Hollande, de la separación de Ségolène al duelo con Sarkozy

Bataclán, bulevar Voltaire, 13 octubre 2011. Foto JPQ.

Este hombre puede ser presidente de Francia.

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Si… consigue salvar los “obstáculos” de Marine Le Pen, Nicolas Sarkozy y el fantasma de la pérdida nacional de la triple A.

Claro que… ya ganó una patética historia de adulterio: Ségolène se separa de Mr. Royal. Sexo, política, socialismo, divorcios…

Micro bio. de urgencia:

François Hollande (Rouen, 1954) es un “elefante” y burócrata histórico del PS francés, que ha terminado imponiéndose como “federador” de las distintas familias socialistas que llevan años disputándose la dirección de un partido en busca de líder.

Su padre, Georges Hollande, era partidario de la Argelia francesa y jamás ha ocultado su simpatía por Jean-Marie le Pen, el líder histórico de la extrema derecha. El candidato socialista a la elección presidencial afirma que su padre “nunca ha sido racista y ha evolucionado mucho”.

Hollande y Ségolène Royal, candidata socialista contra Sarkozy, el 2007, se conocieron en las aulas de la Escuela Nacional de Administración (ENA), en 1970. Y se consagraron juntos a la política, hasta que los separó la ambición presidencial. Hollande abandonó a la madre de sus cuatro hijos durante la campaña de las presidenciales del 2007. Cuatro años más tarde, Ségolène pidió días pasados el voto para su ex.

A lo largo de treinta años, Hollande ha ocupado todos los cargos estratégicos de la burocracia de su partido, siempre eclipsado por sus mentores, Jacques Delors (padre de Martine Aubry) y Lionel Jospin (candidato socialista en las presidenciales del 2002, eliminado por Jean-Marie Le Pen).

Abogado y profesor de economía, nunca ha trabajado en la empresa privada. Su visión de la vida económica y las relaciones sociales es la de un profesor a tiempo parcial, siempre preocupado por realizar la “síntesis” entre las distintas corrientes de su partido.

Sus convicciones de muñidor de síntesis socialistas siempre han sido más fuertes que sus convicciones económicas, tradicionalmente favorables a la UE y el euro.

Durante la campaña de las primarias, Hollande se ha situado al centro del centro de todas las familias socialistas, alejado de la izquierda anti mundialista pero partidario de una política “voluntarista” dirigida al núcleo duro de su electorado potencial: funcionarios, jubilados, profesores, jóvenes de clases medias.

Hollande se presenta como el candidato del “cambio tranquilo”, contra un Nicolas Sarkozy presentado como “violento” y “crispado”.

Hollande hará una campaña “centrista”, aspirando a federar el voto de todas las izquierdas, del PS a la extrema izquierda, sin olvidar a los ecologistas y un núcleo duro de centro izquierda.