La inmigración subsahariana también tiene nuevos rostros.
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–La joven inmigrante y los incendios de Londres.
–Nuevos rostros del hombre invisible.
–Madres inmigrantes, con niños.
Mientras la tropa carpetovetónica andábamos sin afeitar, en paños menores, con el culo al aire, o casi, en no pocos casos, las madres subsaharianas y sus niños se ponían sus mejores trapos para salir a pasear, a la caída de la tarde, por legendario Paseo de los Ingleses / Passeig dels Anglesos de Caldetes, que en otro tiempo servía de santo y seña para la más alta y encopetada burguesía de Barcelona.
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Caldes d’Estrac / Caldetes, 28 julio 2011. Foto JPQ.
- Fotografía e Inmigración en este Infierno.
Teresa says
Colores para alegrar nuestra triste life.
JP Quiñonero says
Teresa,
Quizá lleves razón… hay un deseo en esos coloridos unas ganas grandes de ver el mundo en esos tonos muy alegres, si,
Q.-
Passy says
Entiendo la fascinación por el color y lo africano. Es una larga tradición europea que ha cargado las pilas de no pocos escritores y pintores que fueron más allá del Grand Tour. Lo que no alcanzo a comprender es la oposición entre este legítimo interés sociológico y estético por lo foraneo y el desprecio por lo propio: el verano nacional no es solo caretos sin afeitar. La juventud, la belleza y las ganas de vivir son patrimonio universal. Basta con mirar lo de allá y lo de aquí con los mismos ojos.
Cambiando de tercio, será interesante seguir el desarrollo del gobierno de transición en Libia. Veremos si se repiten aquellas hermosas imágenes en las que las mujeres se manifestaban en París contra Gadafi, en el caso de que se yihadistas y salafistas acaben por ocupar el poder.
Un saludo cordial,
Teresa says
Es la primera vez que veo una foto de una familia de negros endomingados, con colorines, en una playa «burguesa». Deben ser muy frecuentes en Sanse, claro, o en Biarritz.
Por el contrario, en este blog veo muchas mozas y mozos blancos con poca y mucha ropa.
Hay fascinaciones que merodean por los ojos de cada espectador.
JP Quiñonero says
Miguel, Teresa…
Miguel,
Qué decir… NO tengo Nada Claro que Nadie sepa qué puede ocurrir, en Libia; o en el Pirineo aragonés. Por mi parte, una debilidad: me gustan y hasta estoy una miqueta orgulloso de mis numerosas fotos de mujeres musulmanas, tirándose a la calle para pedir pan y libertad, con sus niños en brazos… se trata de lecciones que valen para toda una vida, incluso mucho más allá de Libia o París, si me apuras,
Teresa,
Bueno… quizá eso me llamó la atención… tanto colorido en una playa de alto copete burgués, catalán. En Biarritz, temo que no esté la cosa para estas alegrías. En Sanse, vaya usted a saber,
Q.-
Passy says
Creo que está claro que no hablo de las fotos sino de la extrañeza que me causa la contraposición que se expone en el texto. sin ánimo de polemizar, saludos de nuevo.
JP Quiñonero says
Miguel,
La cosa no tiene la menor importancia, hombre.
En mi caso -que soy el autor de la cosa-, me llamaba la atención la elegancia y gusto por la vestimenta de la familia fotografiada, en contraste con los atuendos «informales» (lamentables bañadores masculinos, escuetísimos bañadores femeninos, familias metiendo los trastos de la playa en sus coches utilitarios, etc.) del personal más o menos autóctono…
Me hubiese encantado contemplar una escena de alta comedia de subsaharianos y burgueses catalanes compitiendo en elegancia estival,
Q.-