El último domicilio de JR, en París. Baroja y Rilke vivieron en el mismo hotel que R.
Imprescindibles para sobrevivir
Nostalgia del viejo corresponsal de prensa. Maravillas surrealistas…
[ .. ]
● Viaje a Rusia, de Joseph Roth. Traducción de Pedro Madrigal. Edición y posfacio de Klaus Westermann. Ed. Minúscula.
Los fieles entre los fieles de la Radetzkymarsch (La marcha Radetzky, 1932) seguimos con emoción la traducción tardía, dispersa, pero de gran calidad, del resto de la obra de Roth, entusiasmados.
En este caso, su Viaje a Rusia tiene un doble encanto: descubrir una joya muy pura; y recordar de qué vertiginosa manera se ha degradado el oficio de corresponsal de prensa, en el extranjero.
El posfacio de Klaus Westermann ilustra con erudición pedagógica los orígenes de esta espléndida colección de crónicas de periódico. Quienes practicamos el mismo oficio, es un decir, con distinta fortuna, contemplamos la evidencia. Nuestros abuelos y grandísimos maestros difuntos (Camba, Pla, Augusto Asía, Gaziel, Massip, etc.) escribían crónicas que nosotros podemos leer con provecho cincuenta, sesenta, setenta años después. No es fácil que puedan leerse, mañana, un número excesivo de cosas que hoy se publican a diestro y siniestro. Corro un tupido velo. Me queda la nostalgia infinita del antiguo lector de periódicos, descubriendo la prosa espléndida de Roth, describiendo con precisión la agonía de la antigua Rusia, víctima del Terror que todo lo devoraba a su paso, cruzándose aquí o allá con personajes como Isaac Babel o Walter Benjamín.
● Album André Breton. Iconografía escogida y comentada por Robert Kopp. Gallimard, La Plèiade.
Como cada año, la compra de tres volúmenes de una de las mejores colecciones de libros del mundo (sin parejo en castellano), La Pléiade, permite recibir a cambio un Álbum no venal, en tirada limitada, para suscriptores. En este caso, el volumen consagrado a André Breton es algo sencillamente indispensable, para quienes todavía nos emocionamos con las locuras surrealistas. Hay una bibliografía inmensa sobre Breton. Pero este Álbum es algo único, que miro, vuelvo a mirar, acaricio, huelo y leo, aquí o allá, maravillado.
passy says
Intenté que me lo vendieran por favor sin tener que comprar los tres tomos de La Pléiade. El chico que atendía fue a la trastienda. Volvió y dijo que no. Insistí, Llamó al librero, Éste estuvo a punto de ceder cuando puse falsa cara de haber hecho mil kilómetros para comprar el álbum en cuestión, pero finalmente, que si quieres arroz, Catalina.
Abebooks sabrá vengarme en un par de meses.
Salidos
passy says
(Tengo que hacerme ver el lapsus calami del final)
JP Quiñonero says
Miguel,
Hace siglos tuve una amiga que salía con un señor que se llamaba J. Salido.
(No es broma..)
Lo de La Pléiade tiene esas cosas, qué quieres que te diga. En algunas raras ocasiones, he tenido la suerte de recibir algún volumen como regalo. NO ha sido el caso este año, hélas,
Q.-
Marie says
Tambièn a mi me da envidia grande ese Album ABreton, Mr Q.
JP Quiñonero says
Bueno… Mme. Marie, seguro que yo sentiría envidia de alguno de sus libros francocatalanes.
Fernando Valls says
Ya veo que la conexión Roth ha funcionado.
