Es necesario mucho genio visionario para resumir en apenas quince palabras la trágica realidad inmediata que millares de imágenes y millones de palabras no siempre nos resumen de manera tan fiel: “… repúblicas sin historia, guerras de religión sofocadas, revoluciones de costumbres, desplazamientos de razas y de continentes…”
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Cita de Delirios. Alquimia del verbo, de Arthur Rimbaud, traducción de José Antonio Millán Alba.
He vuelto a ese texto tras ojear y hacer las primeras calas en una obra francamente indispensable, Correspondance d’Arthur Rimbaud (Fayard). Presentación y notas de Jean-Jacques Lefrère, que publica no solo el largo centenar de cartas tradicionalmente editadas y correspondientes a la vida estrictamente “literaria” de su autor, si no otros centenares de cartas muy alejadas del comercio convencional con la palabra, el verbo y la cultura. Un océano por explorar.
PS. Aclaración… las amistades suelen ver un homenaje y guiño cultural en el título de este cuaderno. No hubo tal, en su origen primero.
La idea de escribir un blog me la sugirió un amigo francés. Y me pareció algo muy ajeno a mi sensibilidad. Un momento de aburrimiento o debilidad me llevó a vagabundear por los territorios de Blogger… que automáticamente me reclamó: “¡Escriba el nombre de su blog..!”. Aterrorizado, ante las consecuencias de mi osadía infantil, me dije: “Bueno. Esto son cuatro días, una temporada perdido en este infierno de las cosas de Internet”. Y al poner el título en la cabecera del blog advertí que, en verdad, ese título no era ni es mío. Ya lo decía su autor: “YO es otro”.
«Una temporada en el infierno». Creia que con este titulo se trataba de hablar de su vida en Paris…
Ajá….ahora entiendo -por fin- el título del blog que tan intrigado me tenía….
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…. y por cierto tengo que contar lo que me ocurrió el otro día.
Después de La locura de Lazaro quería algo más, y -viendo por Uniliber que tenían en la librería La tarde, de aquí Madrid El misterio de Ítaca, me fui a comprarlo
…media hora buscando el libro… y nada…perdido..hasta que uno de los encargados le dijo-creo- al dueño: “¡Ese libro te lo has llevado a casa!”…
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Al final resultó que dueño de la librería te conocía de la época de “El sindicato” (también conocía a un filosofo que he seguido algo: Carlos Díaz.) Y así pasamos otra media hora hablando de ti.
PD: cuando termine el libro ya me lo venderá!
Joaquín II, Feuilly,
… Joaquín II,
¡Como me emociona y me alegra esta historia..!
¡Un librero que se “roba” así mismo un libro mío… recordando..!
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Los primeros personajes de la Primavera… datan del recuerdo de viejos personajes relacionados con… indisociables del fin de la Locura… misteriosos caminos…
Te agradezco un montón todo eso, claro,
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… Feuilly,
Para mi vivir en París ¡es la gloria…!
Q.-
… sobre la “historia del librero “ querría añadir tres cosas:
-el también estaba bastante emocionado contándome toda esa historia.
-por lo que se ve, él pone en un pequeño “aparte” de la librería, libros tuyos.
-en esta librería compré “De la inexistencia de España”
Internet no es un infierno.