Bulevar St.-Michel, 19 octubre 2010. Foto JPQ.
¿Cuando comenzó la crisis francesa del otoño 2010…? ¿Cuales son sus perspectivas…?
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CHIRAC SE BAJA LOS PANTALONES
La crisis de noviembre / diciembre de 1995 es el antecedento claro y pedagógico que es necesario tener presente para comprender la crisis en curso.
La reforma del sistema nacional de pensiones, concebido por el general de Gaulle y el PCF en la inmediata postguerra, había sido objeto de muchos proyectos de reforma, durante varias décadas. Pero todos habían fracasado.
En 1995, Jacques Chirac y su primer ministro, Alain Juppé, contando con la mayoría parlamentaria más grande de la historia democrática de Francia, acometieron la gran reforma de ese sistema nacional de pensiones, viciado por unas disparidades excepcionales entre las pensiones del sector público (mejores pensiones, trabajando menos años, pagando menos cotizaciones) y el sector privado.
La pareja Chirac / Juppé intentó por vez primera establecer una igualdad entre sector público y sector privado. Ese proyecto chocó de manera brutal con los sindicatos de funcionarios, que paralizaron el tráfico ferroviario, la distribución de carburantes y los transportes públicos durante varias semanas, hasta conseguir que el presidente retirara su reforma. Como consecuencia de aquella “bajada de pantalones”, Chirac cometió el error de convocar elecciones generales ancitipadas, perdiendo la mayoritaria parlamentaria y obligándolo a gobernar durante cinco con una mayoría y gobierno socialista.
Humillado por los sindicatos el invierno de 1995, Chirac volvió a sufrir la contestación sindical y estudiantil en varias ocasiones. Tras su cohabitación con un gobierno socialista, durante siete años, Chirac vuelve a intentar varias reformas parciales el 2003, enfrentándose a varias huelgas finalmente fallidas. El 2006, siendo primer ministro Dominique de Villepin, Chirac intenta otra modesta reforma escolar, hasta que consideró preferible enterrar la reforma, ante la presión de las manifestaciones.
SARKOZY COMIENZA A JUGAR AL RATÓN Y EL GATO
Con esos antecedentes, Nicolas Sarkozy hizo campaña anunciando que la reforma global del sistema nacional de pensiones sería la gran reforma de su mandato, escalonándola en dos tiempos.
El otoño / invierno del 2007, Sarkozy y su primer ministro, François Fillon, comenzaron la gran reforma, que comenzó con reformas parciales: reforma de los estatutos privilegiados de los funcionarios, e instauración de un servicio mínimo en los transportes, durante cualquier huelga. Los sindicatos intentaron repetir la prueba de fuerza de 1995. Pero Sarkozy resistió e impuso su reforma.
Siguió un largo periodo de concertación y pedagogía, que ha culminado con la discusión parlamentaria de la Ley que reforma globalmente el sistema nacional de pensiones. Los sindicatos vuelven a intentar la prueba de fuerza de 1995 y 2007. Sarkozy repite, desde hace meses, que se trata de una reforma justa e imprescindible que será consumada y aplicada con el fin de sanear y asegurar el funcionamiento del sistema nacional de pensiones.
SARKOZY ESPERA TRIUNFAR DONDE FRACASARON MITTERRAND Y CHIRAC
Nicolas Sarkozy espera pasar a la historia y restaurar parte de su crédito, entre la opinión pública conservadora, consumando la reforma que antes habían intentado dos presidentes de la República (Mitterrand y Chirac) y todos los economistas consideran imprescindible para restaurar las amenazadas cuentas de un Estado víctima del inmovilismo socialista y conservador, desde hace treinta años.
Siendo primer ministro de Mitterrand (1988), Michel Rocard fue el primer dirigente socialista en advertir que la reforma del sistema nacional de pensiones, pactado por De Gaulle y el PCF, en la postguerra, era una cuestión de Estado, que Francia necesitaba abordar, con urgencia, para corregir vicios y asegurar un funcionamiento que se dirigía hacia la bancarrota.
O REFORMA O SE HUNDE
Desde entonces, sucesivos gobiernos de izquierda (Lionel Jospin) y derecha (Chirac) coqueteraron con proyectos sucesivamente abandonados. Candidato a la presidencia de la República (2006 / 2007), Sarkozy anunció solemnemente que esa sería la gran reforma de su mandato presidencial, el cimiento último de un proyecto de “ruptura” con el inmovilismo de izquierda (Mitterrand) y el inmovilismo de derecha (Chirac).
Presidente, Sarkozy comenzó el invierno del 2007 la reforma que ahora culmina. En la recta final de su aprobación parlamentaria, la resistencia de los sindicatos de funcionarios solo puede confirmar la determinación del presidente, por razones, personales / electorales y por razones económicas nacionales e internacionales.
Los economistas liberales y una parte del electorado conservador hace más de un año que reprochan a Sarkozy su “deriva inmovilista”, reprochándole que hubiese abandonado la “ruptura” prometida. La reciente visita al Papa tenía por objetivo táctico la posible “reconciliación” con el electorado católico. La aprobación de la Ley de reforma del sistema nacional de pensiones es un proyecto de gran envergadura, anterior a cualquier táctica electoral. Pero, finalmente, también tiene una dimensión electoral: Sarkozy espera poder presentar el balance político de un presidente que cumple lo que promete y “no se baja los pantalones”, como hizo Chirac en varias ocasiones.
AMENAZA LETAL DEL BONO FRANCÉS
La crisis en curso también tiene una dimensión monetaria internacional. Si Sarkozy “cediese” ante la presión de la calle… y “retirase” su proyecto, el bono y la deuda francesa caerían automáticamente en los mercados internacionales, agravando, al mismo tiempo, la crisis nacional de Francia y la crisis personal de Nicolas Sarkozy.
Cediendo a la calle, Sarkozy no ganaría ningún voto a la izquierda. Y perdería muchos votos a la derecha. Ratificando su proyecto, Sarkozy también espera consolidar o ganar confianza entre sus electores conservadores.
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