Sesenta y cinco diputados de izquierda, centro y derecha, piden la formación de una Comisión parlamentaria que redacte un proyecto de Ley prohibiendo el burka islámico en Francia. Nicolas Sarkozy deberá arbitrar entre las sensibilidades enfrentadas dentro de su propio gobierno.
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André Gerin, diputado comunista del departamento del Rhône, razona de este modo: “En mi departamento son cada día más numerosas las musulmanas que visten el burka. Cuando se les pide que enseñen el rostro, sus maridos lo prohíben. Más allá de los casos aislados, se trata de un problema de fondo. Cuando escucho a Obama hablar del velo islámico se me ponen los pelos de punta”.
Jacques Alain Benisti, diputado conservador del Val-de-Marne, comenta: “El burka es inaceptable, para mi. Se trata de algo inaceptable para nuestros valores, para nuestra concepción de la laicidad. Yo he visto crecer a muchas de las jóvenes que visten un burka. Cuando hablas con ellas comprendes que están forzadas a llevarlo”.
Diputados socialistas, conservadores y centristas de los departamentos del Nord, Ain, Moselle, Val-de-Marne, Puy-de-Dôme, han firmado una petición común, con esta exigencia básica: reclamar a la Asamblea Nacional y el gobierno un proyecto de Ley que, entre otras cosas, prohíba usar el burka islámico.
Tras la petición parlamentaria, el gobierno de Nicolas Sarkozy ha “reconocido”, gustoso, la existencia de un “debate de fondo” y promete “estudiar” el problema.
DIVISIÓN GUBERNAMENTAL
Fadela Amara, secretaria de Estado para la ciudad, ha sido la primera miembro del gobierno en reaccionar: “Por mi parte, apruebo la iniciativa de los diputados. Me parece buena y necesaria. Estoy por la prohibición del burka, que se me antoja algo semejante a un ataúd que mata y entierra las libertades fundamentales”.
Por el contrario, Eric Besson, ministro de la inmigración, antiguo diputado socialista, se declara contrario a ninguna ley: “No se puede utilizar una Ley para entrar en esos terrenos personales. El cambio debe producirse a través de la cultura y la pedagogía”.
Michèle Alliot-Marie, ministra del interior y de cultos, responsable directa del diálogo del Estado con los representantes de distintas religiones, se muestra extremadamente cauta: “Debemos esperar las conclusiones de la comisión parlamentaria. A partir de esas conclusiones será posible analizar el problema con la mayor precisión para poder tomar las medidas que sean convenientes”.
Nicolas Sarkozy debiera pronunciarse la semana que viene sobre el nuevo debate de fondo sobre el uso del burka islámica en Francia, donde el Islam es la segunda religión nacional.
En Holanda, el burka está prohibido desde el 2007. En Suecia e Italia está prohibido en los lugares públicos. En Bélgica ha sido prohibido en algunas grandes ciudades. Luxemburgo prohíbe “aparecer enmascarado” en los lugares públicos. En el Reino Unido cohabitan en sensibilidades enfrentadas con tendencia a la prohibición por razones de seguridad: tras los atentados del 2005, un terrorista huyó oculto tras un burka.
Lauro says
No creo que se deba estar de acuerdo con prohibir que las personas se vistan como quieran. El límite sólo ha de ser el personal (sus posibilidades de vestir como quiera, o como deba). Cada sujeto tendrá esas posibilidades acotadas sólo por las concretas circunstancias de cada individuo (sociales, económicas, culturales, profesionales, etc.), no por una ley más. En todo caso que el riesgo que asuma cada cual por vestir como le venga en gana consista en que, por ejemplo, si en unas oficinas donde se precise una recepcionista el empleador prefiera, en el caso de candidatas, una mujer sin burka a otra con esa indumentaria, no sea tachado de racista.
JP Quiñonero says
Lauro,
Creo que llevas razón.
Q.-
PS. La cosa se complica un poco cuando padres y hermanos imponen la vestimenta de esposas e hijas…
Lauro says
Perdona que insista, Q.,
Pero creo que las relaciones paterno-filiales deben ser inaccesibles para el estado actual (cuya realidad es la de Estado despojado, es decir, también deslegitimado), no sin los límites de los códigos penales sensatos, porque el Código Penal se está llenando de insensateces (el español, digo), y de las Constituciones (por razón de que son las leyes más intocables -no sé por cuanto tiempo-).
Creo que el problema de la confusión consiste en confundir Igualdad con Libertad. Esta última, La Libertad, la más ignorada de los discursos, llamados políticos, de cada día desde hace muchos (días, años, ¿eras?…).
JP Quiñonero says
Lauro,
Yo te agradezco el tono y la sinceridad.
Diría más: a Más Estado, Menos libertades individuales…
Q.-<