Tras un largo proceso de deterioro físico, Carlos Semprún Maura (Madrid, 1926) falleció ayer mañana en su último domicilio parisino, dejando una obra literaria considerable, como dramaturgo, narrador, polemista, historiador, memorialista imprescindible de algunas de las páginas más oscuras del destierro español en Francia.
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CSM,fotografiado por su hermano Diego.
DESTERRADO ENTRE LOS DESTERRADOS
Carlos era nieto de don Antonio Maura. Y su padre, José María Semprún y Gurrea, fue un político católico republicano, amigo de José Bergamín, que prefirió instalarse en Holanda, el País vasco francés y la periferia parisina, al final de la guerra, aunque era amigo personal del embajador de España en París, a quien pidió ayuda cuando uno de sus hijos mayores fue detenido por la Gestapo.
Con sus hermanas y hermanos, Carlos vivió en las afueras de París todas las peripecias de los distintos destierros políticos, sufriendo en su carne la crisis familiar precitada por algunas decisiones íntimas de su padre. Una de sus hermanas fue amiga de Luis Mariano. Su hermano Jorge comenzó siendo su mentor, para terminar convirtiéndose en su más íntimo enemigo.
Carlos no tuvo una escolarización fácil ni terminó ninguna carrera. Entró muy joven en la clandestinidad política, afiliado al PCE, como su hermano Jorge, para romper tras la entrada de los tanques soviéticos en Budapest, en 1956. Abandonado el comunismo, Carlos militó en numerosos grupúsculos izquierdistas y anarquistas, coincidiendo con una cierta elite que años más tarde terminaría ocupando cargos eminentes en la más alta política, incluso en la gran banca española.
REVOLUCIÓN Y CONTRAREVOLUCIÓN
Más allá de la política más o menos subversiva, la gran pasión de Carlos fue el teatro. Escribió medio centenar de obras teatrales, radiofónicas, muchas de ellas. Varias fueron estrenadas con éxito en París. Son famosas L’Homme couché y Le blue de l’eau-de-vie. Quizá sea la parte de su obra más hondamente desconocida, en su patria, España, cuya historia estuvo siempre en el atormentado corazón de sus pasiones más nobles y empecinadas.
Como historiador y memorialista, escribió libros canónicos en su especialidad, las colectivizaciones anarco-sindicalistas durante la revolución y guerra civil de 1936 – 39: Revolución y contrarrevolución en Cataluña, o Ni Dios, ni amo, ni CNT. Como novelista, escribió obras significativas, como El año que viene en Madrid, El día en que me mataron, El ladrón de Madrid, Las barricadas solitarias o Las aventuras prodigiosas.
Tras romper sucesivamente con el PCF, los grupúsculos trostkistas que animaron Castoriadis y el grupo Socialismo o Barbarie, la CNT y diversos grupúsculos anarquistas, Carlos descubrió su última y más polémica vocación de memorialista y polemista temible, escribiendo en francés y español, indistintamente. Su ensayo Vida y mentira de Jean-Paul Sartre sufrió penosas aventuras editoriales. Sus libros de memorias, Franco est mort dans son lit y El exilio fue una fiesta, entre otros, roturaron páginas importantes sobre las más tortuosas peripecias del exilio español.
“¿JORGE..? UN KAPO…”
El PCE, Santiago Carrillo y su hermano Jorge fueron algunos de sus obsesivos blancos privilegiados. Nadie como él ha contado intimidades del exilio comunista, con una crudeza y conocimiento íntimo, excepcional. Las historias reconstruidas por Carlos sobre la verdadera actividad de su hermano, en Buchenwald, al que calificaba expresamente de kapo al servicio de la burocracia nazi, son páginas que tienen acentos de tragedia griega.
J. Moreno says
Fué de todo y no fué «nada».
Nunca fué fiel a sí mismo…. hasta su senectud.
Que descanse en paz tan atormentado personaje.
