La gestión del caso Alakrana corre el riesgo de convertirse en un modelo canónico de insignificancia “nacional”, incompetencia e incitación al secuestro de Estado.
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Si entiendo bien, el Estado no tiene la fuerza imprescindible para proteger a los marineros españoles que faenan en el Índico; pero si está dispuesto a “liberarse” de los piratas que lo tienen secuestrado, obedeciendo a sus órdenes:
-Pagando ¿cuatro millones de dólares? por la “liberación” de los españoles secuestrados.
-Liberando a los piratas que habían participado en el secuestro de españoles, arruinando con humillación el trabajo de los militares y jueces españoles.
MartínMorales en La Estrella Digital.
Lauro says
Echo en falta en las opiniones vertidas sobre el caso Alakrana un dato sobre el que me gustaría leer pareceres y análisis: Según tengo entendido los empresarios titulares del Alakrana fueron advertidos por las autoridades españolas de que la zona era muy peligrosa y que podía ocurrir el secuestro que ahora sigue ejecutándose. Si alguien pudiera aclarar esta cuestión se lo agradecería. Si así ha sido sería interesante saber si los trabajadores del barco lo sabían también. Todo sea por la cuestión del consentimiento y su relevancia a la hora de establecer cuotas de responsabilidad públicos y privadas.
Phil Blakeway says
No sé si fueron advertidos, pero era de público conocimiento que faenaban muy lejos de la zona bajo protección de los navíos aliados, sea ese amparo mucho o poco, porque al final todo depende de la política que entorpezca la acción de los militares, como resulta palmario en nuestro desgraciado caso.
La gestión está siendo, como cabía esperar de un gobierno prisionero de prejuicios y práctico en nada, desastrosa. La discreción que pide el presidente oculta la intención de evitar la crítica a su quehacer y nuestro pabellón por los suelos una vez más. Y entiéndase lo que la metáfora implica: que el apaciguamiento y la cesión anima a los criminales a elegir objetivo. Temeridad y negligencia.
JP Quiñonero says
Phil,
Más o menos, si: Impericia e irresponsabilidad de Zapatero al timón del Alakrana,
Q.-
Lauro says
Phil,
Creo que sigue siendo fundamental el dato de si fueron advertidos y la forma que revistió esa advertencia y, por supuesto, el conocimiento real que tuvieran los trabajadores del atunero. Se trataría de saber si, como los toreros, se justifica o no, jurídicamente al menos, que deba castigarse o no al dueño del toro si dicho animal es el que cornea al torero: éste no tiene acción contra el ganadero, etc. Si el trabajo era de riesgo, y el riesgo era asumido, y por tal concepto cobraban lo que hubieran acordado, la culpa de las autoridades sería mucho menor que la que se predica de ellas en este supuesto concreto. Por otro lado, discrepo de que lo militar deba anteponerse a lo jurídico o político-representativo.
Lauro.
Phil Blakeway says
Lauro,
Una vez resuelto el entuerto habrá mucho que hablar, incluyendo en el percal la responsabilidad del armador o del patrón en la decisión de faenar por las coordenadas donde fueron apresados. Creo que es de público conocimiento en qué áreas se pesca cons seguridad y en cuales no. Que el armador pague o no el rescate es indistinto a estos efectos, puesto que el gasto derivado de su negligencia, ya producido y por venir, lo soportamos los contribuyentes todos. Y hablo del coste económico, no del desprestigio y su traducción en riesgo para los españoles que por el Universo Mundo transitan, que es otro cantar.
En cuanto a la opción militar, prácticos hay en el asunto. Pero no deja de ser una opción que temo sea descartada a priori por el Gobierno. Me consta que hay protocolos de actuación que la contemplan en caso de asesinato de rehenes, por ejemplo. Pero trasladar a los criminales que saldrán impunes no es de recibo, porque el debate que se produce en una sociedad abierta, aunque con sus matices, como la nuestra, les llega.
hombredeapie says
Resulta curioso que Inglaterra que fue patria de piratas, siga robando ahoara a través de abogados defensores. http://hombredeapie.wordpress.com/2009/11/12/el-alakrana-y-los-abogados-defensores/