¿Cuando conoceremos los inéditos de Kafka…?
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Tratándose de los archivos, la obra y el legado de un genio, la pregunta no me parece baladí.
Todo comenzó por estas legendarias líneas:
“Querido Max Brod, mi último deseo: todo lo que deje detrás, los diarios, los manuscritos, las cartas, las mías y las de otros, bocetos y todo lo demás debe ser quemado completamente sin haber sido leído; lo mismo aplica para todos los dibujos y escritos que tú u otras personas posean; a ellas debes pedírselos. Tuyo, Franz Kafka”.
Afortunadamente, Brod no cumplió el deseo kafkiano. A su muerte, Brod dejó a su secretaria, Ester Hoffe el archivo con los papeles y dibujos íntimos de Kafka que él mismo no publicó.
La historia ha seguido su kafkiano curso:
Enrique MF says
Q: ¿Qué opinas de la visión del asunto Brod-Kafka sostenida por Milan Kundera en su interesante libro Los Testamentos traicionados ?
Por si no lo hubieras leído (recomiendo su lectura vivamente), resumo. En uno de los ensayos del libro, el que encabeza con unas palabras de Stravinski (Amigo, aquí no está usted en su casa)Kundera cuestiona el mito de que bueno que estuviera allí Max Brod . Para el escritor checo se trata de una mentira colectivamente aceptada a fuerza de repetición. Como punto de partida aclara que es falso que Kafka, en un arrebato testamentario, encomendara al amigo la destrucción tras su muerte de todas sus obras. Realmente en su carta a Brod sólo condenaba a la desaparición las notas, bosquejos y obras que consideraba inacabadas, salvando de la quema una parte de sus escritos no privados, que sí estimaba validos: La condena, El fogonero, La metamorfosis, La colonia penitenciaria, Un médico rural, Un campeón del ayuno… Kundera argumenta de foma inteligente que la última voluntad de Frank Kafka, expresada al que consideraba su fiel amigo, no era ni una pose ni una ocurrencia descabellada, sino manifestación de un deseo firme y sincero, que nada tiene de raro; y que la transgresión por parte de Brod de esa voluntad, publicándolo todo (incluso lo más íntimo) le convierte en un traidor. Kundera complementa el retrato de Brod presentándolo como un incompetente como crítico de arte (recomienda para constatarlo la lectura de su monografía sobre Janácek) que se jacta de no haber cumplido lo mandado por el amigo muerto, arrebatando al mismo el derecho más sagrado de un autor: el derecho sobre el contenido y el destino de su propia creación.
EMF
JP Quiñonero says
Enrique,
Mucho me pides; veré que se me ocurre…
De entrada, Kundera está en exceso valorado, para mi gusto. Me parece un escritor importante. De una estatura mediana.
De su(s) escrito(s) sobre Kafka no recuerdo lo de Brod. Si recuerdo un primer texto que, si la memoria no me falla, venía a decir que, en verdad, Kafka también podía leerse como un “profeta” de la realidad kafkiana en los Estados comunistas. Recuerdo que me pareció muy brillante. Esa lectura salta a la vista. Yo veo un Kafka mucho más hondo, indisociable de la mística judía y la teología. En la correspondencia Scholem / Benjamin hay páginas definitivas. Scholem y Benjamin si me parecen dos escritores de una grandísima estatura, entre los más grandes, en sus respectivas disciplinas.
Sobre Kundera / Brod… no veo muy clara la historia. Que Brod no era un genio parece más o menos evidente. Pero… cuando un escritor quiere destruir sus papeles o suicidarse no delega la destrucción a ningún amigo. No conozco en detalle el caso. Sea como fuese, creo que Brod hizo muy bien: con todos los matices que se quiera, su “salvación” nos dejó un legando muy inmenso. Solo por eso ya merece toda mi simpatía. Que si Brod salvó de la quema papeles que Kafka deseaba destruir… bueno, bueno… todos los papeles de un escritor como Kafka me parecen esenciales para intentar comprenderlo mejor.
Temo que Kundera no sea el personaje ideal para hablar de traiciones. Él se tomó unas libertades literarias que sus amigos de la época no siempre apreciaron completamente. Por otra parte, ese lenguaje justiciero también me parece un poco fuera de lugar: las lecciones de ética, a toro pasado, siempre me resultan un poco vidriosas.
Queda la historia de la(s) maleta(s) con los inéditos por descubrir… Vaya usted a saber…
Q.-