Café Mabillon, 28.05.08. Foto JPQ. Vuelvo de manera irregular al café de clientela muy cosmopolita donde se celebraba e otro tiempo una tertulia no del todo imaginaria…
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Por donde pasaron, confudiendo los tiempos y las cronololgías, los poetas José Bergamín y Rafael Lasso de la Vega, los pintores Guansé, Javier Vilató y Xavier Valls, el dramaturgo y periodista Feliciano Fidalgo, el crítico y periodista Miguel Pérez Ferrero, el escritor Carlos Semprún Maura, el fotógrafo Néstor Almendros, la novelista Celia Jiruña Carón (Biografía NO autorizada de CJC)…
En esta ocasión, quizá se trate de una huella de mi vagabundeo fotográfico, que tiene otros rostros en la galería fotográfica Iluminaciones:
● Metamorfosis de Monte Carlo.
● Celan contempla el Sena desde el Puente Mirabeau.
● Descarriado, tras Avedon.
● “Érase una vez..”.
● Fotografía en este Infierno.
Gran envida me dan sus vagabundeos y amistades, Mr. Q., pero que lectores comunistas tan zeporretes tiene usted.
Mme. Marie,
Usted, siempre tan generosa, aunque en exceso severa con algunos lectores,
Q.-
Si os interesan las tertulias literarias españolas, os recomiendo el número de junio pasado de la revista Ínsula, muy bien coordinado por Laureano Bonet.
Fernando,
Leído, anotado, apreciado, pedido, y a la espera de devorar la cosa…
Q.-
La revista ÍNSULA recibió el año pasado 51.000 euros de subvención concedida por el Ministerio de Cultura. Véase página 3:
http://www.mcu.es/ayudasSubvenciones/docs/Libro/SubvEmpresas2007Concesion.pdf
Fui un ingenuo al creer que, con el cambio en la dirección de la publicación, algo cambiaría. ¡NADA! La distribución de ÍNSULA es un insulto a sus lectores. Llevo viendo meses en su página web que no se pueden adquirir números atrasados en PDF por problemas técnicos. ¿Qué problemas técnicos? Otra tomadura de pelo.
Una vergüenza… Señor Quiñonero, no es por fastidiar, pero me temo que esa revista le va a tardar en llegar.
En honor a la verdad, donde dije e»l año pasado» quise decir «en la última convocatoria». Ya se puede solicitar la subvención de 2008, de ahí mi error.
Piénsenlo: 51000 euros de ayuda para su distribución en bibliotecas… ¡JA! ¿Dónde está a la venta? ¡¡EN NINGUNA PARTE!! ¿¿Cómo funciona LA CASA DEL LIBRO?? ¡¡Horriblemente mal!! Es un DESASTRE ABSOLUTO. Siento vergüenza ajena… ¿¿Cómo se puede ser tan ineficaz?? ¿¿Cómo se pueden hacer las cosas tan rematadamente mal?? Joder, yo repartía mi revista a pie y lo hacía mejor que la todopoderosa ÍNSULA.
Aquí lo que faltan son ganas de trabajar y de trabajar bien. Vamos, de quererse dejar uno los huevos en su trabajo, pero, no, claro, se me olvidaba: estamos en España… Qué bien nos luce.
Propongo una solución: Que los colaboradores de ÍNSULA no publiquen nunca más en sus páginas mientras la dirección no tome las medidas oportunas para sacar los ejemplares de la revista de un altillo escondido de LA CASA DEL LIBRO en la Gran Vía.
¡¡ÍNSULA en los quioscos YA!! (O adiós subvenciones y adiós revista).
Yo lo que te propongo, Rafael, es que te tomes un valium.
Quizà debiera usted Mr Q abrir un espacio de venta de productos farmaceuticos, en la linea sugerida por Mr Valls: tranquilizantes y cosas asi. Y se ganarìa usted unos buenos euros.
MMarie,
También yo estoy muy muy muy cansado,
Q.-
Y yo lo que le propondría a otros es que trabajaran.
Un ejemplo perfecto de lo que ocurre en este país: alguien se queja por el pésimo funcionamiento de una empresa y le «recetan» tranquilizantes… Yo estoy muy tranquilo. Pero existe algo que se llama derecho de reclamación. Si los directivos de ÍNSULA no hacen bien su trabajo, que lo hagan (o, si no, lo de toda la vida: a la calle por inútiles). ¿O es que vamos a aceptar que la gente no haga su trabajo?
