¿Salvará o hundirá Carla Bruni a Nicolas Sarkozy…?

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La presidenta se suma al bando de quienes no desean que Nicolas Sarkozy vuelva a ser presidente de la República. Es el rechazo más cariñoso, de una fronda que tiene muchas otras cabezas, aspirando todas ellas a derribar al jefe del Estado.

Dominique de Villepin, ex primer ministro, el más viejo de los enemigos personales de Sarkozy, anuncia la creación de un nuevo partido conservador, con una carga política de fondo: “No me reconozco en unas reformas mal planteadas y en una acción política que deja mucho que desear”. Villepin espera contar con el apoyo de un impreciso grupo de diputados disidentes.

En otro plano, han estallado tensiones entre Sarkozy (presidente) y François Fillon (primer ministro), mucho mejor cotizado en los sondeos. Fillon tenía prevista una larga entrevista en TF1, el canal de tv (privado) de máxima audiencia. Pero decidió anularla en el último momento: se sospecha que presionado por un Sarkozy, acosado por varios frentes.

Entre los diputados conservadores, Jean-François Copé cultiva desde hace meses una fronda larvada, que ha culminando pidiendo “una nueva política”, acompañada del “retorno a nuestros valores”. La “apertura a la derecha” del micro cambio de gobierno que siguió a la derrota electoral ha sido percibida como una “cobardía”.

El enfrentamiento a cara de perro con Villepin, el enfrentamiento larvado con Fillon, y el enfrentamiento florentino con Copé, sitúan a Sarkozy en una posición harto incómoda.

La derrota en las elecciones regionales se ha transformado en un campo de minas: los ministros derrotados se consideran víctimas de una trampa, los diputados conservadores temen ser víctimas de un “efecto boomeran”… cuando las reformas pendientes (pensiones) auguran nuevas tormentas sociales.

En ese marco político muy tenso, Carla Bruni ha dejado caer en Le Figaro Magazine una frase de imprevisible alcance: “Aceptaré la decisión que tome mi marido, claro. Pero, por mi parte, me gustaría que no volviese a presentar su candidatura a un nuevo mandato presidencial. Quizá temo por su salud. Quizá me gustaría vivir una vida más tranquila”.

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