Retrato de grupo, by Weegee.
Con las rentas de sus huertos de naranjos, P* se compró unas acciones que le dan derecho a publicar artículos denunciando los odiosos estragos del más criminal capitalismo mundializado.
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La tarjeta de tal pata negra le permite recibir invitaciones, pagadas con dinero público, para hablar de esos y otros problemas, acompañado, con frecuencia, de R*, novelista insignificante en París, pero repescado con devoción en la desértica meseta cainita para perorar con melancólica nostalgia del fracaso de la revolución maoísta en la capital francesa, hace cuarenta años: tema y personajes que adoran las señoras y señoritos que, como P*, viven de sus rentas familiares, chutándose con la basura de las ideas muertas, intentando propagarlas con subvenciones municipales de los pueblos atacados por la desertización rampante.
¡Y J* me dice Una primavera atroz es “muy negra”..!
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