En plan gracieta, como dudarlo, Mortadelo & Filemón, el agente secreto Anacleto, la TIA, quizá sean los antecedentes literarios inmediatos del caso de espionaje en Madrid / Comunidad de Madrid. Pero, a qué engañarse, la cosa viene de mucho más lejos.
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Tratándose de Madrid, los canónicos antecedentes literarios de todos los casos de espionaje endemoniado vienen de Quevedo:
[ .. ] Espías y acusadores [ .. ] [están] mezclados en todos los corrillos; y es casi imposible poderse salvar en esta borrasca los oídos ni las lenguas; porque para el que teme, igualmente es cómplice el que calla como el que responde. Es delatado el silencio por pensativo, y la voz por impaciente; y extiéndese a tanto el riesgo, que aún no se libra dél quien, conociendo los delatores, por disimular alaba y defiende las violencias; porque aquel que se encarga de acusar para que el tirano estime su maña y la tenga por mayor que la prudencia del recatado, no refiere lo que dijo delante dél, si no lo que quería que dijese, y alega por grande servicio el falso testimonio, y acredita su eminencia con sus mentiras. Hace su oficio de acusador y de soplón en el que habla mal del príncipe; y en el que habla bien, con imposturas no consiente que se le deshaga. Saben éstos que el tirano (tal es la miseria de su estado) sólo estima al que le da más noticias de más enemigos, y que sólo tiene por sospechoso al acusador que deja de acusar a alguno y esto porque siempre está de parte del odio que merece a todos [ .. ] Vida de Marco Bruto.
«Otras voces, otros ámbitos…»
Estrella Digital, José Antonio Zarzalejos, La trama, al juzgado. El Confidencial, Alberto Mendoza, El enfrentamiento entre Aguirre y Gallardón pone a Rajoy a los pies de los caballos.
- Madrid y sus alguaciles endemoniados.
- Madrid y Caína en este Infierno.
- Anales de Caína.
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PS. Ya escrita y publicada esta anotación, descubro encantado el puesto de mi pueblo (Totana, Murcia) en la historia por escribir del espionaje autonómico:
LA BATALLA INTERNA DE LOS CONSERVADORES
El espionaje regional de Madrid tensa la cuerda Aguirre-Rajoy-Gallardón
´The party´s over´, efectivamente
Enric JulianaManuel Vázquez Montalbán aventuró un día, después de un Carvalho, que acabaríamos viendo espías autonómicos en España. Ese día ya ha llegado.
El primer caso de espionaje regional surcó los aires hace unos cinco años. En plena pelea por el trasvase Tajo–Segura, unas avionetas de la comunidad de Castilla-La Mancha invadieron el espacio aéreo murciano para fotografiar las balsas de riego de la feraz huerta. Se intentaba demostrar que Murcia dispone de una reserva hídrica no declarada. Las baterías antiaéreas de Lorca y Totana no pudieron impedir los vuelos de reconocimiento, pero se suscitó gran discusión sobre la capacidad de la aviación manchega para averiguar, sin rayos infrarrojos, la profundidad real de las citadas albercas.
El caso de los espías madrileños es más espectacular y chistoso. Anacleto, agente secreto, la TIA, Los hombres de Paco, Torrente, el brazo armado de Esperanza; el CNI castizo…,son algunas de las bromas que ya circulan por Madrid. Nadie se ha acordado aún – y es raro-de los mortadelos,el servicio de información oficioso de los Mossos d´Esquadra, que Jordi Pujol acabó desmantelando en los años noventa, después de algunos episodios gloriosos.
Hay espías autonómicos. En Madrid y posiblemente en otras comunidades. El poder regional es fuerte en España. Gestiona más de la tercera parte del gasto público, dirige medios de comunicación de notoria audiencia, dispone de cuantiosos recursos para la propaganda y controla – con la única excepción de La Caixa, regida por un modelo hanseático-los órganos de gobierno de la gran mayoría de las cajas de ahorro, que tienen en sus manos el 50% de los depósitos españoles. La revista The Economist debería plantearse la urgente publicación de un nuevo dossier hispánico, esta vez dedicado a las rijosas aventuras del regionalismo madrileño. The party´s over.
La fiesta ha terminado, efectivamente. La imagen de España en el mundo comienza a estar por los suelos y puede que esté en juego la unidad política del centroderecha. [La Vanguardia, 23 enero 2009, The party’s over, efectivamente].
Las negritas son mías.
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