De «Vuelva usted mañana» a «tómese un valium» parece que no cambiaron mucho las cosas.
Esto es increíble, vamos. No doy crédito. Qué falta de valores y de cortesía.
El problema, Rafael, es que te quejaste de lo mismo y en semejantes términos en mi blog, hace unas semanas, y la responsable de la revista tuvo la amabilidad de contestarte y explicarte lo que pasaba y cómo estaban intentando solucionarlo.
Ínsula la hace una sola persona que trabaja en condiciones precarias. Y te aseguro, porque conozco bien el caso, que ni tú ni yo, lo podríamos hacer mejor. A pesar de ello, la revista sale todos los meses, con buenos resultados, lo que es casi un milagro.
Sin la subvención del Ministerio, correspondiente a la compra de 850 ejemplares que se reparten por las biliotecas, no podría publicarse ninguna revista cultural en este país.
Hay librerías que no admiten revistas. En Barcelona, por ejemplo, se encuentra sin ningún problema, tanto en La Central como en Laie, quizá las dos mejores librerías de la ciudad.
Todo esto, antes de hacer tantos y tan inútiles aspavientos, es preciso saberlo y tenerlo en cuenta.
¡No es la primera vez que metes la pata con tus comentarios y luego, tras reflexionar, pides disculpas! Piensa primero lo que vas a decir, y así te evitarás los tirones de orejas, y pedir disculpas, aunque sea muy sano hacerlo y diga mucho a tu favor. ¡Pero nos hagas perder más el tiempo, alma de cántaro!
Soy una persona íntegra y tengo en alta estima el valor de la palabra y del honor. Hoy, Fernando, has faltado a la verdad y has lanzado una injuriosa acusación a mi persona.
Voy a tomarme la molestia de contestarte como es debido. Confío en que tengas la hombría, después de leer mi alegato, de reconocer que no he faltado en nada a la verdad de cuanto escriba en mi defensa y que, por tanto, merezco una justa satisfacción, a saber, un disculpa formal y pública en este blog.
Puff!!! ¿»Honor», «hombría», «justa satisfacción»…? Mi mundo no es de este reino. Me bajo inmediatamente, antes de verme envuelto en una trama a lo `Angelina o el honor de un brigadier´.
No, Fernando, uno no puede tirar la piedra y luego esconder la mano. Si eres un hombre y tienes dignidad, replica lo que quieras con justicia después de mi alegato, pero no resoples antes ni te bajes de ningún lado. Eso sería de cobardes.
Fernando Vals, en su blog «La nave de los locos» (v. http://www.nalocos.blogspot.com), publicó una entrada el pasado día 25 de marzo de 2008 que lleva por título «El Almanaque 2007 de la revista Ínsula». En los comentarios de esa entrada dejé escrito el siguiente mensaje que reproduzco íntegramente a continuación:
Muchas gracias por la nota, Fernando.
La verdad, es una lástima que una revista de tanto nivel no se encuentre en ningún lado. Al final, incluso los lectores más fieles terminan abandonando la actualidad de sus páginas. La última vez que me pasé por la Casa del Libro en la Gran Vía de Madrid para buscar un ejemplar de ÍNSULA me llevé una gran decepción: no sólo había desaparecido la esquina de la planta baja donde se mostraban las revistas culturales, sino que se habían llevado ÍNSULA a un lugar inaccesible al final de una escalera en un triste altillo que ni Dios sabía que existía. Y eso que estaba en la librería de la editorial…
Fernando, tú que tienes poder, ¿no podrías hablar con la editora para que se comprometiera a devolver a ÍNSULA el espacio que se merece no sólo en la Casa del Libro, sino por derecho propio en todas las librerías importantes de este país (que, para desgracia de todos, cada vez son menos)? Creo recordar que también estaba a la venta en Antonio Machado, en Pasajes y no recuerdo bien si lo está aún en Paradox. Pero no es suficiente. ÍNSULA debería ponerse a la venta hasta en los quioscos de prensa. ¿No lo están QUIMERA, REVISTA DE OCCIDENTE y tantas otras?
Otro tanto cabría decir de la magnífica ANTHROPOS o ARCHIPIÉLAGO. ¿Por qué la gente no quiere leer? No lo entiendo, la verdad. Tenemos tantas revistas y de tan buena calidad que le mojamos la oreja a cualquier país civilizado. Sin embargo, ¿quién las lee?
