Gadafi, ETA, GAL, Ceuta, Melilla…
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Hace siglos…
Enrique Tierno Galván y Alejandro Rojas Marcos vinieron a París en busca de apoyos para sus proyectos propios de construir un “auténtico socialismo”. Feliciano Fidalgo y yo mismo fuimos los dos únicos periodistas que cubrimos aquella aventura.
El profesor Tierno Galván intentó congraciarse con François Mitterrand con esta legendaria frase: “Entre la socialdemocracia y el marxismo leninismo, me quedo con el marxismo leninismo…”. A lo que respondió Mitterrand: “¡Por supuesto…!”.
El profesor madrileño aspiraba a “robar” a Felipe González el liderazgo del socialismo español.
Rojas Marcos era el responsable del diálogo con los nuevos socialismos del Tercer Mundo, que por entonces encarnaba el coronel Gadafi. Rojas Marcos contó sus andanzas africanas de este modo: “Gadafi me ha confirmado personalmente que apoya nuestra alternativa auténticamente socialista, como Mitterrand nos apoya y nosotros apoyamos su proyecto de Unión de la izquierda”.
De aquellos años datan las sospechas del apoyo libio a ETA. Sospechas más o menos fundadas. No era un secreto que Gadafi pagaba espectaculares acciones terroristas. Dos de las más célebres siguen siendo el atentado contra una discoteca, en Berlín (1986), 1986 Berlin discotheque bombing, y el atentado contra un avión de la Pan Am (1988), Vuelo 103 de Pan Am.
Entre esos atentados, la pareja Reagan / Thatcher decidió “resolver” la amenaza libia bombardeando algunas residencias de Gadafi, Bombing of Libya.
Significativos miembros de la Internacional Socialista, como Bruno Kreisky, Andreas Papandreu, Dom Mintoff y el mismo Felipe Gonzalez, hicieron de intermediarios entre Gadafi y Europa, intentando conseguir y consiguiendo que la antigua CEE rechazara la política dura que defendían Reagan y Thatcher.
Siguió, con el tiempo, la “normalización” libia, que culminó con el nombramiento de Gadafi, al frente del Comité de derechos humanos de la ONU.
Desde entonces, los dirigentes españoles y europeos tampoco han dado signos de un discernimiento excepcional. Y la inmensa mayoría siguieron recibiendo con mucho fasto al dirigente que encarnaba un modelo de tiranía personal que, durante no sé cuantos años, fue presentada y aceptada como un modelo socialista original. Madre del Señor.
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Joaquín II says
«Nulla Ethica sine Aesthetica» creo que dijo Valverde tiempo ha.
¡Qué compañias!
¡Qué trajes!
JP Quiñonero says
Joaquín II,
Si, lo de ética / estética es de las cosas esenciales, a tener en cuenta, a cada instante, claro,
Q.-
maty says
Mientras tanto, como repito siempre, millones de votantes españoles daban reiteradamente su apoyo a tales partidos, y así próximamente.
En el fondo lo que hay es corrupción, por el dinero con el que Gadaffi compraba voluntades.
Otro tanto, o mucho más, con los partidos políticos franceses e italianos que han tenido responsabilidades de gobierno.
Es lo que hay: corrupción generalizada entre las castas políticas, ecónomica y moral.
En España, empezando por el rey y sus amistades con los dictadores de la zona, sobre todo con los que tienen petróleo. Justificado por el «interés de Estado», como en tantas otras cosas.
JP Quiñonero says
Maty,
«Cada tema con su loco…»
Avanti..!
Q.-
maty says
Los medios de (in)comunicación españoles informan sobre los ministros franceses (el matrimonio), y de las relaciones pasadas de otros gobernantes franceses pero CALLAN SOBRE EL REY (Bahrein, Kuwait, Arabia Saudita, Jordania…).
maty says
BBC Mundo La ambigüedad de la izquierda latinoamericana frente a Gadafi Carlos Chirinos