Rafael says
Hola, Juan Pedro:
Autores como Joseph Roth podrán volver, pero el mundo que él vivió no. Supongo que la oferta editorial de entonces, al menos la prensa, era más numerosa que la de hoy en día, pero algunos autores podían destacar más (el paso del tiempo también ayuda a seleccionar, claro, aunque también a olvidar… hmm). Hoy es difícil saber con quién quedarse, predecir quién se leerá mañana, qué es realmente valioso, aunque evidentemente nombres como Juan Pedro Quiñonero y alguno más destacan con luz propia. Además, un autor como Roth hoy en día no tendría el éxito que tuvo en su momento, pues la televisión e internet llegan inmediatamente a cada hogar del mundo y nunca se pudo decir antes igual que ahora eso de que «el mundo es un pañuelo» (o, en su versión moderna, «el planeta Tierra es una aldea global»). Las crónicas berlinesas, las noticias de Viena o los viajes por Rusia que escribió Roth hoy en día darían para un capítulo de Lonely Planet, Paraísos Cercanos o un artículo en National Geographic. O, «peor» aún: para dos minutos en las noticias. Perderían bastante. Ya no nos falta nada por descubrir, aquellos exóticos reinos se alcanzan en un avión en menos de media jornada y cada día nos parecemos todos más de lo que igual deberíamos. Lo bueno de Roth es que pertene a una época que ya no existe y eso nos atrae muchísimo. No sé, Juan Pedro, si tus noticias de París interesarán hoy más que dentro de cincuenta años. Probablemente ganen con los años. Creo, por todo lo dicho, que ser corresponal extranjero hoy en día es una tarea difícil. Pero llegarán otros como Roth, aunque deberán buscar enfoques distintos a los que ofrecen los medios actuales.
(Supongo que conocerás el libro de Soma Morgenstern: Huida y fin de Joseph Roth)
Creo que en España faltan un par de editoriales que mimen sus publicaciones como si cada uno de los libros fuera un ejemplar independiente. Siempre he querido regalar algún libro especial a mis amigos extranjeros y siempre he tenido el mismo problema: no hay en español sellos como Manesse o Suhrkamp (su colección Insel Bücherei es una preciosidad). No obstante, creo que la Fundación Castro, Galaxia-Gutenberg, Gredos, Herder y Siruela dejan el pabellón español bien alto. Otra cosa es encontrar luego un título especial. Pero sí, una de las razones por las que lamento no haber estudiado francés es no poder disfrutar de los ejemplares de La Plèiade. Ah, a ver cuándo termina el culebrón y reeditan a Borges…
JP Quiñonero says
Fernando, Rafael,
… Fernando,
¡Gracias a ti..! Gratitudes.
… Rafael,
Hummm…
Sobre Roth. La gran diferencia entre los corresponsales de ayer y los de hoy es que Roth podía marcharse una temporada a Rusia y escribir un número muy limitado de crónicas de fondo, moviéndose, viajando, comiendo, sin estar demasiado pegado a la actualidad del día. Hoy, estamos atados a la cadena de la “noticia”, que, con frecuencia, no es tal. Pero, sobre todo, NO hay ni espacio ni tiempo para escribir cosas que hoy llamarían “de ambiente”. Con lo cual, la “noticia” tapa, mata y oculta la realidad profunda. Las crónicas de Camba, por ejemplo, son casi siempre “in actuales”: pero su genio verbal y su finura les confieren una actualidad permanente.
Sobre editoriales. Hay editoriales españolas francamente Muy Potables. Solo me atrevería a subrayar dos cosas: Con frecuencia, sienten algo parecido al “desprecio” por todo aquello que sea genuinamente español. Y una fascinación enfermiza por todo lo que llega del extranjero. En otro plano, la cosa comercial se me antoja semejante a una suerte de Marea Negra que todo lo está destruyendo, pudriendo, sepultando en la basura las pequeñas cosas que los medios de incomunicación ocultan con su silencio. No me olvido de las mafias filantrópicas…
Sobre Borges… NO HAY SOLUCIÓN. María odia a Bernés, que odia a María. No deja de ser muy trágico que Borges esté mejor editado en francés que en castellano. Y que esa edición no pueda reeditarse, como consecuencia de los enfrentamientos entre el editor y la heredera.