Por favor, Fernando: haz una llamadita a la editora de ÍNSULA, que seguro que la entusiasmas y volvemos a ver la revista en todas partes.
Un saludo y muchas gracias.
R. Hurtado
Fernando Valls contestó:
Te aseguro que tu comentario lo leerá Arantxa Gómez Sancho, editora de Ínsula. Y a ver qué puede hacer.
Yo escribí seguidamente:
Muchas gracias, Fernando.
Ojalá doña Arantxa pueda solucionar esta triste situación. ÍNSULA se merece lo mejor y sus responsables deben saber que pueden contar con los lectores. Y no es una opinión aislada: los que seguimos este tipo de publicaciones pensamos igual.
Un saludo,
R. Hurtado
El siguiente comentario es de doña Arantxa Gómez Sancho:
Queridos amigos:
Lamentablemente no es la primera vez que llega a mis oídos que INSULA no se encuentra, por lo menos, en las Casas del Libro. Yo misma lo he podido comprobar y fue muy desolador ver otras revistas en Casa del Libro y que no estuviera la nuestra, que es de Espasa. Es una batalla que se está librando y estos comentarios llegarán a mis superiores. En breve vamos a tener una reunión. En estos momentos, por si os interesa, se puede adquirir el Almanaque 2007 u otros números de INSULA a través del teléfono 93 492 87 11 o mediante correo electrónico: insula@espasa.net
Gracias, Fernando, por la difusión de un número que muchos consideran hermoso y útil. Gracias, amigo anónimo, por tu comentario que respaldará mis argumentos.
Un beso desde INSULA
Arantxa Gómez Sancho (editora)
En la misma madrugada del 25 al 26 de marzo de 2008 se terminan los comentarios con mi respuesta a doña Arantxa:
Ojalá todo se resuelva. Gracias por la respuesta.
R. Hurtado
A continuación, reproduzco los dos comentarios que escribí más arriba:
(1er. comentario)
La revista ÍNSULA recibió el año pasado 51.000 euros de subvención concedida por el Ministerio de Cultura. Véase página 3:
http://www.mcu.es/ayudasSubvenciones/docs/Libro/SubvEmpresas2007Concesion.pdf
Fui un ingenuo al creer que, con el cambio en la dirección de la publicación, algo cambiaría. ¡NADA! La distribución de ÍNSULA es un insulto a sus lectores. Llevo viendo meses en su página web que no se pueden adquirir números atrasados en PDF por problemas técnicos. ¿Qué problemas técnicos? Otra tomadura de pelo.
Una vergüenza… Señor Quiñonero, no es por fastidiar, pero me temo que esa revista le va a tardar en llegar.
(2º. comentario)
En honor a la verdad, donde dije e”l año pasado” quise decir “en la última convocatoria”. Ya se puede solicitar la subvención de 2008, de ahí mi error.
Piénsenlo: 51000 euros de ayuda para su distribución en bibliotecas… ¡JA! ¿Dónde está a la venta? ¡¡EN NINGUNA PARTE!! ¿¿Cómo funciona LA CASA DEL LIBRO?? ¡¡Horriblemente mal!! Es un DESASTRE ABSOLUTO. Siento vergüenza ajena… ¿¿Cómo se puede ser tan ineficaz?? ¿¿Cómo se pueden hacer las cosas tan rematadamente mal?? Joder, yo repartía mi revista a pie y lo hacía mejor que la todopoderosa ÍNSULA.
Aquí lo que faltan son ganas de trabajar y de trabajar bien. Vamos, de quererse dejar uno los huevos en su trabajo, pero, no, claro, se me olvidaba: estamos en España… Qué bien nos luce.
Propongo una solución: Que los colaboradores de ÍNSULA no publiquen nunca más en sus páginas mientras la dirección no tome las medidas oportunas para sacar los ejemplares de la revista de un altillo escondido de LA CASA DEL LIBRO en la Gran Vía.
¡¡ÍNSULA en los quioscos YA!! (O adiós subvenciones y adiós revista).
Estos dos comentarios precedieron al comentario de Fernando:
Yo lo que te propongo, Rafael, es que te tomes un valium.