Passy says
Querido Juan Pedro:
Entiendo ahora o creo entender, varias entradas de este cuaderno referidas a Jorge Semprún. Nada he leído de Carlos Semprún, pero estas líneas tuyas me hacen pensar en un drama que, teniendo como fondo lo peor del siglo XX y el tema universal del odio fratricida, se me aparece como terrible.
Saludos,
maty says
He de reconocer que hasta hace bien pocos años desconocía quién era el finado. Más aún su obra literaria e histórica, todo hay que decirlo.
No quiero finiquitar el comentario sin reconocer, una vez más, la maestría de Quiñonero en sus artículos periodísticos, siendo el actual un claro ejemplo.
antxeta says
Leía con gusto los artículos de CSM en Libertad Digital. No tenía pelos en la lengua este hombre.
Agradecido por la necrológica, Juan Pedro.
JP Quiñonero says
Maty, J. Moreno, Miguel, Antxeta,
… Maty,
Ayayayay… anda, anda.
… Antxeta,
Bueno…
… J. Moreno,
Bueno… La política eclipsa la obra de Carlos. Dejó escrito un montón de piezas de teatro: sencillamente desconocidas en España. Sus novelas solo han sido publicadas parcialmente en su patria natal. Sus trabajos históricos sobre las colectividades anarquistas y anarco sindicalistas siguen siendo obras de referencia. Sus libros de recuerdos y memorias son sencillamente imprescindibles para comprender páginas por escribir del exilio y destierro en Francia… en ese terreno, él aporta informaciones de primera mano, que son excepcionales en varios terrenos muy sensibles, de la historia íntima del PCE al comportamiento de los comunistas en Buchenwald, como “gestores” de la mano de obra en un campo de concentración. El silencio y ostracismo que ha sufrido su obra y su persona (obligado a ganarse unos euros, donde pudo) me parecen profundamente injustos, cainitas, si.
… Miguel,
Si. Las relaciones entre Carlos y su hermano Jorge tienen algo de tragedia griega. Dicho eso, lo que en este Infierno se escribe sobre Jorge Semprún se basa, esencialmente, en la Confesión de Robert Antelme (primer marido de Marguerite Duras) sobre los comportamientos de Semprún (Jorge) en Buchenwald y el París de la inmediata posguerra. La Confesión de Antelme es un documento excepcional. EXCEPCIONAL, insisto, por una razón muy simple y trágica… plantea con meridiana claridad los dilemas morales de un comunista honrado, ante el comportamiento de los comunistas que no tuvieron escrúpulos morales para ejercer como kapos en Buchenwald. Carlos afirmaba, de palabra y por escrito, que su hermano Jorge fue un Kapo. Antelme no dice otra cosa: y analiza por lo menudo sus insondables dudas morales, al respeto.
A título personal, hay un drama todavía más pavoroso: EL SILENCIO CÓMPLICE DE LOS PERIÓDICOS, EDITORIALES E INTELECTUALES ESPAÑOLES ANTE ESA INSONDABLE TRAGEDIA,
Q.-
PS. Hablar de todo eso también me ha cerrado a mí no pocas puertas. A cal y canto. Con callado rencor. “Genio y figura…”
maty says
Quiño, sabes bien que valoro la excelencia, que es habitual en la mayoría de tus anotaciones.
Cada día leo multitud de anotaciones, redactadas rápidamente para un consumo veloz por aquello de ser los primeros en los buscadores para rentabilizar vía publicidad los contenidos.
No sólo te leo, intento aprender del redactado del que haces gala.
Nota: comentario enviado desde K-Meleon 1.5.2 (el cual ando retocando para una posible, tal vez, nueva versión nauscópica).
maty says
Wikipedia ES Carlos Semprún Maura
En ABC, tu artículo.
En EL MUNDO, EL PAÍS y LA VANGUARDIA no he sido capaz de encontrar noticia alguna al respecto en portada y en sus secciones de cultura.
Tampoco en PÚBLICO, LA RAZÓN y EL PERIÓDICO.
