François Hollande y Valérie Trierweiler, primera jornada en el Elíseo, 15 mayo 2012. Foto JPQ sobre imagen tv de BFM.
Hollande, cercado por la crisis.
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YA CON EUGENIA DE MONTIJO…
Los líos, enfrentamientos, tensiones y conflictos entre Valérie Trierweiler, compañera sentimental del presidente François Hollande, y su ex y madre de sus cuatro hijos, Ségolène Royal, son una primicia en la historia política del Elíseo, un palacio presidencial que conoció muchas otras historias de amor, que nunca tuvieron semejante alcance político, imprevisible e inflamable.
Napoleón III traicionaba a la última emperatriz de Francia, Eugenia de Montijo, que era de Granada, saliendo del Elíseo por un pasadizo oculto tras una antigua capilla. Pero esas traiciones conyugales nunca tuvieron una dimensión política particular: fueron una “comedia de bulevar”, en la cúspide del Estado.
LAS PIERNAS DE UNA MINISTRA DE GISCARD
Ya bien entrado el siglo XX, el manto de la discreción cubrió durante muchas décadas los secreteos palaciegos. Por otra parte, ni el general de Gaulle ni Georges Pompidou eran hombres de muchas mujeres. Todo comenzó a cambiar con Valery Giscard d’Estaing.
Es famosa la frase de Giscard elogiando las piernas de una de sus ministras, durante un viaje oficial. Y es leyenda el accidente de automóvil de Giscard, la noche de su elección, tocando el claxon de su automóvil bajo la ventana de una amante real o imaginaria. Ningún rumor “rosa” tuvo para Giscard ningún alcance político particular.
MITTERRAND, AMANTE INSTALADA CON CARGO A LOS PRESUPUESTOS DEL ESTADO
François Mitterrand aportó “innovaciones” en las tradiciones íntimas de la presidencia de la República: instaló a su más antigua amante, Anne Pingeot, y la hija de ambos, Mazarine, en un palacio próximo al Elíseo, con cargo a los presupuestos del Estado. Se trataba de una novedad sin duda histórica. Un presidente que tenía dos familias, instaladas ambas en residencias oficiales, sin que llegaran a encontrarse nunca.
La revelación de la existencia de Mazarine tuvo, en su día, un cierto alcance político, muy modesto. Las primeras fotografías de Mazarine y su padre no influyeron en la política nacional. El encuentro de Danielle Mitterrand, la esposa, y Anne Pingeot, la amante, acompañadas de hijos e hija, ante la tumba de Mitterrand, selló una tardía “alianza” entre dos “familias” unidas en el dolor, separadas y enfrentadas durante una larga vida de pasiones inconfesables.
CHIRAC Y CLAUDIA
Bernadette Chirac ha contado personalmente, en muchas ocasiones, que su esposo tuvo “mucho éxito entre las mujeres”. Y se han contado muchas historias sobre las infidelidades presumidas o reales de Jacques Chirac. Incluso llegó a atribuírsele una aventura con Claudia Cardinale. Esa vida “paralela” jamás tuvo ninguna dimensión política, ni en el Elíseo ni en la alcaldía de París.
NICOLAS, CECILIA, CARLA Y…
Con Nicolas Sarkozy, las vidas sentimentales del presidente de la República cobraron por vez primera una dimensión política palmaria, mucho antes, incluso, de instalarse en el Elíseo. Cecilia Ciganer Albeniz, la segunda esposa del ex presidente, fue una consejera política muy importante, cuando Sarkozy era ministro del Interior. Cecilia ocupó un puesto central en la carrera política de Sarkozy. Pero le anunció que lo dejaba semanas antes de ser elegido presidente.
La tentación de ser primera dama de Francia sedujo a Cecilia durante unas semanas. Hasta que se hartó. Hoy sabemos que las tensiones sentimentales entre Sarkozy y su segunda esposa influyeron de manera determinante en la degradación de la cota personal del presidente, cuyo noviazgo y matrimonio con Carla Bruni, en la cúspide de su leyenda de “devoradora de hombres”, agravó la dimensión política más desastrosa de esa exposición pasablemente impúdica de la vida privada, en el Elíseo.
FRANÇOIS, SÉGOLÈNE, VALÉRIE…
Así las cosas, François Hollande insistió una y otra vez, durante su campaña electoral, en que la suya sería una “presidencia tranquila”, presentándose como un hombre y presidente “normal”.
Dos meses después de su elección como presidente, el 6 de mayo pasado, los líos, enfrentamientos, tensiones y conflictos entre Valérie Trierweiler, compañera sentimental del jefe del Estado, y su ex y madre de sus cuatro hijos, Ségolène Royal, se han transformado en un folletón político excepcional: por vez primera en la historia política de Francia, la vida más íntima del presidente de la República se ha transformado en un problema político de inmenso calado, que Thomas Hollande, el hijo mayor del presidente, ha resumido de este modo: “El comportamiento de su compañera sentimental ha destruido la imagen de hombre normal de mi padre, dando un vuelco a su presidencia, a los dos meses de ser elegido”.
¿CÓMO CLARIFICAR LA COSA..?
Comportamiento político sin precedentes: Valérie Trierweiler desea seguir ejerciendo su profesión de periodista, instalada en el Elíseo, con un equipo de nueve colaboradores, que tienen un sueldo medio de nueve mil euros mensuales, pagados por cuenta del Estado. Situación política sin precedentes: la ex del presidente, Ségolène Royal, sigue aspirando a ser ministra de un futuro gobierno presidido por el padre de sus hijos…
Sus consejeros más íntimos han pedido a Hollande que “clarifique” sus relaciones con sus mujeres, intentando evitar que el odio entre la ex y la compañera sentimental no precipite nuevas crisis. ¿Cómo pueden “clarificarse” tales “relaciones”? Vaya usted a saber.
- Francia en este Infierno.
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ABC, 15 julio 2012.
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