Las víctimas más amenazadas por la crisis no están organizadas, tienen demasiado miedo a perder lo poco que tienen y están masivamente privadas de voz, palabra, imagen: La crisis y el rostro de los seres humanos, “¿Papeles..?” “¿Para todos..?”.
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Por el contrario, son muy ruidosos los “colectivos” comparativamente privilegiados: funcionarios y trabajadores del sector público francés (con trabajo asegurado, mejores salarios, jubilaciones más altas con menos años de cotización), o los jueces españoles (un Estado dentro del Estado)… cuyas reivindicaciones -justas y menos justas, corporativas, de un egoísmo frenético, con frecuencia- son obviamente tratadas con masivas dosis infecciosas de sectarismo y demagogia: recursos ideales para minar los fundamentos morales de la vida cívica.
J. Moreno says
Querido Q: Las revoluciones nunca vienen dadas por la rebeldía de los humillados; éstos necesitan de un grupo dirigente que siempre proviene de sectores con el «estómago lleno».
Con el estómago vacío el cerebro no coordina.