Àngel Duarte ha realizado un trabajo único y esencial, impagable: desenterrar, reconstruir, matizar y poner en perspectiva los frutos históricos de una de las matrices capitales de la vida cívica en la España contemporánea, víctima de incontables navajazos cainitas.
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Esa matriz es la revolución liberal y republicana de muy primeros del XIX, cuyas semillas sembraron dos siglos cortos de historia, mucho más allá de los partidos y familias que se cubrieron históricamente como el manto de armiño de la palabra “República”.
Àngel Duarte recuerda bien lo esencial… la revolución liberal tomó muy pronto los más variados rostros: republicano, federal, jacobino, reformista, radical, moderadamente conservador / burgués, moderadamente subversivo / libertario, etc… De Cádiz y la primera revolución liberal española, hasta 1936 / 39, el republicanismo dejó una huella hondísima, que va mucho más allá de los partidos, alianzas, logias, asociaciones y coaliciones estrictamente republicanas. De Castelar a la CNT / FAI, quizá no haya gran familia política más o menos reformista -con la excepción palmaria del PCE- que no haya sufrido, en algún momento, la influencia visible o menos visible, lejana o muy directa de la primera revolución liberal y sus herederos republicanos.
El otoño de un ideal. El republicanismo histórico español y su declive en el exilio de 1939 (Alianza Editorial) cuenta esa fabulosa historia con un rigor pulcro y erudito, con mucho brío estilístico.
Decía que se trataba de un trabajo “único y esencial…” Me explico. Franquistas y comunistas comenzaron por “monopolizar” los primeros brotes historiográficos en las postrimerías del franquismo. Hubo grandes historiadores, antes y después. Por supuesto. Pero, en cierta medida, para el lector no profesional, las lecturas más políticamente interesadas tuvieron una influencia desmedida. Se han escrito, también, magníficas perspectivas generales. Faltaba, para mi sensibilidad, una historia particular de esa matriz esencial de nuestra vida cívica: el republicanismo histórico… de primeros del XIX al 36 / 39, con la coda trágica del destierro, la agonía y el fin.
Esa es la historia que ha escrito Àngel Duarte. Historia que acaba mal, en el destierro, el desarraigo y el olvido, cuando sus semillas no han dejado de dar nuevos frutos… la Transición, orquestada por el Rey y consumada por Adolfo Suarez (entre tantos otros, claro está), el primer Felipe González, el primer José María Aznar… ¿no tuvieron algo de frutos tardíos e inconfesables de las esperanzas de los primeros liberales y republicanos, con su ecumenismo, su tolerancia, su fe ciega en la escuela, la pedagogía, las virtudes cívicas, su aspiración a la regeneración de España… tantas veces soñada y tantas veces podrida en cacerías y corrupciones de la más diversa especie, tan actuales, hoy como ayer…?
PS. En este marco, recuerdo con mucho cariño, otra historia mal explorada de nuestra vida cívica: las relaciones entre liberales y saint-simonianos… ¡tan esenciales, hoy, para poder comprender algo tan esencial como el capitalismo libertario estadounidense…! Véase: Utopías, quimeras y desencantos. El universo utópico en la España liberal, Manuel Suárez, editor. Ediciones de la Universidad de Cantabria, Santander, 2008, comentada en la Página de Genís Barnosell, Entre el liberalismo y el saint-simonismo: J.Andrew de Covert-Spring.
Gràcies, Àngel! Tomo buena nota, Q.
¡Vaya despertar! ¡Así se empieza una semana especial! Reconfortado y dispuesto al combate, al estudio.
Gratitudes mil por tu comentario generosísimo
Un abrazo fortísimo
À.-
Ese tal Ángel Duarte parece un chico prometedor. ¡Habrá que seguirlo con atención!
Mercè, Àngel, GL…
… Mercè,
Si. Àngel está en muy buena forma.
… Àngel,
Anda, anda.
… GL,
Siiiiiiii… Àngel bien merece un copón (bendito, claro está) de albariños, en las inmediaciones del suntuoso Café de Ocata, oye,
Q.-
Habrá que leerlo. Pero no estoy de acuerdo con Vd., JPQ, en relación al primer González como deudo liberal. El gobierno del PSOE, desde el principio, apuntó y dictó leyes nada liberales y sí muy intervencionistas. Su Tribunal Constitucional intervino, ya a primeros de 1983, para neutralizar un apartado constitucional que limitaba el poder de los nacionalistas, y de aquellos polvos… ¡Ojala hubiera más espíritu genuinamente liberal en España! Al fin y al cabo, el invento es nuestro.
Elviar,
Qué brío…!
No sé donde meterme…!
A la hora de citar a González o a Aznar ha sido más fuerte la tentación de la concordia que la del ajuste de cuentas. Mi deseo era y es… hacer a todo el mundo un poco deudo -justamente- del tronco de una raíz común, entre liberal, republicana y muy Institución Libre de Enseñanza.
Cuando la palabra liberal es víctima de agresiones de la más penosa especie, la tolerancia, el respeto, la duda, el respeto del adversario, me parecen principios en los que me gusta reconocerme.
Q.-
Lo que reportas, Q, sucede en las empresas de toda índole, me temo. Una editora se duele y se estupeface estos días cuando me cuenta que su distribuidora ha presentado bancarrota y la editora (entre otras editoriales, claro) se ha quedado sin ninguno de sus beneficios de 2008, que no le fue nada mal… pero los que quiebran no deben nada a nadie según la ley vigente…