CerrodelaFavela, 1924.
M* me envía algunas de sus fotos de Tarsila do Amaral, que son tanto como una invitación al más venturoso de los viajes.
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Viaje íntimo, secreto. Viaje imaginario y geográfico… ¿A Madrid, donde se presenta la primera muestra individual exhibida en España, en la Fundación Juan March? ¿A Barcelona, con cualquier otro pretexto? ¿A París o Sao Paulo, donde floreció la obra de una artista encantadora (doblemente encantadora: como mujer legendaria, y como maestra en las más altas artes del encantamiento artístico), rescatada por Juan Manuel Bonet, a quien tantas cosas debe el rescate de las vanguardias históricas, profanadas y devoradas por las gendarmerías de Estado de nuestro tiempo…?
Poco importa. Basta con asomarse hasta el umbral de las ventanas a otros mundos maravillosos que nos propone la obra de Tarsila para comenzar un viaje que no acaba nunca.
Artista encantadora, Tarsila posee la gracia que solo tienen los grandes artistas: el arte de mirar y tocar con gracia todas las cosas. En Madrid, en el Prado, deambulando ante una muestra de arte griego [El arte griego, los hombres, los dioses, los demonios y nuestro futuro]. En Barcelona, deambulando por el Parque Güell, descubriendo aquí o allá la luz virginal del aderezo que ilumina el rostro de una mujer y unas vidas que se cruzan en la tierra prometida de esa luz de su rostro.
¡Tantos años, aguardando el instante feliz de ese rescate, esa luz profanada por las luces artificiales que destruyen nuestros ojos con su fulgor endemoniado…!
- Arte en este Infierno.
Autorretrato,oLe Manteau rouge, 1923.
Deliciosa calidez, M. Q.
Delicioso despertar, si, Mr Q.
Juan Luis, Mme Marie,
Te / le responderé al alimón… me dais una pequeña alegría, que buena falta me hace,
Q.-
Lèase o vea Cantando bajo la lluvia, Mr Q.
Mme Marie,
Su comprensión me hace muuucho bien, oiga,
Q.-