Cuando el frío arrecia y las noches llegan muy pronto, preludio de un invierno largo y duro, me recojo intentando poner en orden viejos papeles, escucho viejas habaneras, recuerdos de mi infancia gloriosa.

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CD Habaneras populares, interpretadas por el Coro Tres Ave Marías, dirigido por el joven Murani, años antes de convertirse en un gran concertista internacional.

Y escucho y vuelvo a escuchar cosas de un repertorio inmortal: A ti (letra y música de Ramón Hernández, El Hojalatero), La caña dulce, Niña hermosa, La paloma, Las tres de la mañana… Cierro los ojos. Esas voces de un coro de adolescentes, que hoy serán respetables señoras, me recuerdan a mis padres y mi abuela Encarna, en el patio de nuestra casa de Totana, atacando, entre lágrimas, la historia del amante que se marcha, antes del alba…

… Ya son las tres de la mañana
ya se va acercando el día,
despiértate paloma mía
que tu amante ya se va.

¿Quién?
Ha llamado a tu ventana
¿Que?
Sabrás que algo divino
yo soy tu amante
que sueña siempre
con tu imagen
en el mar.

Ya son las tres de la mañana
es verdad amada mía
que se va flor de alegría
que tu amante ya se va.

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Por los años que yo descubría esa canción, cantada por mis padres y mi abuela, mi viejo condiscípulo Martín López García y yo teníamos 13 o 14 años, y solíamos entonar a dúo, a la salida del Instituto, la heroica Marcha del Coronel Boggie, que sirve de fondo musical para El puente sobre el río Kwai de David Lean.