Q.-
Rafael says
Buenas tardes, Juan Pedro:
De acuerdo en todo.
En el caso Borges, creo que hay una posible solución que pasa por la vía legal: retirar los derechos exclusivos de copyright a Madama Kodama. Hay unas cintas escondidas con revelaciones póstumas muy inquietantes que podrían poner a alguien en su sitio.
Si Borges resucitara en plena facultad física e intelectual y viera lo que esta mujer está haciendo… Con lo mucho que Borges le debe a Galimard. Sin aquella traducción francesa, tal vez Borges hoy sería un nombre olvidado de las letras hispanoamericanas. ¿Quién se ha creído Kodama que es? ¿Qué ha hecho esta mujer? ¿En qué ha mejorado el mundo?
Señor Bernés: saque esas grabaciones y publíquelas. A ver qué cara se le queda a Madama.
JP Quiñonero says
Rafael,
Pues vaya usted a saber.
El azar quiso que coincidiese con MK en el cine, hace meses. Estuvimos hablando. Me contó una sombría discusión en el despacho de AGallimard. Se tiraron de casi todo a la cabeza, el rostro, etc. Conclusión: NO tengo claro que Bernés publique ni pueda publicar nada de sus cintas grabadas con Borges. Por otra parte, María sigue siendo la heredera.
¿Solución..? Ninguna previsible, en vida de ambos.
..
A los pocos días de aquel agradable encuentro fortuito, me llamó María, desde Buenos Aires, totalmente cabreada por un comentario que se deslizó en este Infierno. Comprendí que dejaba de hablarme y me consideraba persona no grata. Cuando viene a París solemos cruzarnos: vivimos a seiscientos metros de distancia.
NO tengo nada claro que vuelva a dignarse dirigirme la palabra. Cosa que lamento…
Q.-
Rafael says
No, Juan Pedro: No tienes nada que lamentar. Yo también me la he cruzado por París y no es plato de buen gusto. Lo que hizo esta mujer no está bien. Es más, ya veremos en qué queda la cosa… Fíjate qué reconcorosa es que, por un comentario, te retiró la palabra. Como si eso fuera un agravio, ¿no? Insisto: Madame no ha hecho nada en esta vida, al margen de ser la heredera del mejor escritor en español de los últimos tres siglos y disponer de esa hacienda a capricho. Mayor capricho, incluso, que si fuera la propia autora. Esta mujer, que se sepa bien, está impidiendo que millones de lectores franceses se pierdan a Borges en Gallimard. ¿Querría esto Borges para la cultura francesa? Pues bien, aquí tenemos a una intrusa que se ha quedado con el pastel. Y los demás a callar. ¿A callar? ¿Cuándo vamos a callar de una vez a esta mujer? ¿Hasta cuándo vamos a seguir soportando? Kodama quiso las cintas de Bernés. Le dijo que si en ellas aparecía la voz de Borges entonces eran propiedad suya (quiero decir, de Kodama). Las risas debieron llegar a BsAs y dieron la vuelta a París. Ay, qué no contendrán… Yo no las escuché, pero sé de alguien que me contó que dicen cosas muy inquietantes para Madama. Lo que no entiendo es por qué razón Bernés no las hace públicas. ¿Porque es un caballero, tal vez? ¿Porque dejarían la imagen de Borges en mal lugar? Ya se han encargado los de Destino y su «intimísimo» amigo Casares de dejarlo mal parado, pero esto es un escándalo. ¿Cuándo dejarán de molestar la obra de un escritor, cuándo le dejarán descansar en paz y cuándo podremos los lectores LEER su obra, que de eso se trata?
Llegará el día en que Kodama ya no pueda retirarle el saludo a nadie porque el mundo le habrá retirado el saludo a ella. A ver si entonces se apea del burro.
