Las dosis intensivas de financiación autonómica, financiación del PP, insignificancias de Zapatero, trajes de Camps y canalladas radiofónicas me producen algo peor que el tedio: dolor de cabeza… que mi médico atribuye al perfume fétido del papel de periódico y yo asocio a las nubes tóxicas de la podrida publicidad política.
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MartínMorales y Máximo en ABC, 12 julio 2009.
«al perfume fétido del papel de periódico»
Mas bien, al veneno habitual en la tinta impresa, que absorbes al lamerte los dedos, cual monje de El nombre de la rosa (Umberto Eco).
Con la digital al menos están disponibles los filtros nauscópicos antipublicidad para navegadores que renderizan con Gecko (Firefox y K-Meleon principalmente), que son los más completos de los que tengo constancia.
Por cierto, hablando del libro, recuerdo que la primera vez que lo leí fue en catalán, en unas largas noches como acompañante en un hospital. Me avisaron que sería demasiado espeso para mí, mas no fue así.
Años más tarde lo releí en castellano/español y me gustó menos. Sensación que he tenido con otros libros (El perfume -que también leí originariamente en catalán) cuando los releo en otra lengua. Y hay más casos.
Maty,
Si, claro… cada lengua tiene su propia concepción del mundo, de la vida, del amor, incluso sus perfumes propios… de ahí que…
Q.-
Pues fijate tu que yo he tenido la sensacion opuesta con ciertas escenas cinematograficas en el que el lenguaje duro, soez o violento es protagonista. El catalan siempre me da la sensacion de no transmitir la electricidad del castellano en estas situaciones. Si hasta los insultos suenan mas suaves! Aunque claro, para dulce, el frances, y para bruto, el aleman.
Perdon por los topicazos…
Jordi,
Matices… OK con que el catalán es más suave que el casgtellano, que puede tener una brutalidad atroz. El francés puede ser tan vulgar como el inglés duro. El alemán… el buen alemán suena como una sinfonía…
Q.-
Maty, ese «mas no fue así» te delata
@elvir
mi no entender tu querer decir
DanielTercero.net Las cloacas de la capital
-> Carlos Carnicero La explicación de la inexplicable dependencia psicológica de Zapatero con Pedro J. Ramírez