Sagrada Familia desde el scalextric de la plaza de las Glòries, 2 noviembre 2012. Foto JPQ.
Deuda y soberanía, en Cataluña.
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Las cifras era conocidas, desde el verano pasado. Hubiera sido utilísimo publicarlas, estudiarlas y comentarlas durante la reciente campaña electoral, para poder votar con cierto conocimiento de causa.
Nadie deseó darlas a conocer ni someterlas a juicio público, causando un daño cierto a la vida cívica y los intereses familiares de los más frágiles, que viven parcialmente del gasto público:
–La Deuda catalana asciende ya a los 43.908 millones de euros. Dicho de otro modo: buena parte del bienestar de la última década se ha pagado a crédito.
–El precio de los intereses de ese crédito no ha dejado de crecer y ascenderá el 2013 a los 2.300 millones de euros. Dicho de otro modo: el bienestar de mañana está hoy más hipotecado que ayer.
–Inversores y mercados de capitales, internacionales, retiraron su confianza y acceso a Cataluña, hace tiempo. El único banco al que puede pedir crédito la Generalitat es el Estado, a través del Fondo de Liquidez Autonómico. Desde el verano pasado, la Generalitat ha pedido 2.020 millones de euros (pago con mucho retraso de proveedores marzo y junio), el verano pasado; 1.539 millones de préstamos en octubre; 3.287 de nuevos préstamos en noviembre; y tiene previsto pedir otros 606 millones este mes de diciembre… Son de prever nuevas necesidades de crédito a lo largo del 2013, claro está.
Cualquier padre de familia puede comprender con facilidad qué ocurre cuando el bienestar de su hogar está hipotecado al crédito bancario.
Esas cifras son indisociables, claro está, del déficit fiscal entre el Estado y Cataluña: cuestión esencial, estudiada desde muy distintos ángulos, no siempre incompatibles. Se trata de la matriz inmediata de todos los problemas catalanes; y una cuestión esencial para el futuro de España.
La deuda y el déficit de Cataluña y España son inextricables. Y toda la credibilidad e hipotecada prosperidad colectiva pasa por intentar dar a tales cuestiones la solución menos mala. Su negociación está hoy más envenenada que la primavera pasada. Las nubes tóxicas ideológicas han causado estragos que pueden precipitar nuevas tormentas de basura, que pueden continuar complicando la visibilidad de una realidad tan cruda.
Deuda de la Generalitat, intereses de la deuda y perfusiones del Estado. La Vanguardia, 3 diciembre 2012.
jaal says
Y cómo resolvemos esto?
JP Quiñonero says
Jaal,
Pues vaya usted a saber.
Q.-