Odeon,10abril2011. Foto JPQ.
… moderna.
[ .. ]
Me dijo M*: “No has hecho nada de Sidney Lumet”. “No -respondí-, intento huir de la “tiranía” de la actualidad”.
Pero la actualidad me persigue. Y lo visto y leído sobre Lumet confirma, para mí, otra penosa evidencia: enterrándolo en el panteón de los grandes maestros del cine, con todos los honores que son los suyos, quizá también se entierra y olvida lo único esencial.
Siendo, en efecto, un gran maestro del cine, Lumet, como los más grandes, también es mucho más. También nos habla y reflexiona, por ejemplo, sobre las metamorfosis de la gran ciudad, Nueva York, la gran metrópolis, parábola del infierno contemporáneo.
Apenas una cita:
–Almost all of your films—from The Pawnbroker to your latest—have an intense level of that famous New York grit. Is being streetwise really such a difference between us and Hollywood?
-In L.A., there’s no streets! No sense of a neighborhood! They talk about us not knowing who lives in the same apartment complex as us—bullshit! I know who lives in my building. In L.A., how much can you really find out about anybody else.
–What do New York filmmakers get from all that?
-Really, it’s just about human contact. It seems to me that our greatest problems today are coming out of the increasing isolation of people, everywhere. Look, I was even feeling isolated on the East Side. Fifteen years ago on the East Side, there were people all around at night. Now, after 8:40, nobody’s walking anymore. So I just moved back to the West Side. There are still people on the streets there. [ .. ] [New York, 24 septiembre 2007, Dog Day Afternoons: Sidney Lumet].
Esa ciudad sin calles, Los Ángeles, también habla de nuestras urbanizaciones sin calles, sin iglesias, sin plazas, habitadas por seres humanos que se desconocen, desarraigados, errantes en un laberinto de números y códigos, unidos a través de la distribución de la electricidad, el agua, el gas y las basuras comunes.
Esa otra gran ciudad, Nueva York, donde Lumet ha explorado, una y otra vez, los estragos de la soledad de las almas muertas, atadas a los cadáveres de familias desarraigadas, habla de la soledad en las grandes ciudades de nuestra civilización, donde solo crecen las familias monoparentales y los seres humanos se buscan en vano los unos a los otros, sin llegar a encontrarse nunca.
Atraídos por incontables fantasmas que se compran y se venden por dinero, los padres o los hijos que necesitan comprar basura para matar el tedio son capaces de abandonar a los niños o los ancianos tirándolos en un basurero; o les pegan un tiro para robarles la caja del día, en la vieja tienda de bisutería donde se hizo la modesta fortuna ida en vicios y locuras.
Quizá haya otros mundos: pero esas ciudades de pesadilla no dejan de crecer por las calles de nuestras ciudades vencidas por el relativismo moral, la corrupción de las costumbres, el ocaso de nuestra vida moral.
- Cine y Fotografía en este Infierno.
Las ciudades parecen crecer al ritmo que deboran a sus propios ciudadanos. Soledad, desarraigo, impersonalidad…
En cuanto a la foto, me surge una duda: ¿esta vez no hubo gratitud?
ALC,
Incluso en las ciudades / tierra baldía cabe mi agradecimiento, hacia ti y hacia ella, claro,
Q.-
¿Dónde quedan los ciudadanos?
ALC,
… la ciudadanía, la vida cívica, quizá estén amenazadas por la incultura de masas, donde medran con éxito el populismo y la demagogia, aventando las semillas de una sociedad de borregos sonámbulos,
Q.-