Hace poco más de tres años escribí que, a mi modo de ver, a la luz de lo que decían la novela y la crítica catalana, Cataluña estaba siendo víctima de un proceso de íntima destrucción moral, cultural, espiritual. Quim Monzó afirma hoy que, a su modo de ver, “el país, tal como lo conocíamos ayer, está desapareciendo”.
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Con el tiempo, he intentado explorar tal proceso carnívoro de destrucción de Caína y Cataluña, de este modo:
- Sobre España, el concepto de nación y la destrucción de Cataluña.
- Se ahonda la crisis de Cataluña.
- Sobre España, el concepto de nación y la destrucción de Cataluña, 2.
- La disolución o destrucción de Cataluña, a través de Pujol y este Infierno.
- La casa endemoniada.
Por su parte, Quim Monzó ha razonado en estos términos la posible desaparición de Cataluña:
La Vanguardia, 23 enero 2009:
Quim Monzó: “El país, tal como lo conocíamos, está desapareciendo”
Diálogo entre el escritor y el ex president Pujol sobre Catalunya, la lengua y el futuro
BARCELONA.
-El ex president destaca «los activos que tenemos» y advierte que lo peor sería rendirse
-El país se está hundiendo y, tal como lo conocíamos, está desapareciendo».La apocalíptica visión de Catalunya, manifestada ayer por el escritor Quim Monzó, no fue compartida por el ex president Jordi Pujol, quien insistió en su conocida postura de dar prioridad a «los activos que tenemos. Lo necesario es no rendirse y yo no lo haré».
El cruce de ideas tuvo lugar ayer por la mañana, en un desayuno organizado por el Centre d´Estudis Jordi Pujol (CEJP), al que Monzó había sido invitado.
El autor de El perquè de tot plegat admitió que «la literatura catalana está bastante bien«, especialmente «si la comparamos con la situación del país, que se está hundiendo, y que, tal como lo conocíamos, está desapareciendo«.
La lengua (catalana), opinó Monzó, «está empobreciéndose», pues «hay una gran descompensación entre lo que se habla en la calle y el lenguaje académico». Una situación que atribuyó, entre otras causas, al mal uso del idioma que se hace en los medios de comunicación. «La falta de calidad que se aprecia en mucha gente que escribe en los medios, causa escalofríos».
Y en ese punto sí hubo coincidencia entre Pujol y Monzó, pues el ex president no solo recalcó que «los periodistas deben utilizar bien la lengua, deben hablarla y escribirla bien, ya que forma parte de su profesionalidad», sino que criticó la escasa implicación de los medios públicos de comunicación catalanes. «Si los periodistas no hacen el esfuerzo de hablar bien el catalán en TV3 o Catalunya Ràdio, más vale que se marchen». Y aquí Monzó empleó abiertamente el sarcasmo para afirmar que, si se impusieran sanciones a los periodistas que escriben mal, «ya no nos haría falta la financiación (autonómica), me apunto a recoger el dinero».
El uso deficiente del idioma, la degradación que sufre el catalán, es mayor que la padecida por el castellano, pues «el catalán tiene el plus negativo de actuar como un calco de la otra lengua». Y en este sentido alertó del peligro de que la gente acabe hablando, «una mezcla de catalán y castellano» que definió como «buenafuentismo», en indisimulada alusión al conocido presentador Andreu Buenafuente.
Monzó y Pujol discreparon de nuevo cuando el escritor se refirió a otras causas degradantes de la lengua: «la pedagogía de la plastilina, la pedagogía Rosa Sensat» y el fracaso de la inmersión lingüística. «Durante muchos años -dijo- (los maestros) han tenido que dar sus clases en castellano, si no querían salir con las piernas rotas», punto en el que Jordi Pujol discrepó abiertamente afirmando que, en muchos puntos de Catalunya, «ha funcionado muy bien».
«Tantos años de empanada mental progre -dijo Monzó-, ese modelo pedagógico, que propugna que el esfuerzo de los alumnos y el aprender cosas importantes no sirve para nada, ha convertido en mérito el ser un ignorante en el dominio de la lengua». Por su parte, Pujol lamentó que ahora que Obama apela al patriotismo es aplaudido con entusiasmo, mientras «aquí, cuando algunos defendíamos esos valores, éramos calificados de carcas».
Las negritas son mías.
- Cataluña en este Infierno.
Salvo por el previsible hundimiento económico, me alegro porque vaya desapareciendo una Cataluña nacionalista idealizada y pura.
