas.
Y nos queda otro como gobernante con mando en plaza el izquierdoso del posibilismo izquierdista contra la pobreza, Lula, el brasileño que sabe que la izquierda, aun puede hacer algo, aunque ha visto lo difícil que es en ocasiones adecuar las ideas a la práctica y que el corazón de los compañeros es débil y se corrompe fácilmente manchando la honra y la fama de años de sufrimiento. Y estás son las izquierdas que están en esta 17 Cumbre Iberoamericana. Hay otras pero no gobiernan como la de México que se diluye en fantasmas y gobiernos paralelos que no van a ningún sitio y que acusan de los desastres naturales a los gobernantes aunque no sean ellos los culpables.
Y por ultimo tenemos la izquierdista socialista de pedigrí europeo, cien por cien, que es Rodríguez Zapatero de un izquierdismo cada día más diluido que observa como su partido se está diluyendo en un reino de Taifas socialistas, en que cada “barón” socialista se convierte en un reyezuelo en su autonomía y, en algunas de ellas, para poder tocar poder debe aliarse con partidos que son la negación de su ideología, como son los partidos nacionalistas, antítesis del internacionalismo proletario y obrero de su querido PSOE.
Así que ya vemos que las izquierdas que hay en la cumbre son demasiadas izquierdas como para llegar acuerdos entre sí y si a eso se añaden los problemas de los otros no izquierdistas la cosa no llegará muy allá.
- Las negritas son mías.
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