Esquizofrenia socialista francesa, 1
La noche del 15 al 16 de noviembre pasará a la historia del socialismo francés por sus consecuencias catastróficas.
[ .. ]
PARTIDO COMATOSO
Reunidas en congreso, en Reims, las cuatro grandes familias dominantes en el PS fueron incapaces de negociar el nombre de un o una líder, dejando un partido sin cabeza, sin doctrina, sin programa y sin estrategia, balcanizado por las ambiciones personales, huérfano de ideas, sin crédito en la opinión pública.
A lo largo de la madrugada de ayer, las primeras conclusiones caían como cabezas políticas cortadas.
“Tengo vergüenza por nuestro partido”, dejaba caer François Hollande, primer secretario saliente, que abandonaba el cargo sin discurso de despedida, tras un largo “reino” de once años, con un balance trágico: ruptura con su pareja de hecho, Ségolène Royal, que hace año y medio se había separado de él con una frase legendaria y atroz… “Si lanzas contra mí a un rival a la candidatura a la presidencia, no volverás a ver a nuestros hijos”.
“El Partido Socialista se encuentra en un estado de salud próximo al coma clínico”, dejaba caer Bertrand Delanoë entre sus fieles, tras haber renunciado al liderazgo socialista, creyendo que su cargo de alcalde de París sería una maquinaria de guerra determinante. Primer político francés en reconocer públicamente su homosexualidad, Delanoë comenzó la carrera al liderazgo declarándose “liberal socialista”. Y tal confesión le ha sido fatal.
“¡Qué espectáculo lamentable hemos dado..!”, sentenciaba Manuel Valls, uno de los lugartenientes de Ségolène Royal, como conclusión, la madrugada de ayer, tras las devastadoras consecuencias de una “noche de los cuchillos largos”: cuando toda la elite burocrática del socialismo francés, dividida en cuatro grandes familias, enfrentadas, fue incapaz de ponerse de acuerdo en algo esencial.
ARSÉNICO, NAVAJAZOS, ELEFANTES
Esa era la conclusión fratricida de la tragedia política en curso, como mucha sangre de aserrín vertida en los pasillos del congreso de Reims, poniendo en escena un drama en cinco actos.
Los militantes socialistas habían dado una primera victoria relativa a Ségolène Royal, la semana pasada, votando como favorita su moción personal, relegando a segundo, tercero y cuarto puesto las mociones presentadas por Bertrand Delanoë, Martine Aubry y Benoît Hamon. Ese voto se presentaba como el primer acto de una tragicomedia clásica con final feliz. Ségolène partía favorita.
Durante la noche del viernes y toda la jornada del sábado, los partidarios de Delanoë, Aubry y Hamon celebraron incontables reuniones de pasillo, intentando fraguar un frente anti Ségolène. Durante las primeras veinticuatro horas del congreso de Reims, los conjurados intercambiaron frases asesinas, botellitas de arsénico verbal, navajazos retóricos. Los “elefantes” del PS (socialistas históricos) intentaron sumarse a la conjura anti Royal. Ese segundo acto tomó un tono sombrío de drama histórico.
A DEGÜELLO, SIN MAQUILLAJE
Durante la tarde del sábado, los grandes discursos de Ségolène y Martine plantearon los enfrentamientos personales entre las dos grandes damas en la arena del campo de batalla congresual, a cañonazos verbales.
Ségolène entusiasmó a los congresistas más ideólogos. Pero sufrió los pitidos de sus aguerridos rivales. Martine se presentó a cara descubierta como una polemista feroz, presta a la degollación de los socialistas que traicionasen el socialismo auténtico, representado por ella, aliada a Hamon. Los congresistas bullían de impaciencia. Los servicios de orden imponían silencio a los micrófonos de algunas emisoras de radio. Ségolène no deseaba ser fotografiada sin maquillaje, presta a morder, verbalmente. Cuando caía el telón del tercer acto, la noche del sábado, el drama cobraba una tensión imprevisible. ¿Podría la comisión de resoluciones del PS negociar un acuerdo entre algunas de las cuatro mociones..?
DESENCAJADA
Hacia la una de la madrugada, Ségolène daba el primer portazo. Lívida, feroz, negándose a responder a los periodistas, imponiendo la ausencia de fotografías, la señora anunció su retirada de toda negociación. Para ella, no había acuerdo posible con el resto de la burocracia interna. Y pedía un voto militante, el jueves próximo.
Una hora más tarde, Martine Aubry abandonaba las negociaciones. Con un rostro desencajado. Delanoë y Hamon habían rechazado todas sus propuestas. Ninguno de ellos aceptaba su liderazgo. Los minoritarios y perdedores se negaban a darle un cheque en blanco. Delanoë (liberal socialista) no puede entenderse con Hamon (socialista anti liberal y anti capitalista). Martine se quedaba sola y sin aliados contra Ségolène. El cuarto acto del drama socialista terminaba cuando amanecía un domingo sombrío.
Ayer mañana, Ségolène, Martine, Delanoë y Hamon sacaban sus propias conclusiones de un congreso atroz.
DESASTRE HISTÓRICO
Ségolène denunció el arcaísmo de un partido cuyos métodos le parecen desastrosos. Y espera que los militantes barran a sus rivales, el jueves o viernes próximo. Martine denunció el arribismo personal. Imposible el acuerdo entre burócratas socialistas, espera que el ala izquierda vote por ella. Delanoë y Hamon, minoritarios, derrotados, esperan vender cara su derrota.
El quinto acto del drama del PS concluía a la manera de una tragedia política. Ségolène y Delanoë quieren modernizar ideológicamente su partido: pero se odian mutuamente. Martine y Hamon dicen esperar que el PS “siga siendo un partido de izquierda”. Pero han sido incapaces de crear una alianza socialista entre sus amigos políticos.
Cerrado el congreso sin la elección de un líder, el PS se ve forzado a aplazar la negociación de un proyecto político común entre familias que se han separado dejando al descubierto la incapacidad de entenderse entre ellas en un congreso que todos los participantes habían calificado de “histórico” y “capital”.
- Francia, en este Infierno.
Deja una respuesta