Imprescindibles para sobrevivir
Cuando mis obligaciones veraniegas de taxista, paleta, cerrajero, fotógrafo de residencias de jubilatas, negociante en rebajas y curandero contra los salvajes ataques del mosquito tigre y las medusas me dejan un respiro, corro a refugiarme en los libros que mal que bien encuentro aquí o allá.
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Diez poetas de los noventa (Merca Madrid Internacional, edición no venal), la soberbia antología del maestro Luis Alberto de Cuencia, me salva del último naufragio proponiéndome muy bellos poemas de Luis García Montero, Carlos Marzal, Felipe Benítez Reyes, Benjamín Prado, Amalia Bautista, Roger Wolfe, Vicente Gallego, Juan Antonio González-Iglesias, Almudena Guzmán y Eduardo García.
Hay otros poetas, hay otras antologías, hay muchos libros por amar y leer. Pero ¡cuantos poemas bellos encuentro en este libro..!
Así, a vuela pluma, yo mismo me copio, leo y vuelvo a leer, tres poemas para combatir los desastres de cada día:
Ofelia y Perceval
Deberían haberse conocido
en algún punto muerto de la historia,
en el país del sueño, navegando
por la mente de Dios o en un poema.
Ella, llena de flores y de agua,
ella misma una flor extravagante
cuyo aroma destierra la cordura.
Él, contemplando absorto sobre el blanco
perfecto de la nieve la caída
de los pétalos rojos de otra flor.
Amalia Bautista
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Medianoche en Alicante. Desde el balcón
de mi hotel de la calle Mayor,
en la estrecha franja que limitan
casi tocándose las cornisas, diviso dos gaviotas
que flotan como jirones de lino deslizándose
por el firmamento. Alguna anémica estrella tirita,
solitaria y desangelada, en la bóveda del cielo.
Por la calle pasa un moro componiendo
un mensaje en un teléfono móvil. Yo apuro
el cigarrillo y me meto en la habitación.
Junto a la cama, un cartel anuncia en inglés:
“Hay algo mejor que hacer realidad tus sueños.
Hacer realidad los de los demás…”
La poesía en el siglo XXI.
Roger Wolfe
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Anclado en el horizonte,
como una palmera
que le ha nacido al mar,
un barco en llamas
que nunca se consume
me espera:
me lleva esperando
desde siempre.
Algún día soltaré el lastre
de este dolor tan firme
como la tierra
donde me hundo.
Algún día
quizá alguna noche,
sabré descoser
los pespuntes del miedo
de mi vestido
y nadaré desnuda hasta él.
El sueño vencido
de las algas
en la guerra de las mareas
guiará mi camino.
El sueño rebelde
de la tripulación de mi deseo
me tenderá la escala
para trepar a cubierta.
Almudena Guzmán
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● Poetas contra la desertización moral de España.
● Almudena y Robín.
● Ariadna en el supermercado.
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● Dark Lady.
● Anales de Caína.
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Caldetes,atardecer, desde la terraza. Foto JPQ.
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