St.-Michel, 19 marzo 09. Foto JPQ.
Unos tres millones de manifestantes, en toda Francia, pidieron ayer a Nicolas Sarkozy nuevas medidas contra la crisis: aumento de salarios y prestaciones sociales; alto a la supresión de empleo en los servicios públicos; más inversiones públicas; medidas restrictivas y fiscales a las empresas que aspiran a recibir ayudas fiscales.
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ESTADO DE CRISIS PRESUPUESTARIA
La segunda gran jornada de huelga general y manifestaciones, en dos meses, tuvo unos resultados paradójicos. Hubo más manifestantes, convocados por las ocho grandes centrales sindicales. Pero las huelgas fueron menos seguidas y tuvieron menos impacto que durante la primera jornada reivindicativa del 29 de enero pasado, cuando los sindicatos contabilizaron unos 2.5 millones de manifestantes en toda Francia.
A primeros de año, los sindicatos amenazaron con “paralizar Francia” si Nicolas Sarkozy no cambiaba de política. Francia no fue paralizada a finales de enero. Pero el presidente de la República convocó una “cumbre social” que tuvo un primer resultado presupuestario: un nuevo plan de lucha contra la crisis, evaluado oficialmente en 2.600 millones de euros.
Los planes Sarkozy contra la crisis reposan, esencialmente, en la inversión productiva y las ayudas excepcionales. Los sindicatos, por el contrario, reclaman un nuevo plan masivamente centrado en las ayudas presupuestarias. Sarkozy y su primer ministro, François Fillon, estiman que el incremento de los déficits públicos sería catastrófico para Francia.
MANIFESTACIONES DE PARÍS Y MURCIA
La convocatoria de la huelga general y jornada de manifestaciones de ayer fue el “segundo asalto” sindical contra el programa gubernamental de lucha contra la crisis. La huelga general no llegó a ser tal. Los transportes públicos, los ferrocarriles y los servicios públicos, solo sufrieron trastornos parciales. Los sectores privados apenas se vieron afectados seriamente. Por el contrario, el aumento significativo del número de manifestantes bien subraya la agravación sintomática de la crisis.
Las próximas semanas serán cruciales, cuando se teme el aumento inexorable del paro, consecuencia del cierre de empresas, expedientes de crisis y liquidación en muchos sectores de la actividad económica.
Por su parte, los sindicatos oscilan entre la prudencia y la escalada. 300.000 o 400.000 manifestantes, ayer, en París, para protestar contra el programa gubernamental contra la crisis, es una cifra relativamente modesta, comparada, por ejemplo, con 400.000 manifestantes, en Murcia, en defensa del trasvase Tajo-Segura. Sin embargo, los sindicatos franceses apuestan por un efecto “bola de nieve”.
IMPREVISIBLE BATALLA DE POSICIONES
Tras la primera gran jornada de protesta, el presidente Sarkozy se tomó varios días de reflexión, antes de proponer una cumbre social, en la que participaron la patronal, los sindicatos y el Estado, que terminó avanzando su nuevo plan, por un montante de 2.600 millones de euros, muy centrado en la inversión.
Tras la segunda jornada de manifestaciones, ayer, Sarkozy se toma unos días de reflexión, indisociables de los trabajos de la UE, intentando coordinar una posición común, ante la próxima cumbre mundial del G20. Desde la óptica gubernamental se subraya que Francia es, al mismo tiempo, el país donde la agitación sindical es más viva, cuando los sindicatos franceses son, con los españoles, los menos representativos de Europa.
Por parte sindical, el éxito de la jornada de ayer, en número creciente de manifestantes, es un posible estímulo para la escalada reivindicativa. Tras haber sido capaces de organizar 213 manifestaciones, en toda Francia, casi a la misma hora, movilizando los batallones sindicales en impecable orden de marcha, la CGT, FO y la CFDT, los tres principales sindicatos franceses, reclaman “gestos significativos” del gobierno Sarkozy.
El “gesto significativo” esencial, para los sindicatos, es el aumento de los salarios y las prestaciones sociales. En ese terreno, sin embargo, Sarkozy, su primer ministro, François Fillon, y su ministra de economía y finanzas, Christine Lagarde, han repetido una y otra vez el mismo “mensaje”: las finanzas públicas no permiten nuevos gastos, el Estado ya está endeudado en demasía, y esa deuda es muy gravosa para el futuro de Francia.
La batalla de posiciones se anuncia larga, dura e imprevisible.
- Sarkozy y sindicatos, en guerra, pero menos.
- Francia y Fotografía en este Infierno.
Nicole says
Eso es lo que yo entiendo como sindicatos, no los cuatro pringados comprados y subvencionados que tenemos aquí.
Claro, que como Nicolas es de derechas..
JP Quiñonero says
Nicole,
Bueno… los sindicatos franceses -con los españoles- son los menos representativos de Europa; y solo son influyentes en el sector publico, nacionalizado… su implantación en el sector privado es modesta y nada influyentes,
Q.-
Nicole says
Pero por lo menos convocan huelgas..
