Las chapuzas políticas, policiales y judiciales de la lucha contra ETA no son cosa nueva: se confunden con el origen último de la más estrecha colaboración con Francia.
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MITTERRAND Y LINAZA
El caso de Maite Arnalde quizá sea el último y más espectacular. Pero hubo muchos otros, muy propios de las peripecias de Groucho Marx en Casablanca, con sangre derramada y cadáveres enterrados en cal viva, en basureros públicos.
… En su día, el caso de Tomás Linaza Echevarría (1981) fue ejemplar, por muchas razones. Mitterrand había hecho campaña electoral, diciendo que el etarra reclamado por España nunca sería entregado, si él era elegido presidente.
Mitterrand fue elegido presidente. Y, semanas más tarde, un tribunal francés dictó la primera sentencia favorable a la extradición de un etarra. El único periodista que estaba en la sala donde se dictó esa sentencia era yo.
Di la noticia en una reputada cadena de radio, desde una cabina telefónica. Y cuando llegué a casa, una hora después, sin prisa, tenía una docena de llamadas del embajador de España en París.
Lo llamé. “Cuenta, cuenta…”, me dijo, un poco histérico. Le conté. Al cabo de mi prolija reconstrucción de los cinco minutos de lectura de la sentencia, le dije: “A cambio de mi información, cuéntame tú… ¿qué pasará ahora…?»
CARGOS FLOJITOS, AQUELLA PRIMAVERA ATROZ
El embajador de España lanzó un suspiro y me dijo: “En menudo lío nos han metido los franceses. La verdad… es que los cargos que pesan contra Linaza Echevarría son muy flojitos”.
Aquella misma mañana, el periódico donde yo trabajaba entonces (Diario 16) publicó una larguísima y delirante información, enumerando los incontables crímenes imputados a Linaza Echevarría. Días antes, un influyente ministro español había pedido que se rompieran las relaciones diplomáticas con Francia, si el gobierno de Mitterrand no concedía la extradición.
Dictada la sentencia favorable a la extradición, el embajador de España me confesaba: “En verdad, las acusaciones que pesan contra Lianza Echevarría son muy flojitas”.
Por aquellos años, policía y justicia francesa contaban a quien deseaba escucharlas que la justicia y policía española eran un poco chapuzas. Han pasado no sé cuantos años. El ministro de Interior dice hoy lo que dice, sin conseguir explicar como ha podido quedar en libertad una etarra presumiblemente temible.
Llevo veintitantos años callándome historias de este tipo. Lo del GAL merecería varios capítulos, tratados en tono esperpéntico en Una primavera atroz.
Yo hubiese dejado escapar a la terrorista pero con un seguimiento para descubrir la ruta de escape y detectar a quienes le diesen cobertura, digo.
Para eso están los servicios secretos en un país serio, digo.
Gracias por contarlo, Q. Estaba viendo la tele que hablaban de este asunto, ha salido Rubalcaba, he vuelto a pensar en su foto del otro día que comentamos aquí y me he preguntado qué caray nos está contando. Por suerte, tenemos el Infierno…
Pero que horroroso horror horrible de historia horrorosa, Mr Q.
Maty, Mercè, Mme Marie…
Maty,
Anda, anda, donde se ponga Groucho…
Mercè,
Al Infierno voy de cabeza, si, me temo. Pero bueno.
Mme Marie,
Si yo le contara…
Q.-
En este país de chapuceros cualquier cosa puede ser posible porque es raro encontrar una labor, tarea, función, bien desempeñadas, en cualquier nivel laboral.
Pero, en política, la cuestión es si la chapuza puede ser intencionada, es decir, si no es chapuza sino que forma parte de un plan de consecuencias que se nos escapan. No lo sé.
Carmen
Y digo yo… si hubieran hecho esto, no habrian dicho publicamente que la etarra se ha escapado, para despistar y no revelar la operacion? Ayayayayayayayay…
Jordi, Carmen…
Jordi,
Anda, anda.
