Feminidad, lujo, orquestación de la intimidad sentimental, diplomacia de Estado, intereses públicos y privados, seducción, orquestación del poder y sonambulismo universal de las imágenes…
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Carla Bruni juega un papel eminente en el florentino cóctel de diplomacia de Estado, derechos del hombre y 20.000 millones de euros de contratos comerciales.
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Presidente de Francia y presidente en funciones de la UE, Nicolas Sarkozy ha estado presente en la ceremonia de apertura de los JJOO de Pekín, a pesar de las críticas que suscita tal presencia entre muchas organizaciones humanitarias, poco sensibles a la decisión europea de hacer llegar al gobierno chino, a través del presidente francés, “una relación de casos individuales de prisioneros y defensores de los derechos del hombre”.
Entre el altivo rechazo de Ángela Merkel y el sonambulismo invisible de Rodríguez Zapatero, Sarkozy ocupa la escena diplomática europea con una determinación que tiene muchos matices.
El presidente francés termina plegándose a las amenazas de Pekín, que había prometido “repercusiones graves” si Sarkozy no asistía a la ceremonia de apertura de los JJOO y recibía al Dalai Lama por las mismas fechas. París y Pekín firmaron el mes de noviembre pasado contratos comerciales por un montante superior a los 20.000 millones de euros. China se comprometió entonces a comprar a Francia aviones, reactores nucleares, centrales de telecomunicaciones. Grandes empresas francesas en terrenos estratégicos (química, tratamiento de aguas, aeronáutica, producción de electricidad) han comenzado a implantarse en China. A través de Airbus, tales relaciones comerciales entre París y Pekín también benefician a otros países europeos, comenzando por España.
¿Son incompatibles los derechos humanos y el realismo comercial..? Aquí interviene Carla Bruni. Su esposo no recibirá al Dalai Lama; pero ella si estará presente en la ceremonia de inauguración de un importante templo budista, en Francia. ¿Diplomacia espectáculo? Sin duda: las ideas, la libertad, el comercio, los intereses de Estado, también son en nuestro tiempo una mercancía audiovisual, que Carla Bruni sirve en la escena mundial con una eficacia envidiable.
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ferrancab says
Chapeau!
JP Quiñonero says
Ferrancab,
Mme. Sarkozy merece mucho respecto, en efecto,
Q.-