A lo que repliqué:
Un ejemplo perfecto de lo que ocurre en este país: alguien se queja por el pésimo funcionamiento de una empresa y le “recetan” tranquilizantes… Yo estoy muy tranquilo. Pero existe algo que se llama derecho de reclamación. Si los directivos de ÍNSULA no hacen bien su trabajo, que lo hagan (o, si no, lo de toda la vida: a la calle por inútiles). ¿O es que vamos a aceptar que la gente no haga su trabajo?
De “Vuelva usted mañana” a “tómese un valium” parece que no cambiaron mucho las cosas.
Esto es increíble, vamos. No doy crédito. Qué falta de valores y de cortesía.
Y, después, el comentario de Fernando por el que exijo su disculpa pública en este blog:
El problema, Rafael, es que te quejaste de lo mismo y en semejantes términos en mi blog, hace unas semanas, y la responsable de la revista tuvo la amabilidad de contestarte y explicarte lo que pasaba y cómo estaban intentando solucionarlo.
Ínsula la hace una sola persona que trabaja en condiciones precarias. Y te aseguro, porque conozco bien el caso, que ni tú ni yo, lo podríamos hacer mejor. A pesar de ello, la revista sale todos los meses, con buenos resultados, lo que es casi un milagro.
Sin la subvención del Ministerio, correspondiente a la compra de 850 ejemplares que se reparten por las biliotecas, no podría publicarse ninguna revista cultural en este país.
Hay librerías que no admiten revistas. En Barcelona, por ejemplo, se encuentra sin ningún problema, tanto en La Central como en Laie, quizá las dos mejores librerías de la ciudad.
Todo esto, antes de hacer tantos y tan inútiles aspavientos, es preciso saberlo y tenerlo en cuenta.
¡No es la primera vez que metes la pata con tus comentarios y luego, tras reflexionar, pides disculpas! Piensa primero lo que vas a decir, y así te evitarás los tirones de orejas, y pedir disculpas, aunque sea muy sano hacerlo y diga mucho a tu favor. ¡Pero nos hagas perder más el tiempo, alma de cántaro!
Expuestos los precedentes, comienzo mi alegato:
1º.― El problema, Rafael, es que te quejaste de lo mismo y en semejantes términos en mi blog, hace unas semanas
Una vez leídos los textos arriba incluidos es obvio que mis comentarios en el blog de Fernando y mis comentarios en el blog de Juan Pedro no son semejantes. Asimismo, los comentarios escritos en el blog de Fernando no se publicaron hace unas semanas, sino hace más de tres meses.
Por lo tanto, cuando Fernando escribe que aquí me expresé en semejantes términos a los empleados (se refiere no sólo al léxico, sino al tono/estilo) en su blog, miente. Por otra parte, creo que tres meses es tiempo más que suficiente para que se resuelva un problema de distribución. Aceptar esta ineficacia por más tiempo resulta intolerable.
2º.― la responsable de la revista tuvo la amabilidad de contestarte y explicarte lo que pasaba y cómo estaban intentando solucionarlo
Doña Arantxa escribió un comentario, bien. ¿Y? Yo he sido editor y he contestado a todos los mensajes que me llegaron. Eso es lo mínimo que debe hacer un editor. Es más, corregí personalmente todos los textos que se publicaron, me encargué de la publicidad, distribución, etc. Y cometí algún error que lamento y que, aún hoy, no entiendo cómo pudo producirse. En cualquier caso, una sola persona, yo en este caso, puede hacerse cargo de una revista de Humanidades perfectamente. Eso sí: hay que querer hacerlo. Si yo pude, no veo por qué otras personas no, a pesar de que Fernando escribiera «y te aseguro, porque conozco bien el caso, que ni tú ni yo, lo podríamos hacer mejor». Pues yo lo hice.
El problema es que doña Arantxa no es la única responsable. Léamos, de nuevo, lo que escribió en su comentario:
Es una batalla que se está librando y estos comentarios llegarán a mis superiores. En breve vamos a tener una reunión.
Recordemos que Fernando escribió que
Ínsula la hace una sola persona que trabaja en condiciones precarias.
Otra vez, falso. Porque, o bien miente doña Arantxa, o bien falta a la verdad Fernando. Yo sí hacía solo la revista y, por lo tanto, no tenía ni superiores ni subalternos. Como doña Arantxa dejó escrito, «en breve vamos a tener una reunión». ¿En breve? Más de tres meses y no han resuelto nada. Ésa es la única realidad. ¿Y qué es eso de «en condiciones precarias»? Léamos las palabras del comentario de doña Arantxa:
Yo misma lo he podido comprobar y fue muy desolador ver otras revistas en Casa del Libro y que no estuviera la nuestra, que es de Espasa.
