Los industriales del ramo hablan a todo trapo de “literatura”, para glosar interesadamente los productos de la casa –condenando a la tumba del silencio la obra y los libros de autores que no pertenecen a su cuadra–, introduciendo la podredumbre en un terreno que en otro tiempo pertenecía a la universidad y la crítica literaria.
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Universidad y crítica literaria siempre más ausentes, con libertad y a la altura de las circunstancias, en los medios donde la “literatura” se convierte en un género al servicio de los intereses mercantiles de las sectas filantrópicas.
Así, los nuevos rumbos de lo que pudiera ser la literatura de mañana son sepultados en el desierto de lo invisible, suplantados por los productos promovidos por los industriales más poderosos, dictando sus interesados criterios normativos.
Algunos libros que me parecen respetables, y de los que no encuentro eco significativo en los medios de com. e incomunicación:
–Castilla y otras islas, de Jesús del Campo (Minúscula).
–Enciclopedia de los muertos, de Danilo Kis (Acantilado).
–El fumador y otros relatos, de Marcelo Lillo (Caballo de Troya).
–Los crímenes del Museo del Prado, de Tomás García Yebra (Editorial Funambulista).
–Libro Roto Madrid, de Amalia Bautista (poemas), José del Río Mons (fotografías) y Andrés Trapiello (prólogo) (Renacimiento).
–Andalucía, su cante jondo y su comunismo libertario, de Carlos, Pedro y Rubén Caba (Espuela de Plata).
–París, Eugenio d’Ors (Funambulista).
–Aimia, de Juli Capilla (Ed. Agua Clara).
–Nada sucedía como lo había imaginado y otras certezas, de Ángeles Valdés-Bango (Caballo de Troya).
Aunque no está en esa linea, anote «Moby Dick» edición de Fernando Velasco, editorial Akal, cosecha del 2007…excelente introduccion de 80 páginas (solo por ella vale la pena).
Son muchas las maravillas sepultadas entre basura. Me refiero a maravillas y basura recientes. Deberían crearse redes de ayuda entre lectores. No se puede atender a todo.
No deberían pasar desapercibidas las obras de Adalbert Stifter, troceado entre varias editoriales (todas beneméritas: Pre-Textos, Nórdica e Impedimenta), Soma Morgerstern (nos cuenta la vida de Joseph Roth y la de los judíos de Ucrania) o el hasta ahora, para mí, desconocido Ludwig Hohl del que han publicado obra las editoriales Minúscula y DVD.
Y no nos olvidemos de la exquisitez de la Editorial Libros del Asteroide, que acaba de publicar a un búlgaro desconocido en España, Angel Wagenstein «El Pentateuco de Isaac».
Jorge,
Referencias francamente potables. Las de Morgerstern y Roth recurrentes entre los lectores y el autor de este cuaderno,
Q.-
Nórdica, Impedimenta, Libros del Asteroide y no recuerdo cuántas más se han juntado para unir fuerzas. Tienen algo parecido a una distribuidora común. No recuerdo el nombre y no la encuentro en internet. Pereza.