No he visto ninguna película de Álex de la Iglesia. Ni pienso entrar -hoy- en el debate sobre la Ley Sinde.
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Por el contrario, me parece infame y policial el comportamiento de la ministra de Cultura, usando los recursos económicos y policiales del Estado para cercenar la libertad de opinión del cineasta y los profesionales de la industria del cine.
Recursos económicos del Estado usados contra un creador: amenazarlo y amenazar a quienes apoyan sus opiniones, a través del control del reparto del podrido pastel de las subvenciones gubernamentales, usadas como pistola para coaccionar.
Recursos policiales del Estado contra el director: utilizar los tentáculos burocráticos para imponer su exclusión de una asociación gremial, interviniendo de manera abusiva en la vida de una profesión sometida a la bota del poder político.
Zapatero no es Mao Zedong. Es algo menos épico, más cutre y liliputiense. Pero lleva años dejándose llevar por las mismas manías policiales de quienes han legislado o intentado legislar en cuestiones que es peligroso someter al control del Estado, ya que afectan a la sexualidad, la religión o los hábitos culturales del individuo, la persona humana…
Que cuestiones tan graves como la eutanasia, la libertad de conciencia, la sexualidad, el uso de internet, o la libertad de expresión sobre tales cuestiones, sean o puedan ser legisladas por personajes como Leire Pajín o Ángeles González-Sinde me parece un riesgo peligroso.
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- ABC, La bestia negra del Ministerio.
- El País, Cultura quiere unos Goya sin De la Iglesia.
- La Vanguardia, El profesor Francesc de Carreras razona de manera convincente, para mí, el mecanismo perverso de recorte de las libertades básicas, a través de la Ley del tabaco, La libertad de fumar.
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- Sociedad, Cine y Cibercultura (s) en este Infierno.
Barcepundit -> EL PAÍS Si estás muerto, ¿por qué bailas? Isabel Coixet
Gran reflexión sobre la crisis del cine.
No he visto película alguna de la conocida directora, ni tan siquiera estoy motivado para ello, pero reconozco que su escrito merece la pena.