A juzgar por las ojeras, temo que sus familiares puedan pensar que cuatro meses de ministro le estén costando la salud.
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Mis respetos, ministro (s):
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Antonio Camacho Vizcaíno. París, ministerio del Interior, 2 noviembre 2011. Foto JPQ.
Quizá sea sintomático, me digo, que un hombre que pudiera ser su padre (veinte años más viejo), embarcado él mismo en la guerra política sin cuartel, conserve un cutis con menos estragos:
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Claude Guéant. París, ministerio del Interior, 2 noviembre 2011. Foto JPQ.
- Fotografía en este Infierno.
El gesto. Vi tus fotos. El gesto de susto del español es la tremenda diferencia.
Cristina,
Me alegra y anima leerte. Bueno…
Guéant es un cardenal de la curia romana, en tiempos de los Borgia.
Camacho es un hombre joven avejentado prematuramente, con el traje estrecho, las ojeras toomuch visibles y una humedad del rostro que también refleja lo incómodo e inquieto que se mueve en un territorio donde ve fantasmas por todas partes: con razón, se le nota demasiado que el traje de ministro cortefiel le cae grande, incluso cuando le está estrecho, víctima de un par de centímetros de vientre ganados en cuatro meses,
Q.-