“… a través de la manipulación, el chanchullo y el cambalache político, S* ha hundido una empresa en doce meses, dejando en el paro a trescientas familias, dinamitando un producto que gozaba de prestigio y respetabilidad. La peligrosidad social de este atentado contra los bienes cívicos y culturales de la colectividad no está penalizada con la legislación vigente”…