Imprescindibles para sobrevivir
Se acaba de traducir al francés uno de los más bellos libros de poemas escritos en castellano, el último medio siglo, comparado su autor con Rimbaud y con Rilke.
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CL, hacia 1960.
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Laurence Breysse-Chantet ha traducido, presentado y anotado con mucha maestría y emoción Don de la ebriedad (Don de l’ébriété, Ed. Arfuyen, con prólogo de Antonio Gamoneda), de Claudio Rodríguez, comparándolo con las Iluminaciones de Rimbaud y las Elegías de Rilke.
Sin ir tan lejos, nada me cuesta recordar que ese es uno de los grandes libros de la poesía española de la segunda mitad del siglo XX. Hay otros libros de poesía capitales. Solo citaré dos: Espacio de Juan Ramón Jiménez y La casa encendida, de Luis Rosales.
Quizá sea un poco absurdo insistir en ese tipo de afirmaciones perentorias. Baste recordar el talento y elegancia suprema de Claudio Rodríguez, un maestro indispensable.
En otro tiempo (¿en otro tiempo..? ¿cuándo fue..?), una publicación y comparación de ese tipo hubieran sido algo parecido a un acontecimiento. Ambas cosas pasan hoy desapercibidas, víctimas de la polución “literaria” que todo lo arrasa a su paso.
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● Seminario permanente Claudio Rodríguez.
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DON DE LA EBRIEDAD
Siempre la claridad viene del cielo;
es un don: no se halla entre las cosas
sino muy por encima, y las ocupa
haciendo de ello vida y labor propias.
Así amanece el día; así la noche
cierra el gran aposento de sus sombras.
Y esto es un don. ¿Quién hace menos creados
cada vez a los seres? ¿Qué alta bóveda
los contiene en su amor? ¡si ya nos llega
y es pronto aún, ya llega a la redonda
a la manera de los vuelos tuyos
y se cierne, y se aleja y, aún remota,
nada hay tan claro como sus impulsos!
Oh, claridad sedienta de una forma,
de una materia para deslumbrarla
quemándose a sí misma al cumplir su obra.
Como yo, como todo lo que espera.
Si tú la luz te la has llevado toda,
¿cómo voy a esperar nada del alba?
Y, sin embargo -esto es un don-, mi boca
espera, y mi alma espera, y tú me esperas,
ebria persecución, claridad sola
mortal como el abrazo de las hoces,
pero abrazo hasta el fin que nunca afloja.
Mercè,
Uauuuuuuuuuuuuuuuu…
Q.-
Mi Siglo La mirada se hace beso
Maty,
JJP y Claudio Rodríguez, siempre tan bien venidos…
Q.-