Imprescindibles para sobrevivir
Hace cuarenta y sesenta años que se publicaron dos libros capitales, El contenido del corazón (1969) y La casa encendida (1949), de Luis Rosales. Desgraciadamente para mí, no puedo estar físicamente allí donde se recuerda tal acontecimiento.
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Coincidiendo con el cincuenta aniversario de su fundación, el granadino Colegio Mayor Alsajara publica una edición conmemorativa de El contenido del corazón, acompañada de una exposición y homenaje, que comienza con una conferencia de Enrique García-Máiquez, una intervención de Luis Rosales Fouz, y se prolonga con un recital flamenco, presentado por Rafael Guillén, a cargo de Sergio Gómez y Antonio La Luz.
Estas fueron las líneas que envié a Rosario Segura y Elisa Apezteguía para sumarme al homenaje:
En la obra de Luis Rosales se confunden la agonía de la poesía barroca (“Miré los muros de la patria mía”), el mesianismo vanguardista que sueña la revocación de la historia a través de la palabra (Poeta en Nueva York), y la esperanza de quien echa los cimientos de una nueva arquitectura espiritual que permita combatir la tragedia De la inexistencia de España.
La casa encendida también es el título del capítulo 40 de mi libro Retrato del artista en el destierro, donde evoco el puesto de Luis Rosales en la historia de nuestras culturas contemporáneas.
- Imprescindibles para sobrevivir en este Infierno.
Querido Juan Pedro,
Luis Rosales nos une en la distancia. Ahí te mando La casa encendida para que ilumine lo que escribimos.
Abrazos madrileños.
JJP
Querido José Luis,
Tu anotación sobre Rosales resume a la perfección el sentido más hondo de esa obra, entre las más altas de nuestra cultura, si,
Q.-