La revista Ínsula no la hace un pobre matado en condiciones precarias, es capital del sello Espasa (al que no le falta precisamente dinero para editar, aunque no desprecie 51000 euros de subvención del Ministerio de Cultura). Véase en su página web el siguiente enlace:
http://www.insula.es/redaccion.jsp
Y, de su página web, la primera línea del texto «Historia»:
Fundada en 1946, Ínsula es, en la actualidad, la revista más difundida del hispanismo literario en el mundo.
No son ningunos muertos de hambre. Que quede bien claro. Aunque no se difunda en librerías ni quioscos, vaya por Dios.
3º.― Fernando escribió:
Sin la subvención del Ministerio, correspondiente a la compra de 850 ejemplares que se reparten por las biliotecas, no podría publicarse ninguna revista cultural en este país.
Recomiendo la lectura del siguiente PDF. Allí se deja bien claro hasta qué punto puede subvencionar el Ministerio a cada revista:
http://www.mcu.es/ayudasSubvenciones/docs/Libro/C6EdicionRevistasConvocatoria2007.pdf
Dice así en la página dos del PDF:
Con cargo a esta convocatoria no se podrá financiar más del 50 por ciento del coste de la edición de la publicación, entendiéndose por tal la totalidad de los costes que suponga para la Entidad la realización de la revista.
La tirada mínima aceptada por el Ministerio para conceder una subvención es de dos mil ejemplares. Si el Ministerio puede llegar al 50%, ¿qué 850 ejemplares? Hagamos bien las cuentas:
51000 euros entre 12 números que publica Ínsula al año da un resultado de 4250 euros de subvención por número. 4250 euros son 707140 pesetas. Es decir, el Ministerio de Cultura da casi tres cuartos de millón de pesetas a Ínsula por número editado. Ese importe dividido entre 850 ejemplares (los mencionados por Fernando) da un total de 832 pesetas por ejemplar. Si el P.V.P. de cada ejemplar es de seis euros, es decir, mil pesetas
(v. http://www.revistasculturales.com/revistas/37/insula/), sabiendo que un ejemplar no cuesta ni de lejos 5 euros (832 pesetas), me parece que el Ministerio costea más de 850 ejemplares íntegros.
Fernando escribió, además, lo siguiente:
Sin la subvención del Ministerio, correspondiente a la compra de 850 ejemplares que se reparten por las biliotecas, no podría publicarse ninguna revista cultural en este país.
Yo publiqué la mía sin subvención. Muchos jóvenes hacen malabarismos para sacar adelante las suyas. La mayoría de éstas no serán conocidas. Debemos ese ostracismo a que el Ministerio ha decidido subvencionar las revistas culturales que se hayan publicado como mínimo durante dos años (eso ya lo comentaremos otro día) con una tirada mínima de dos mil ejemplares. ¿Qué resulta de esta tremenda injusticia? Primero, que el Ministerio no subvencione, sino que mantenga en buena parte la edición de algunas revistas culturales (la mayoría en ARCE, cuyo presidente forma parte del tribunal que concede las subvenciones). Segundo, que el Ministerio mantenga un negocio que, de otra manera, no se mantendría. ¿Por qué se subvencionan algunas revistas culturales y no, en cambio, hueverías, concesionarios Seat o la mercería de la esquina? Tercero, que estas decisiones vayan en detrimento de la juventud, del empresario que emprende un negocio (al emprender un negocio SÍ se necesitan ayudas, pero malo si su subsistencia depende de ellas de forma indefinida) y de mucha gente que no tiene el poder adquisitivo de sellos como Espasa o fundaciones como la que edita Revista de Occidente. Por cierto, ¿Le Monde Diplomatique es una revista cultural? Cuarto, que revistas de gran calidad, pero pequeña tirada, NUNCA sean subvencionadas. Hoy en día hasta se hacen congresos internacionales de revistas que sólo editaron tres números, a veces sólo uno, pero que fueron decisivas en el curso de la historia literaria. Entonces, con las actuales exigencias, tampoco habrían merecido la ayuda del Ministerio de Cultura. Y así les lució el pelo a aquellos desdichados genios. En cambio, Qué leer es vital para la cultura de este país, ¿verdad?