Efectivamente, las nuevas generaciones cada vez se expresan peor en catalán pero también en castellano/inglés. Es un mal generalizado en la sociedad española, mayor en estas tierras por el mayor fracaso académico existente (anterior a la llegada masiva de inmigración extranjera que tanto está perjudicando a la escuela pública, al ser donde se escolarizan y no en la concertada o en la privada).
Discrepo de Monzó en lo referente a la literatura en catalán, que para mí está en caída libre, más degradada en calidad que la escrita en español en el resto de España.
La raíz siempre es la misma: el desastroso sistema educativo, de ahí que sea muy pesimista a corto y medio plazo para España, y pesimista a largo.
Esta semana quería iniciar una serie de anotaciones sobre el libro de Gregorio Luri «L’escola contra el món», pero antes estoy revisando la sección Kiosco de Nauscopio, creando multitud de filtros nuevos (sólo me falta revisar el apartado Mundo).
En su primera lectura, me quejé de que la primera parte no estaba escrita en catalán, sino en barcelonés. Ahora, con la relectura, verificaré si mi impresión fue incorrecta. Que Josep Mª Espinàs haya corregido el libro (según cuenta Goyo) me hizo dudar.
Semanas atrás ataqué «Mirall trencat» de Mercè Rodoreda, dejándolo a mitad, cansado de su prosa simple. Para colmo es considerado un libro de referencia en la literatura catalana del s. XX. Oiga, discrepo radicalmente, y no es por llevar la contraria.
Maty,
OK con Gregorio. De Rodoreda debes atacar Viajes y flores y Cuanta cuanta guerra,
Q.-
PS. En Viajes y flores hasta sale «mi» pueblo
No parece Monzó muy inspirado. Los países, tal y como los conocimos, están desapareciendo. Tampoco España es como antes, por fortuna, y hasta Berlín empieza a no ser lo que era…
Parece que la queja constante, irredenta, aburridísima es el leit motiv de los nacionalismo periféricos. ¡¡Qué hartazgo!! O como se dice en Algeciras, ¡¡qué jartibles!!
Saludos, M. Quignoner.
Fernando, Paco,
… Fernando,
Bueno… “todo cambia, y todo cambiará…” etc. Dicho eso: hay cosas muy hondas que no cambian tras el cambio de las apariencias. A esas cosas muy hondas -que están relacionadas con la lengua, la cultura y hasta la gastronomía- creo que se refiere Monzó. Digo yo…
… Paco,
Hombre… Monzó creo que no se queja: hace un análisis, que agita cosas muy hondas en Cataluña y no se entiende ni se quiere entender nada -desde hace siglos- fuera de Cataluña… entrado en este terreno, toco cadera: cuando la cosa llega a este nivel, suelo recibir hostias (con perdón) que vuelan de todas partes… ¡socorrooooooooooo…!!!
Q.-
Suele pasar, Q.-, suele.
Cierto, el país -ahora me refiero a Cataluña- ya no es el que era. Quizás porque nunca llego a serlo, tal como cada uno de nosotros -el nacionalista y el que no lo era- se lo había imaginado.
Discrepo con Maty respecto de un punto -y no, precisamente, en el de la caída libre de la literatura en lengua catalana; en éste, coincido.
Efectivamente, el sistema educativo es un factor explicativo del fracaso cultural, del empobrecimiento, de la pérdida de valores. Pero la causa, creo, se encuentra en el trasfondo. La razón última es la que, a mi entender, ha contribuido a erosionar las potencialidades emancipatorias, liberatorias, de la educación.
¿Me permite un ensayo de explicación?: en Cataluña, como un poco por todas partes, la cosa se empezó a torcer con el triunfo de ese paradigma tan brutalmente reaccionario que fue el romanticismo. O sea, hace por lo menos dos siglos!!!!
Queda dicho. Hoy voy embalado.
Me alegra, tristemente, que coincidamos respecto a la valoración de la literatura catalana actual y de unas cuantas décadas atrás.
Puestos a mirar atrás en las raíces, habría que ir a Rosseau y su Emilio [Wikipedia ES], y las interpretaciones que se hicieron, pero eso queda ya muy lejos. La verdadera raíz del problema radica en la escasa preparación de los pedagogos que ocuparon el ministerio y las consejerías autonómicas, quienes antepusieron su idelogía/creencia al rigor. Como digo siempre, las gentes de letras desprecian sistemáticamente los datos, los hechos, la aproximación al método científico. Primero elaboran una teoría y luego buscan los datos/hechos que la corroboren, ignorando aquellos que la contradicen, justo el proceso contrario de los educados debidamente en ciencia, que no dudan en plantear hipótesis nuevas cuando nuevos descubrimientos echan abajo la asumida anteriormente. Así es como la humanidad ha avanzado.