Rafael says
Quise decir que Madama está impidiendo que los lectores lean a Borges en Gallimard. Perdón por la equivocación.
JP Quiñonero says
Rafael,
Hummmmm… me resulta dificil tomar partido.
Me crucé con Bernés en alguna ocasión. Y me pareció un personaje complicado, guardando como un tesoro personal unos papeles, cintas, recuerdos, etc., sobre los que me resulta dificil pronunciarme: NO los conozco. Su edición de Borges en La Pléiade me pareción MAGNÍFICA. Creo que escribí un papel al respecto, que no sé donde guardo. Las razones de María NO me parecen totalmente comprensibles. Ella pasa francamente mal entre algunos especialistas. Por el contrario, debo decir que hablando con ella descubrí una mujer simpática y agradable.
El resultado de ese choque de caracteres e intereses es, en efecto, Muy Penoso para los lectores de Borges, que somos muchos,
Q.-
Rafael says
Buenas noches, Juan Pedro:
Diste dos veces en el clavo.
La primera, al escribir que Madama cae gorda a los especialistas («algunos» es una cortesía por tu parte). No te falta razón: cuanto más sabe uno del tema, peor.
La segunda, cuando afirmaste que este asunto es penoso (también para los lectores de Borges).
Más no me atreveré a afirmar en público. Me gustaría dejar algunos asuntos en el aire, para la reflexión, pero serían indicios que levantarían mucha polémica. En vez de eso, invitaría a tus lectores a que lean las últimas páginas del infame Diario de Casares. Esa despedida telefónica, la voz temblorosa, el miedo acechando en cada pausa, en cada silencio y la ruptura abrupta de una amistad que duró décadas. ¿Se despiden así los amigos (aunque Casares opositara después a concejal de Caína con sus memorias)? Ese matrimonio en Uruguay, el viaje a Ginebra lejos de todos sus seres queridos… enfermo… mejor dicho, moribundo… su muerte. Ay, Madama, Madama… ¡quién fuera juez para ajusticiar tanta felonía y tanta…!
Por cierto, Juan Pedro, que KiWi Verlag está publicando las novelas de Roth en unas ediciones realmente vistosas.
Un saludo.
JP Quiñonero says
Rafael,
Bueno… siempre nos quedará la devoción hacia Borges.
Q.-
PS. Los Diarios de Bioy tienen momentos de una rara crueldad. María me dijo considerar infames sus pasajes sobre ella y la ceguera de Borges. Bioy se muestra menos prolijo sobre sí mismo y su ligereza y relaciones triangulares con Octavio Paz y Helena Paz Garro, Sexo, política y corridos mexicanos. Ninguna de esas páginas corresponden siempre a la elegancia presumida en los caballeros.
Rafael says
Claro, Juan Pedro.
Los Diarios de Bioy Casares me dejaron en shock. No leo nada de ese hombre en la vida. Para mí está muerto y bien muerto. No se le hace eso a nadie, menos a un amigo: la peor traición. Qué comentarios escatológicos; qué pródigo al escribir una y otra vez, incansablemente, «Borges vino hoy a comer»; qué bromas crueles a los amigos íntimos (de los que Borges no sale bien parado, pues participa de ellos e, incluso, los inicia en multitud de ocasiones); qué actitud tan lamentable, ir escribiendo a escondidas todas esas páginas… Y encima quieren vendernos el libro como el tributo a una gran amistad. ¿Tributo? Creo que tanta culpa tuvo el señor Casares como la editorial Debate. A mí me ofrecen eso y lo rechazo, lo denuncio y lo condeno.
De todas formas, cuánta paradoja: un escritor sublime y, al mismo tiempo, bueno… El lector debería imponerse una norma: no glorificar al autor a cambio de no investigar sus intimidades.
Un saludo.
JP Quiñonero says
Rafael,
¡Cómo comparto ese rechazo espiritual de toda esa miseria encubierta tras la prosa de un falso gentleman..!
