¿Se puede confiar en alguien que está endeudado hasta el cuello, no tiene ingresos y se pasa el día jugando al bingo..?
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Eso es lo que piensan quienes compran, venden e invierten dinero en grandes cantidades: el eufemismo «los mercados» oculta esa realidad simple, comprensible y brutal.
Las deudas acumuladas por las administraciones Obama (incrementando el gasto y la Deuda acrecentada por Bush en Irak y Afganistán), Berlusconi (viviendo a perfusión) y Zapatero (no sé cuantos años de irresponsabilidad) costarán años de trabajo, sudor y lágrimas a los contribuyentes.
Ante tal evidencia contable, Obama negocia un apaño provisional, Berlusconi prosigue su gesticulación, y Zapatero piensa que puede seguir acumulando deudas, mientras Rubalcaba reparte sonrisas y promesas.
Consecuencia lógica, quienes compran, venden e invierten dinero en grandes cantidades están convencidos que el bingo, los ciegos y la lotería «nacional» no resolverán el problema de quienes están endeudados hasta el cuello, siguen pidiendo dinero prestado (sacando a subasta una Deuda siempre más cara y gravosa) y se van de vacaciones a distraerse con la bazofia de la prensa veraniega.
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