Carmen,
Si recuerdas… chapuza tiene muy mala traducción… como cursi o garbo, por otra parte, que son cosas de tan muy otra naturaleza, claro,
Q.-
Cuenta, cuenta…
Armando,
Contaré, seguiré contando…
Q.-
Q.,
me lo pones muy difícil (además de no contestar a mi duda y haces bien). «Guindé» no es «cursi», aunque se aproxima, porque le falta el aire de provincia española (que no recoge la RAE, para variar); me dirás que «allure» no es «garbo», por falta de casticismo, de acuerdo; y con «chapuza», me rindo, tenemos en España el monopolio, no encuentro traducción. Y ¿qué opinas de «hortera»? ¿»ringard»?.
Carmen
Carmen,
¡Me rindo…!
Soy el peor y más dubitativo traductor del mundo. Lo advertí hace siglos, en un calabozo del cuartel donde hacía la mili y leí por vez primera la Recherche… Topé con el legendario… Longtemps je me suis couché de bonne heure… que sigo sin ser capaz de traducir: todos los intentos que conozco me parecen sensatos, razonables y un poquito faltos de la petite musique proustiana. Qué quieres,
Q.-
PS. Garbo tienen las señoras que pinta Goya. Reynolds o Manet pintaban señoras muy guapas, que no tenían garbo, hélas. Hay una manera de pisar y estar muy castiza (¡otra palabreja!) que no tiene Albertine. Odette puede seducir a Swann y a tantos otros con su belleza… pero tampoco tiene garbo. Tiene otra cosa.
Te comprendo, Q.-, yo siento una especie de terror ante la traducción, ejercicio dificilísimo, que me paraliza.
Carmen
No me hableis de traducciones, Carmen, Q, que empiezo a estar hasta el gorro de las tales elucubraciones por cosas que no vienen aquí al caso. Pero también me distrae lo que hablais, al salir la palabra garbo. Lo del garbo femenino que pinta Goya me llevado a uno de sus retratos de la duquesa de Alba, que adjunto aquí. Con el dedo índice derecho la joven señala el lugar exacto, aunque no se aprecie como debiera, donde está inscrito en la tierra como en una piel el nombre de Goya…
Carmen, Mercè…
Carmen,
Si. De ahí, también, claro, seguro que estamos de acuerdo, mi Grandísimo Respeto por los traductores, claro,
Mercè,
Uauuuuuuuuuuuuuuu… palabras muy mayores. Qué Señora, qué garbo… ese dedo, sin duda; ese brazo cruzado, esa peineta, esa postura, eso esos pies con su talón… ¡eso es Garbo…!!! y qué garbo, oye…
Q.-
Mercè, si te refieres a las teorías sobre la traducción, lo intraducible y su mística (y patatín, patatán, congreso tras congreso), estoy de acuerdo contigo. Hasta el gorro, porque traducir, todo se puede traducir y por eso nos entendemos cuando hablamos. Como Q.-, admiro a los traductores. Mi parálisis viene de mi ignorancia y de mi lentitud mental, de una dificultad en establecer relaciones, sobre todo rápidas, y no porque crea que no se puede traducir. A veces pienso que el nombre del traductor debería aparecer en la cubierta del libro junto con el autor, sobre todo cuando no te das ni cuenta de que estás leyendo una traducción, por la fluidez y belleza del lenguaje.
No sabía lo del dedo índice.
Carmen
Cierto, sí, Carmen, los nombres deberían estar todos en la cubierta, pues en realidad, buenos o malos, leemos la traducción. Por lo demás, me refería no a las teorías sino a las manías que pasan por teorías, precisamente…
Te digo lo de Armando: ¡cuenta! Ve contando, en primaveras atroces u otoños acongojados (es el primer adjetivo que me ha salido, perdón por la «chapuza»), pero hazlo.
No sé cómo tradujo la primera frase de Proust al catalán el inefable chapucero de Vidal Alvover (con todos los respectos para los buenos traductores al catalán, que los hay), pero a mi el «de bonne heure» me lleva de natural al «d’hora».
Tomo del anaquel (¡toma ya!) la traducción de Pedro Salinas, que guardo como un tesoro ya muy amarillento y medio deshecho en la 4ª edición de AE de 1972, que dice: «Mucho tiempo he estado acostándome temprano.» Lo que quizá no funciona aquí del todo es el «Mucho tiempo…» por «Longtemps…» («Durante mucho tiempo…», tal vez?), como después el «cerrábanse mis ojos tan presto…» por «mes yeux se fermaient si vite…». En cambio «acostándome temprano» funciona muy bien, creo. Recuerdo la traducción de Salinas como muy buena; vaya, que funcionaba (y aun funciona, creo).