Mea culpa. Siempre pensé (y quizá lo siga pensando) que Bioy es autor de algunas obras memorables, como La invención de Morel. Con el tiempo, su personaje y el personaje de Borges se complicaron con la “anecdotología” (sic). De Borges he preferido no leer nada biográfico, salvo algunos artículos francamente potables de Cacho Paoleti, hablando de sus relaciones con las mujeres. De Bioy, los tales Diarios llegaron a producirme algo parecido a la repulsión. Los leí días antes de cruzarme en un cine con María Kodama. Y el personaje de María me pareció casi angelical, comparado con las facetas correosas de Bioy. Las intimidades amorosas de Jünger, en el París ocupado, me lo hacen más grande. Las miserias íntimas de Bioy me lo empequeñecen. La tragedia de Borges con las mujeres me lo humaniza…
Q.-
Rafael says
Oh, Juan Pedro: ¡cuánta razón llevas! El asunto de Borges con las mujeres es, ciertamente, triste. Las declaraciones de Borges sobre las mujeres no lo dejan bien parado. Necesitaba que éstas le hicieran sufrir. A veces, confundían a su madre con su esposa (y eso le alegraba). En fin, mejor no indagar más en el ser humano. Resulta más provechoso quedarse con la admirable obra. No obstante, es curioso: ¿por qué Borges, a pesar de todo, es un escritor minoritario? Me lo contaba un buen amigo. Pero esto sólo puede contarse en privado.
Un saludo.
Antonio Bercedes says
La edición de Bernes es francamente vergonzosa. Baste con dos ejemplos: En el préface de Borges, que transcribe, cita así el celebérrimo verso de Keats:
«A thing of beauty is a joyce for ever». Sí, leyeron bien: «a joyce». Son tantas las ignorancias que revela esta cita mal citada que huelgan los comentarios. Y esto, al comienzo del libro.
En otro momento no menos memorable, explica que Borges y Bioy bautizaron a su editorial «Oportet et Haereses» como un saludo al oporto y el jerez. Otro abismo de ignorancia, ya que a lo que alude el nombre es a la célebre cita de San Pablo, en su epístola a los Corintios, en la que afirma que aun es convenientes que haya herejes (oportet et haereses esse».
No quiero aburrir: abra quien quiera esta edición y encontrará cosas peores.
Esto, por cierto, no redime a Kodama, más ignorante todavía. A choice of evils, como dicen los ingleses. Pero nadie celebre esta edición francesa como extraordinaria, porque es francamente vergonzosa.
Rafael says
Alberto:
El tema es que NO hay edición francesa. ¿No te parece eso más alarmante que las erratas de una edición antigua?
JP Quiñonero says
Antonio,
Lo de “francamente vergonzosa” y “abismo de ignorancia” se me antojan excesos muy fuera de lugar, por estas razones:
1. Esa edición ofrece el corpus más extenso y nada accesible, hasta hoy, de toda la obra de Borges.
2. El aparato crítico se beneficia de materiales ofrecidos por el propio Borges, por vez primera.
3. El número de inéditos (textos nunca compilados en ninguna otra edición, rescatados de las hemerotecas) impone bastante respeto.
4. Las anotaciones del editor pueden y deben corregirse, allí donde sea necesario. En su conjunto, tales anotaciones son de una calidad apreciable.
5. Last but not least: hasta hoy, esa edición mejora casi todas las ediciones disponibles al alcance del lector de habla castellana. Lo que no es poco. Sin olvidar un detalle nada baladí: el papel, las erratas y la calidad de las ediciones españolas han sido una vergüenza histórica. Aquellos volúmenes de Emecé siguen siendo una ofensa al buen gusto. Y fue el propio Borges quien decidió y esperó con juvenil impaciencia la edición de Bernés / Gallimard.
Q.-
PS. El anonimato no siempre engrandece a los mejores y más agresivos filólogos.