El nuevo cine francés tiene muchos otros rostros.
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El que hoy triunfa -el más conservador, enterradas las lejanas esperanzas de los viejos maestros difuntos- también tiene rostros que escapan a las nubes tóxicas publicitarias, ocultando lo esencial, a su paso.
En definitiva, el cine francés “reconquista” una posición estelar en la nueva geografía internacional del cine con una película muda en blanco y negro, cuando triunfan sus actores negros y mestizos, sus comedietas de costumbres mestizas, con final feliz.
Jefe del Estado, Nicolas Sarkozy ha tomado la palabra para saludar el triunfo espectacular de The Artist en la última edición de los Oscar: “Es un triunfo formidable para el cine francés y para el cine de calidad. Día de gloria nacional”.
Por vez primera en la historia de los legendarios galardones, una película y un actor francés “barren” en Hollywood, desplazando a todas las glorias norteamericanas, de Martin Scorse a George Clooney.
The Artist ha conseguido lo que nunca llegaron a conseguir las grandes glorias del cine francés, Jean Renoir, Brigitte Bardot, Michèle Morgan, Jean-Paul Belmodo o Alain Delon. Curiosamente, el triunfo de los franceses en Hollywood había sido anticipado por una comedia que ha tenido gran éxito popular: Hollywoo… (sin “d”, como si se tratase de Jolybud), la película de Florence Foresti (hija de inmigrantes italianos) y Jamel Debbouze (francés de origen norteafricano), que ha sido interpretada como un fenómeno de sociedad por muchos sociólogos de la cultura.
Quizá no sea un azar que la película francesa que ha tenido más éxito popular, las últimas décadas, haya sido Los intocables (19 millones de espectadores; el segundo éxito multitudinario en la historia del cine francés), la película de Eric Toledano, interpretada por François Cluzet y Omar Sy, contando la historia de la fraternidad entre un francés blanco e inválido y un francés negro y emprendedor.
Omar Sy ha sido consagrado como el mejor actor de Francia, el 2011, por su trabajo en esa película. Por vez primera, los Cesar (premios nacionales) consagraban la trayectoria de un actor negro, francés. [ABC, 27 febrero 2012. JPQ, Sarkozy saluda el triunfo de The Artist en los Oscar como «un día de gloria nacional”].
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Sin quitarle mérito alguno a la película, ya están los académicos para juzgar, creo que buena parte del éxito se debe a que Harvey Weinstein vuelve a contar con su mojo, como adelantaba Vanity Fair hace un año:
Si la parroquia está interesada en el tema del cine independiente su advenimiento y lo que supusieron los Weinstein -Miramax-, Tarantino y Robert Redford su libro es Sexo, mentiras y Hollywood, de Peter Biskind.
Armando,
No están nada mal esas citas. Si debo decir la verdad… la tal Artist me parece un pestiño de melaza manierista, insufrible. La verdadera obra de genio era la película de Scorsese, claro está,
Q.-