4º.― Fernando escribió:
Hay librerías que no admiten revistas.
¿Y? Acaso el problema no sea de las librerías, sino de las editoriales (como ya estamos viéndolo). A lo mejor el editor/la editora no se tomó la molestia de llamar al dueño de la librería, de ofrecerle el margen de beneficios que pedía aquél/aquella, tal vez ni se la haya ofrecido. A mí nunca me dijeron que no, excepto en aquellas librerías donde sólo aceptan la venta de la revista si previamente algún cliente ha solicitado la suscripción a través de dicha librería. Así ocurrió en mi caso con, por ejemplo, la Biblioteca de Catalunya: ¡Que Dios y la Generalitat la tengan en Su Gloria! Ya ves, Fernando, que las cosas se pueden hacer bien si así se desea. Yo sí que fui un matado que me quemé la vista en un despacho donde hay que pasar de lado para no darse con las dos únicas mesas de que disponía «mi oficina». Pero lo hice, con dos cojones y mucho sufrimiento. Y volvería a repetirlo siempre que pudiera porque me movía el amor a mi oficio y al trabajo bien hecho, no la nómina a final de mes.
5º.― Fernando escribió:
Todo esto, antes de hacer tantos y tan inútiles aspavientos, es preciso saberlo y tenerlo en cuenta.
No he hecho ningún aspaviento, Fernando, aunque no me importaría hacerlo si así consiguiera algo. Y, si lo hiciera, dudo mucho de que me sirviera de provecho. Muestra evidente de ello es que tenga que escribir este alegato (amén de corrección de cuanto has dicho equivocándote o mintiendo sobre mi persona y sobre el resto de lo que escribiste en tu injurioso comentario). No sólo sé cuanto he escrito, sino que lo he vivido en mis carnes. Ya me advirtieron: cuidado con ese profesor, no es buena gente. Y veo que me equivoqué al defenderte. Tiras la piedra a menudo, defiendes a personas más bien turbias y luego insultas a los amigos. Y, sobre eso, escribo a continuación.
6º.― Este párrafo no lo pienso olvidar:
¡No es la primera vez que metes la pata con tus comentarios y luego, tras reflexionar, pides disculpas! Piensa primero lo que vas a decir, y así te evitarás los tirones de orejas, y pedir disculpas, aunque sea muy sano hacerlo y diga mucho a tu favor. ¡Pero nos hagas perder más el tiempo, alma de cántaro!
¿A qué te refieres, Fernando, con «no es la primera vez que metes la pata con tus comentarios»? ¿Qué necesito pensar dos veces? ¿Acaso te refieres a mi defensa de la Constitución Española en tu blog? ¿A que no me publiques un comentario en el que digo que falta poco para que a los hablantes de español en las Islas Baleares les pongan un distintivo en la ropa igual que hicieron los nazis con los judíos? ¿A que no me calle a las palabras de odio de simpatizantes independentistas? ¿A que esté dispuesto a cantarle las verdades del barquero en la cara a tu amigo vasco que, sin embargo, vive muy bien en Madrid y habla de la nación vasca? ¿Con qué tipo de persona estoy escribiéndome, Fernando?
Lo que sí te pediría, después de tu disculpa pública, es que seas tú quien no me hagas perder el tiempo a mí. Y el «alma de cántaro» te lo devuelvo.
Fe de erratas al texto anterior que, por sus dimensiones (y dado que no pienso perder más el tiempo en defenderme de falsas acusaciones), se han colado. Principalmente dos, que pueden llevar a error de interpretación:
1ª.- Al final del segundo punto de mi alegato, donde escribí
quise decir:
2ª.- Hacia la mitad del tercer punto de mi alegato escribí
y quise decir esto:
¡5 euros de coste por ejemplar! Demasiado generoso fui al escribir 5. A ver si llega a 2…
Lamento tener que haber escrito esto. Estas desilusiones me ulceran, me llenan de tristeza y de desilusión, pero no las puedo tolerar. El que calla otorga y no estoy dispuesto a consentir este ultraje. No he hecho nada malo para que me desprecies con tus palabras. Creo que más bien lo contrario: creo que he sido siempre amable y cortés contigo. Tú, en cambio, hiriendo. De eso nada. Ni hablar. Pide disculpas.