Por tanto, con los de letras pululando en la partitocracia española, donde se dedican a medrar porque en el mundo de la empresa privada serían unos don nadie, nos va como nos va.
Hay que recuperar valores como el del esfuerzo, la exigencia, el mérito… tan denostados estos años por tales pedagogos mediocres y sectarios.
Aquellos pedagogos, bien pocos, que discrepaban, fueron expulsados al Averno educativo.
Nota: «los de letras» de hoy en día difieren muchísimo de los de décadas atrás en cuanto a Cultura. Antaño se valoraba el conocimiento en multitud de materias como forma de entender la naturaleza, la sociedad… el mundo en definitiva. Ahora no, muchos sólo saben de lo suyo. Ese mal también afecta «a los de ciencias» hoy en día, al sufrir el mismo desastroso sistema educativo.
Àngel,
… quizá, si; pero… hasta hace bien poco (¿veinte? ¿treinta años?) todavía había gente con ideas capaces de construir cosas… pienso en Vicens Vives, claro y los hombres de su generación / proyecto un poco truncado. Y no descarto en absoluto (si no todo lo contrario) al president Pujol y a mucha gente que trabajó a su lado. Luego… las (excelentes y grandes novelas) escritas y publicadas durante los años 80 / 90 del siglo pasado comienzan a olfatear un proceso de detrucción de algo que todavía estaba vivo años antes y no ha muerto todavía, ni mucho menos… Porcel, Ibarz y el destino de Cataluña.
Q.-
PS. La gravedad no quita lo amistosamente cordial, claro.
Como siempre, tus llamadas a la moderación tienen un efecto balsámico (más que nada porque llevas razón). Aunque sigo pensando que el caso catalán es, por la singular relación establecida entre poder (o ausencia del mismo) y literatura (o ausencia de la misma), quizás más grave. Hay una dimensión global -me refiero a Occidente, claro- y hay otra local, en lo tocante a esa crisis. En lo tocante a lo local.. no deja de ser significativo que aludas a personajes y a obras presididas por una radical voluntad de independencia o, si lo prefieres, por una incapacidad manifiesta para el gregarismo. El unanimisme, el falso y necio unanimisme (en su variante catalana) está teniendo efectos más corrosivos que la lejía Neutrex.
Digo
Lo de la cordialidad, va de soi!
Un abrazo (hoy, particularmente libertario)!!!!!
lavozdebarcelona.com -> La columna de Manuel Trallero Quim Monzó es un payaso
Maty, Àngel,
… Maty,
El lenguaje de MT sobre Monzó me parece Totalmente Fuera de Lugar. Muy Totalmente Fuera de Lugar.
… Àngel,
Bueno… yo a los literatos en tanto que «sismógrafos»… y lo que dicen desde hace años, en catalán, es masivamente negro. Hay grandes excepciones (poetas, algunos novelistas), pero que comienzan a estar en la periferia relativa, alejados de un gregarismo de creciente mal gusto… el mestre d’Ors decía -recuerda- que lo más revolucionario sería tener buen gusto. Hasta utilizar ese lenguaje es ya sospechoso…
Enfin,
Q.-
En tal caso, no dudes en borrar el comentario susodicho.
Sobre Quim Monzó no tengo opinión alguna, me resulta indiferente porque apenas he leído algún artículo suyo y bien poco más.
Pues eso, borra el comentario.
La destrucción moral de la sociedad catalana tiene un punto culmen, cuando la entrada de las tropas franquistas en Barcelona el 26 de enero de 1939.
Mientras Madrid resistió durante años el asedio de los rebeldes, la población barcelonesa recibió con alivio o miedo el desfile pacífico y victorioso de los soldados, sin que nadie ofreciese resistencia, que habría sido vana, cierto.
Tal fue la cobardía catalana, que ahora los nacionalistas excluyentes intentan falsear, contando milongas como es su costumbre, con la anuencia de los medios de (in)comunicación catalanes de turno.
Cada vez que oigo en TV3 el nombre del Estadi Olímpic Lluís Companys… recuerdo el culto que se rinde a un golpista contra la II República, con dinero público.
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