“PP y PSOE dan agua a Barcelona” [ .. ] “En Catalunya nos sacamos los propios ojos” [ .. ]
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La Vanguardia, 30 abril 08.

La Vanguardia, 29 abril 08.

Embrollo bíblico pasado por agua

Baltasar Porcel

Hoy, con más libertades que nunca en 300 años, en Catalunya nos sacamos los propios ojos.

Cuarenta años atrás tuve, a través de la revista Destino, un rifirrafe con diversas fuerzas vivas y oficiales de Aragón a propósito del agua del Ebro, cuestión entonces ya muy polémica. Y en la que hasta se involucró el obispo zaragozano de la época, auténtica alhaja, al invocar el creacionismo bíblico. O sea, que Dios creó el mundo natural y no se le podía enmendar, por tanto el Ebro le pertenecía a Aragón pues pasaba por allí. Mientras, los catalanes a ver el líquido sólo en el Delta, sin tocarlo.

Donde, y en otros sitios catalanes, ahora se acude a idéntico argumento pseudodivino, pero de insolidaridad interna, para negarnos mutuamente el agua. O sea, que aquí casi sólo han vencido a la fatalidad creacionista, ese sectarismo tan en boga entre los reaccionarios de Estados Unidos, el Caudillo con sus pantanos y planes agrícolas, así como los Borbones ilustrados y centralistas del siglo XVIII.

A propósito leamos al sólido historiador Joan Reglà, catalanista: «La estabilización caracteriza el reinado de Felipe V (el del Onze de Setembre).

Las reformas en la Hacienda, la protección industrial y la supresión de las aduanas interiores contribuyeron a consolidar la situación económica y financiera del país«, ¡de Catalunya en primer lugar! En lo que abundó el reformismo agrario, comercial y docente de Carlos III, incluyendo los canales Imperial y del Ebro…

Para luego, con la Restauración también borbónica, afirmar Catalunya en su notable revolución industrial: es cuando se constituye en la locomotora esa de España. Y así creamos riqueza a cambio de protección aduanera y títulos nobiliarios.

En fin, que sólo deseo aportar algunos datos objetivos, que a menudo se contradicen con la interpretación política que les damos, y con la abusiva práctica a la postre que impone el madrileñismo. Y todo ello para deducir, con cierto realismo y mala baba, que hoy con más libertades que nunca en 300 años, en Catalunya nos sacamos los propios ojos, no nos entendemos con España ni aun estando especies de idéntico pelaje ideológico en la Generalitat y la Moncloa.

Con, además, ese creciente furor anticatalán de otros, como los valencianos, ¿y los andaluces? Y rechazando nosotros con ardor kamikaze los planes hidrológicos del PP, PSOE, CiU y de quien convenga. ¿Quiénes son, luego, y por qué los responsables de tanto disloque? Y ¿quién le pondrá los cascabeles al gato?, ¿qué son los cascabeles y qué gato es el gato? Por tanto, hemos de volver a la Biblia, con Dios que, en Babel, harto de tanta suficiencia de los hebreos – era como si fueran políticos catalanes y españoles-, decidió: «Vamos a bajar y a confundir su lengua, de modo que uno no entienda la de otro». Lo cual aumentará si Zapatero publica las balanzas de pago Catalunya-España, pues siendo los mismos tendremos más embrollo.

Las negritas son mías.
Decíamos ayer…

• Cataluña y la esquizofrenia política.
• Cataluña, víctima de la esquizofrenia política.
• Cataluña y el riesgo de la esquizofrenia cainita.
• Cataluña, víctima de los políticos catalanes.
• Cataluña cainita (3).
• Cataluña invertebrada.
• “La sociedad política catalana está enferma”.
• Cataluña en este Infierno.

Variaciones sobre De la inexistencia de España.