JP Quiñonero says
Nicole,
Bueno…
… convocar huelgas puede ser tan arcaico, inmovilista y conservador como gritar «el carrer es meu..» … ordenando una carga policial contra quienes protestan a favor o en contra un estatuto autonómico (en Euskadi) o a favor o en contra de Bolonia, en Barcelona city,
Q.-
PS. Una amiga me acaba de enviar una foto de las manifas catalanas, tomada desde un ángulo muy simpático: señoras y señores toman el sol, sentados en un banco, tan felices, contemplando como los negros señorines de la porra atizan hostias (laicas, claro está) a los estudiantes de no sé qué obediencia a todas luces subversiva… si yo fuese el jovenzuelo situacionista que no soy escribiría un panfleto titulado: LA REPRESIÓN POLICIAL DE UN GOBIERNO PROGRESISTA, CONVERTIDA EN ESPECTÁCULO CON EL QUE AMUEBLAR EL TEDIO DE UNA OPINIÓN PÚBLICA SONÁMBULA.
Nicole says
Da igual, la cuestión es que el pueblo salga a la calle y se manifieste contra un partido que sólo busca perpetuarse en el poder a costa de todo y de todos (dictadura más que democracia).
Movilización ya!
Lo de Bolonia ya es lo de menos..
maty says
En unos meses, elecciones europeas. En una democracia, por imperfecta que sea, ese es el método para desautorizar a los gobernantes y no revueltas callejeras violentas que nada constructivo aportan.
Supongo que tras las protestas callejeras contra Bolonia están los de siempre: estudiantes «de letras», tan ideologizados y bien poco interesados por el conocimiento. Al menos así era años atrás, cuando mis años universitarios en BCN.
Nicole says
¿Elecciones en España?
¿Quienes son los votantes? ¿Los comprados? (amigos, SGAE, 400 euros, y por supuesto los «nuevos españoles»). Y que conste que no tengo nada en contra de los inmigrantes, al contrario, tienen todo mi respeto. Pero los están utilizando.
Las revoluciones (historia) sirven hacer lo que la supuesta democracia impide. Cuando la gente tiene hambre sale a la calle. Y si no, al tiempo.
maty says
¿Revoluciones? No, gracias. La última de la que tenemos noticia es la revolución bolivariana, y ya estamos viendo todos hacia dónde se aboca Venezuela una vez que la bajada del precio del petróleo impide políticas populistas que enmascaran la realidad: pan para hoy y hambre para mañana.
Reformas, Sí.
Pregunta: ¿tu formación es de letras o de ciencias?
Nicole says
¿Y la tuya? (no voy a darte datos personales, lo siento)
Las reformas necesarias no llegarán, porque a Zp y cía no les interesan.
Yo apuesto por la revolución. Y digo simplemente, tiempo al tiempo. Los aborregados se cansarán y saldrán a la calle, no les quedará otra.
maty says
De ciencias, lógicamente (aunque hasta COU se me daba igual de bien las de letras).
Dudo muchísimo que en las revueltas callejeras haya gente (más allá de lo anecdótico) de carreras de ciencias y técnicas, pues suelen ser más responables y prácticos, encontrando formas de protestas que eviten provocar una respuesta policial contundente.
Pero claro, para ello hay que pensar un poco y planificar, organizar… y no dejarse llevar por los impulsos del momento. Y tener credibilidad entre los estudiantes para contar con su apoyo. Credibilidad en función de la defensa pasada de sus intereses y no de la ideología de turno.
Nicole says
Esta conversación es estéril. La doy por finalizada.
maty says
Siempre me opondré al recurso de la violencia, máxime en sistemas democráticos.
Hay otras formas de protestar más efectivas, aunque no tengan el mismo efecto mediático, que es lo que se busca habitualmente.
Años ha, unos cuantos salimos en portada de La Vanguardia, en una protesta estudiantil muy justificada. Todo lo que se buscaba se consiguió, todo, porque teníamos razón y era razonable.
Al año siguiente, en las elecciones estudiantiles, los independientes barrimos al resto de organizaciones estudiantiles. Votó el 50% del alumnado, cuando en años anteriores casi nadie se preocupaba por votar.
Pero para ello hay que pensar muy bien lo que se quiere, buscando objetivos razonables y, sobre todo, contar con el apoyo del alumnado (estaba hartísimo de la situación y se movilizó).
Todavía recuerdo que en una de las reuniones se coló uno a quien nadie conocía. ¿Adivinas qué proponía? Ni caso le hicimos, lógicamente.
Ah, y la policía local nos respetaba, y bien sabían que nunca haríamos estropicio alguno, pues teníamos tratos con los responsables de la zona desde hacía años por motivo de la organización de la mejor fiesta universitaria española en aquellos años, cuya estructura organizativa fue la base del éxito.