Google Noticias carlos semprun maura
Angel Duarte says
Ayer leía en LD la noticia de la muerte de CSM y pensaba en enviarte una nota sugiriéndote que, con urgencia, nos hicieses saber tu parecer. Como siempre magnífico el post.
No sé, querido J. Moreno, si no fué nada, pero ya me gustaría a mí haber escrito algunas de las páginas que dejó para la posteridad. Lo cierto es que todos, y me incluyo, tenemos una cierta tendencia a negar en el otro lo que no alcanzamos a ser. Que sus compañías y pareceres no fueran los míos -o no todo, para ser más exactos- no quita para recordar que hubo un tiempo -en la transición avanzada- en el que me hizo abrir los ojos sobre los problemas de los ‘míos’.
Un abrazo a todos, en el recuerdo a CSM
JP Quiñonero says
Àngel,
Bueno… en verdad, la muerte y necrológicas sobre Carlos continúan recordando hasta qué punto su caso deja al descubierto insondables ignorancias, interesadas y puramente ignorantes…
Quienes mejor lo conocieron y fueron sus mejores y más íntimos amigos (un banquero de primerísimo fuste, una cronista de modas de muy alto trapío, una editora de lo más aparente; entre otros y no menos importantes compañeros de viaje) guardan un púdico silencio. Ese silencio deja en la oscuridad páginas significativas para la historia política y cultural.
No deja de ser lamentable que un dramaturgo que ha escrito medio centenar de obras, un novelista que escribió más de media docena de novelas, sea enterrado sin que nadie sea capaz de decir algo sobre ellas y sobre su puesto en la historia literaria de su tiempo.
Él, que fue editor y creador de revistas y colecciones de libros, es enterrado sin que nadie se tome la libertad de recordar aquellas revistas y colecciones de libros, que alguna importancia tuvieron, en su día.
Él, que tuvo un padre autor de cierta importancia en el terreno del constitucionalismo y la historia política, se ha muerto sin conseguir que nadie (ni siquiera un hermano ministro) vuelva a editar la obra de su padre, publicada y enterrada en la tumba del destierro.
Todo ese legado… sepultado en una maraña de olvidos, ignorancia e interesada explotación necrófila. Madre del Señor…
Q.-
PS. “¿Por qué te obstinas en recordar todo eso”, me pregunta C*…? “Por respeto a Carlos”, le respondo: “Él y Xavier Domingo -su amigo, su cómplice, su hermano/compañero de bregas diversas, incluso amorosas- hubiera reaccionado con mucho más trapío, ante tales tropelías”.
COLOMBE says
Tuve el privilegio de compartir con CSM una velada en mi casa (inolvidable) y una tarde en París tomando cafés en la Closerie des Lilas (igual de inolvidable). Descansa en paz, Carlos.
Julia Escobar says
Leí, conmovida, tu magnífica necrológica en ABC. Ya le echo de menos.
Julia Escobar
http://laquimera.typepad.com/laquimera/2009/03/sin-carlos-sempr%C3%BAn.html
JP Quiñonero says
Colombe, Julia,
… Colombe,
Bueno…
… Querida Julia,
Qué decirte… quizá mejor enviarte un abrazo fuerte, fuerte, para tí, para él, para Joaquín, para todos vosotros, con mi cariño, también…
Avanti..!!!
Q.-
MMarie says
Què miedo dan esas historias de don Jorge Semprùn en Buchenwald, Mr Q.
Angel Duarte says
De la generosidad de las almas generosas debe formar parte la gracia
No es mío, claro
Un abrazo
Á.-
JP Quiñonero says
Àngel,
Vivir incluso morir en grancia y con gracia… son faenas taurinas del más grande arte. Algo así. Cosa querubínica diría don José.
Abrazos,
Q.-
PS. Lo del Parc Guëll 1977 me pilló en México DF, a donde me enviaron para «desterrarme» de tales locuras, de tan grato recuerdo, claro está.
