Con frecuencia, “extrema derecha” es un mero eufemismo con el que hunos y hotros (sic) anhelan rasgar a navajazos el rostro del vecino, antes de lincharlo a pedradas, destruirlo de cualquier manera… mordiscos carnívoros, tabernario vinazo matarratas, bajonazos en la cerviz del adversario, el negro, el judío, el inmigrante, el moro, el pobre, el murciano, el gitano, etc.
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Ni que decir tiene: los púlpitos audiovisuales y las columnas de los medios de incomunicación de masas son los instrumentos que mejor propagan a toda hora las semillas de esa enfermedad del espíritu, agravada por la crisis, tan semejante a la enfermedad del alma que comenzó a devorar las entrañas de España con la Picaresca
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LE PEN ATIZA EL RACISMO DE LOS OBREROS MÁS POBRES E INCULTOS
En Francia, un rostro convencional de esa marea negra, infectando las almas más frágiles y doloridas, víctimas de la crisis, es la extrema derecha de Jean-Marie Le Pen…
… que espera beneficiarse electoralmente de la crisis y confía que su extrema derecha vuelva a subir por encima del 10 o el 13 % en las próximas elecciones europeas, cuya campaña él mismo ha comenzado a “orquestar” con polémicas declaraciones, siempre al borde del racismo y la xenofobia.
Le Pen ha confirmado que será cabeza de lista del Frente Nacional (FN) en la región PACA (Provence – Alpes – Côte d’Azur), en las elecciones europeas del próximo mes de junio y en las regionales del 2010.
Le Pen cumplirá 80 años en junio, precisamente, y ha lanzado su nueva campaña en Marsella con un acto público al borde de la xenofobia anti árabe, anti musulmana, haciendo juegos de palabras racistas.
PREFERENCIA NACIONAL
El alcalde de Marsella, Jean-Claude Gaudin (centro derecha) había anunciado, hace días, que en su ciudad viven ya unos 300.000 musulmanes. Le Pen ha utilizado ese dato estadístico para hacer un “chiste” sobre el alcalde: “El día que los musulmanes sean mayoritarios en Marsella, su alcalde quizá termine llamándose Ben Gaudin”.
Le Pen espera beneficiarse de los ramalazos xenófobos del electorado popular francés, muy afectado por la crisis. El FN es, desde hace años, el partido más votado por los obreros franceses más modestos.
“Los obreros y las clases populares están decepcionados de un Nicolas Sarkozy que hace una política de izquierdas”, ha declarado Le Pen, agregando: “La crisis ha puesto de manifiesto que Sarkozy y Europa son un desastre para Europa. Es necesario instaurar la preferencia nacional, para defender los intereses franceses”.
Le Pen quiso decir «¿por qué sigue habiendo tanto tonto de los coj. que vota a la derecha (de Sarkozy)?». Ese nacionalismo de la extrema derecha -o derecha extrema en la versión pepiñesca- es un fenómeno horrible que sigue teniendo seguidores, ahora crecientes, por las dificultades económicas. En el fondo, no es nada nuevo…
Paco,
Hay muchos Infiernos, pero están en este, si,
Q.-