Decíamos ayer… Paris, Willy Ronis, forever.
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EL PRIMERO QUE TRABAJÓ PARA LIFE
“La fotografía exhibicionista me molesta” confesaba Willy Ronis, que cumplió 99 años el 14 de agosto pasado, en Arles, donde recibía un homenaje internacional. Murió la noche del sábado en París, que es uno de los temas centrales de su obra, la del último de los grandes maestros de la “fotografía humanista” francesa.
Willy Ronis nació al norte de un barrio judío (en el distrito IX), hijo de un judío de Odesa y una judía lituana, muy cerca de donde vivieron algunos proscritos españoles, como Francisco Ferrer Guardia. Y se inició a la fotografía en el laboratorio donde trabajaba su padre.
Contemporáneo de Cartier-Bresson, Doisneau, Brassaï, Kertesz, fue el primero entre todos ellos en trabajar para Life, al final de la Segunda guerra mundial, como autor de referencia de un tema canónico: París.
DESNUDAS
Brassaï fotografió el París de los surrealistas, en buena medida. Cartier-Bresson inmortalizó un París íntimo y cosmopolita. Doisneau fotografió un París popular. Ronis se hizo célebre fotografiando un París de fiestas populares, menos íntimo que el de Doisneau, menos lúdico que el de Cartier-Bresson, menos oscuro que el de Brassaï.
Montmartre, Menilmontant, las fiestas del 14 de julio, los bailes populares, las manifestaciones del Frente Popular, las primeras vacaciones pagadas, el París auténtico que corresponde al París soñado de Un americano en París (la película de Minelli interpretada por Gene Kelly y Leslie Caron) son los temas centrales que Ronis trata siempre en un blanco y negro luminoso e inmaculado.
Willy Ronis publicó su último libro, Nues (Desnudas) a los 97 años: es una lírica elegía gloriosa al cuerpo femenino, al más olímpico desnudo. Con un recato de otra época, el fotógrafo busca y encuentra en sus archivos viejas y muy últimas imágenes de mujeres desnudas, contempladas con gozoso pudor encantado. Amén.
- Dark Lady.
- Fotografía y París en este Infierno.
Nues/Desnudas, la obra última de WR.
J. Moreno says
Me ocurre casi siempre. Cuando aparece una referencia a la revista Life, la memoria me trae los años 50, el consulado americano en Sevilla y el correo que me la traía a casa.
Tenía 13-14 años y unos amigos me dijeron que si escribía al consulado, estos te enviaban la revista, un sobre y sellos para su devolución. Ni que decir que fueron las primeras imágenes donde el color, las fotografías y los artículos eran algo desconocido para mí. Fué la primera noticia que tuve sobre: evolucionismo, democracia, separación de poderes en la Justicia, etc….
La vida en USA me fascinaba…luego me hice mayor y el universo conocido se complicaba…….
Querido Q. desde Aguilas un saludo cordial..
JP Quiñonero says
J. Moreno,
Si… yo descubrí el mundo con la BBC (emisiones en español de las 14.15) y el Paris Match de los años 60, el Newsweek de los primeros 70… El París Match nos lo traían desde Córdoba a Palma del Río… guardo intacto mi amor y mi fe en todo aquello, que era Europa, que eran los EE.UU… con todas las cosas que sea necesario matizar, las semillas que sembraron aquellas imágenes, aquellas historias, sirven siendo portadoras, para mí, de un mundo nuevo… había un blues cuya letra traducida leí por vez primera en Paris Match que venía a decir “Venceremos, venceremos… en el fondo de mi corazón sé que venceremos, algún día”. Sigo creyendo,
Q.-
PS. Era tan creyente en las imágenes… que terminé huyendo de todo y refugiándome en París. Aquí sigo, recordando Águilas, mi infancia, mis padres.
Nina says
Hay algo para mí francamente extraño en lo de «fotografía humanista», que a menudo empaña los mejores comentarios sobre HCB, Doisneau y Ronis (descanse en paz), los empaña hasta hacerlos opacos y no decir nada concreto de lo que estos artistas de la cámara hacían: ¿son sólo producto de su época? Si es así, ¿qué época es la suya? con lo longevos que tantos de ellos y ellas han sido (WR: 99 añitos), ¿sólo importan sus fotos de la(s) posguerra(s) y, más concretamente, en París? Algo de ellos se nos escapa, me temo.
JP Quiñonero says
Nina,
Planteas una cuestión de mucho calado, si.
HCB era demasiado cosmopolita, irónica y demás para encajar con los otros colegas, una miqueta más meramente parisinos.
Doisneau… hay un poco de confusión: me gusta más cuando es menos convencional… lo del beso fue un montaje, bello, si se quiere, pero montaje pagado por una revista americana, que buscaba esa imagen de París. Pero, pero… Doisneau hacía muchas otras cosas, con mucha finura. Recuerdo una instantánea callejera El último vals… del 14 de julio, que me gusta muco. Y retratos en colores de señoras… encantadoras, justamente.
En verdad, WR podía ser una miqueta «lírico», «humanista» y «pillo» (honrado: tirar con gran ángular, para luego recentrar en el laboratorio… como todo el mundo, si, pero bueno). Soy sensible a su sencillez, cuando no se deja llevar del «lirismo popular» que puede ser muy vidrioso. La imagen del libro que he retomado habla -para mí- de lo esencial de su obra… conocía y amaba París, mucho. Creo que me «disparo». Sorry…
Q.-
Nina says
Dispárese, joven, dispárese: ¿la tuya es fotografía humanista? Pongamos la foto de la joven del vestido azul con puntitos rojos…, que como Mme Marie y Carmen aprecio en lo que vale.