Teresa says
Vaya, muchas gracias por la información, Quiño. No he sabido hasta ahora, por ti (aquí y en ABC), lo de la muerte de CSM, y siento que haya muerto tan solo, por lo que dices, y tan olvidado por los medios de acá (tristemente previsible, pero triste al fin y al cabo).
A mi me pasó con él como a Àngel: lo descubrí
con Revolució i contrarevolució a Catalunya y Ni Dios, ni amo ni CNT en plena efervescencia del 77 (por cierto, he visto el vídeo sobre el Parc Güell –gràcies, Àngel– con menos nostalgia que susto por si veía a una cierta veinteañera asomar por allí, ¡ay! :).
JP Quiñonero says
Teresa,
Qué tiemos aquellos… ánimo…!!! avanti..!!!
Q.-
Gatopardo says
Dios, qué exacta descripción de la muerte en un octogenario:
Insuperable.
JP Quiñonero says
Gatopardo,
Te debo… qué se yo… un buen cocido madrileño, oye, gracias,
Q.-
alfredo says
Recuerdo cuando leía el ABc de adolescente los textos de Carlos Semprún . Me parecían muy buenos. y me identificaba con el. Fui simpatizante del comiunismo con 13 o 14 años, luego me pasé al anarquismo cuando comprendí el horror del universo bolchevique. He leido varios de sus libros, y me gustaron. También gracias a el descubrí una figura apasionante, Louis Mercier Vega, intelectual libertario de gran profundidad, olvidado en España, pese a su lucha en la Columna Durruti. Se que Carlos fue muy atacado por su colaboración con FJl. No gustándome el Federico de La COpE(que tiene poco que ver con el que escribía en ABC), yo me quedo con el Carlos rebelde. Ojalá en España hubiera espíritus lib res y rebeldes, que no se sometieran a las modas y a los poderes.
¡Que la tierra te sea leve!.
Posdata. Espero que se publiquen en castellano sus obras, y también las de su amigo Mercier. Pedro, te lanzo el reto.
JP Quiñonero says
Alfredo,
La obra literaria y teatral de Carlos -sin olvidar sus escritos personales todavía inéditos- bien merecería ser editada en España. Hélas, mi capacidad de influencia en los editores que pudieran hacerlo es francamente nula. Nobody’s perfect, qué quieres,
Q.-
Cristina says
Hay que ser hijo de perra para cargar así contra tu hermano y encima tergiversando la realidad de esa manera, qué falta de respeto…
RR says
La impertinencia del calificativo a CSP en la polemica familiar no hace sino reforzar la veracidad de sus palabras, la solvencia de su denuncia, con suficiente contraste ya en el aplauso a JS y el absoluto desprecio a CSM. Triunfa el comisario, Vease Carrillo. De eso se encargan los resueltos ex, falangistas y comunistas que nos informan y entretienen … Es peligroso asomarse al exterior!
JP Quiñonero says
RR,
Carlos sufrió mucho de las maldades de su hermano y los amigos de su hermano.
Una anécdota, entre otras… Una editora catalana pagó a Carlos un millón de pelas de hace veinte o treinta años, para escribir un libro sobre JP Sartre… cuando el libro estuvo escrito, Jorge advirtió a la editora que si publicaba el libro de su hermano le retiraría la publicación de los suyos. La editora prefirió perder el millón de pelas y no publicar el libro de Carlos.
Las presiones «invisibles» le cerraron todas las puertas, aquí y allá. Tras vetarlo, censurarlo y marginarlo, de muy mala manera, le criticaban escribir donde podía.
Seguí ese descenso al infierno día a día: durante muuuuchos años, Carlos y yo comíamos dos o tres veces por trimestre, solo, para hablar de nuestras cosas,
Q.-
PS. Las infamias que venía de la época carrillista del PCE (época que duró bastantes años: Enrique Lister ha contado en sus memorias -Basta!- como se liquidaba a navajazos a los disidentes internos, pequeños detalle del que tampoco habló Federico Sánchez / Jorge Semprún). Después de muerto, han seguido con sus miserias.