El microcosmos político y periodístico madrileño navega siempre sin rumbo conocido, vociferante en su ruidosa nube tóxica, insignificante pero nociva para la salud cívica.
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Su ferocidad carnicera coincide con insondables rencores, cuyas raíces se pierden en el pozo negro del tiempo, para dar muy tardíos frutos podridos.
Nadie desea recordar, por ejemplo, que Rajoy ya sabía hace varios años que Zaplana y Acebes –símbolos de una realidad mucho más compleja- serían su perdición. Tengo un testimonio directo:
Los V*, tan amables como siempre, organizan una cena donde los comensales hablan con una libertad insospechable para el lector de periódicos.
C*, que fue director general del primer Aznar, comenta, sin tapujos: “Le he dicho a Rajoy que si no echa a Acebes y Zaplana terminará perdiendo las elecciones”.
“Y él ¿qué respondió?”, me atrevo a preguntar.
–Que llevo razón. Pero que no sabe como hacerlo. [Ecos de sociedad, 21 mayo 2007].
● Esperanza, Mariano y el síndrome tóxico.
● Rajoy, las teorías conspirativas y la regeneración pendiente de las derechas.
● 11-M, cáncer, síndrome tóxico y elecciones.
● ¿Tiene cura el cáncer de las “teorías conspirativas”..?.
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