España, cambios municipales, Estado empantanado.
Las elecciones municipales del 22 de mayo pasado nos hablan de una suerte de “revolución cultural” que va mucho más allá de la política, tal como la entiende el stablishment.
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ABC, Los pactos municipales abren la puerta al PP para aumentar su poder autonómico. Izquierda Unida facilita la llegada al poder del PP en Extremadura.
El País, El PP asume el mayor poder municipal de la democracia. CiU y Bildu logran máximos históricos en sus alcaldías.
La Vanguardia, El PSOE intenta contener su desintegración territorial.
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… siendo cierta, esa realidad política, a flor de piel, solo es un espejo cóncavo de realidades mucho más profundas:
El PP gobernará España, probablemente, el invierno o la primavera que viene. Pero el rechazo electoral de las municipales va mucho más allá de las “fronteras” del PSOE. Los electores también han votado contra la retórica cultural dominante desde hace varias décadas.
Zapatero ha conducido al PSOE hasta el precipicio donde se encuentra: él ha diluido los últimos restos de las siglas de su partido en la nadería iluminada con luces fluorescentes de la publicidad audiovisual.
Los triunfos de Bildu y CiU recuerdan que las cuestiones vasca y catalana continuarán siendo problemas de inmenso e irresuelto calado, de cuyas raíces ya nos hablaban -en vano- Cervantes, Quevedo, Gracián, Cervantes y Gracián, sospechosos de delito secesionista, 2.
Los abstencionistas -los «votantes» por omisión del segundo “partido” de Estado- recuerdan la angustia social de millones de ciudadanos insatisfechos con el ping-pong PSOE / PP, cuando se han agravando las grandes crisis pendientes, de Estado, de representación cívica, moral: Agravación de las crisis españolas.
El 15-M nos recuerda la angustia social de las primeras víctimas de la crisis más reciente, Generación Zapatero, jóvenes sin trabajo y jubilados prematuros. El movimiento sufrirá imprevisibles metamorfosis. Y, ante el comportamiento cínico, sonámbulo e inútil de los sindicatos, está llamado a perdurar, mientras los jóvenes no vean una luz en algún horizonte, Victoria del 15-M.
Reducir cuestiones de tan inmenso calado a las miserias del stablishment político y mediático seguirá pudriendo una realidad que jóvenes y menos jóvenes, abstencionistas, consideran asfixiante, mientras han proliferado varias castas que viven y engordan devorando la podredumbre.
- Anales de Caína y España en este Infierno.
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