En fin, pour passer le soir…
Teresa,
Algunas cosas he contado en mis libros: mucho más silenciados que el tuyo sobre Cuba. Ahora comienzo a soltar cosas que he callado durante años, por razones que no vienen al caso. Veremos.
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Sobre la Recherche… la traducción de don Pedro sigue estan ahí, en efecto, pero fue terminada por Consuelo Berges y Quiroga Pla. La he trabajado mucho… y, en el fondo, también terminé encontrándole «defectos»… los tres son una miqueta púdicos cuando el libro entra en el terreno abiertamente carnal, que ellos suavizan y edulcoran a su manera. Cometí hace siglos la impertinencia de afirmar algo parecido con una penosa petulencia juvenil. A la Berges le sentó fatal: y todavía me duele mi insoportable suficiencia, con una mujer que tradujo ¡a todo Stendhal y a no poco St Simon, además de parte de la Recherche…!!
Q.-
Consuelo Berges, ¡sí señor! Me acercó s Stendhal, esa mujer.
Seguro que tienes razón con lo de los «defectos» de sus traducciones (de los tres) de Proust, yo hablo sólo por haberlos leído entonces (primeros 70) y sin prestar demasiada atención a sus traducciones (confieso haber leído en francés original, y años ha, también, sólo el primer volumen y «Le temps retrouvé», què hi farem!).
También te confieso públicamente tener pendiente la lectura de tus libros, pero te prometo que pienso hacerlo pronto. Ya te diré.
Teresa,
Abelardo Linares, que es un Muy Gran Poeta y -accesoriamente- mi editor suele enviar un jamón y una caja de mantecados de Estepa (cosa finísima, ya lo decía don Juan Valera cuando estaba en Moscú, sufriendo ataques de nostalgia) a quienes hablan más o menos bien de alguna de mis novelas.
Por mi parte, solo puedo prometer buenas palabras, lo propio de un padre que hace lo que puede para pagar los bocadillos de sus hijos en edad de impertinencias,
Q.-
mi editor suele enviar un jamón y una caja de mantecados de Estepa… a quienes hablan más o menos bien de alguna de mis novelas
Pues yo, autor de la bitácora sobre tu magna obra -que aparece como primera referencia en Google– no sé nada de tu editor. Claro que debe ser el mismo de entonces, cachis.
De la inexistencia de España
Por si suena la flauta, hete aquí cómo contactarme por correo de forma segura (firma digital y/o comunicación cifrada fuertemente).
Maty,
Ah, nooooooooooooooooo… todos mis editores me han pedido en incontables ocasiones tu dirección, para enviarte jamones, cajas de vino, cds, billetes de avión, cucuruchos de pipas, etc., para pagarte mal que bien tu impagable labor… y, y, bien sabes tú que jamás han consentido en…
Dicho esto: en cuanto me llegen ejemplares de mi nuevo libro te pondré en la lista, claro,
Q.-
NO me pongas en la lista. Tus libros los pago con mi dinero, como es lo correcto. Si fueras un superventas, tal vez, pero eres un escritor minoritario y no me parece correcto abusar como hacen tantos otros en tu gremio, o al menos tal es mi posición.
Sólo te pedí una cosa: estar presente cuando te otorguen el Nacional de Literatura o equivalente (ingreso en la RAE). Algún día llegará, pues la mediocridad y el sectarismo reinante no puede durar para siempre en España. Al menos tal es mi esperanza (para que luego algunos me tilden de pesimista).
Maty:
Hay épocas en las que la falta de honores y condecoraciones ensalzan a los hombres: hoy es un marchamo de calidad intelectual no pertenecer a la RAE ni obtener premios literarios, visto lo visto.
De lo que no estoy segura es de que no haya sido siempre así.
Maty, Gatopardo…
Maty,
Anda, anda.
Gatopardo,
Qué sabiduría…
Q.-