Es el escritor francés que vende más libros, en cinco continentes y cuarenta y cinco lenguas.
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Hôtel de Sers, 10 febrero 2013. Foto JPQ.
Pero no vive en Francia. Marc Levy se instaló hace años en Nueva York, donde prosigue su carrera de autor de best sellers internacionales.
Publica en francés una nueva novela, Un sentiment plus fort que la peur, cuando se acaba de traducir al español uno de sus libros más famosos, El pequeño ladrón de sombras.
–Se instaló en los EE. UU. como empresario mucho antes de convertirse en el autor de libros traducidos a cuarenta o cincuenta lenguas, con mucho éxito.
-Creo que fui un mal empresario.
–¿No había algo de esquizofrénico en esa doble ambición empresarial y literaria?
-Creo que no. Como empresario quería crear cosas. Y mis empresas estaban muy relacionadas con la creatividad, en California, donde las empresas más inteligentes pueden imaginar espacios muy propicios a la creación.
–Volvió a Francia, pasó una temporada en Londres, para instalarse definitivamente en Nueva York. Gérard Depardieu se marchó a Bélgica y tiene pasaporte ruso.
-Depardieu ha hecho mucho daño a la comunidad de los expatriados. La gente cree que los expatriados huyen por razones fiscales. Es una gran mentira para la inmensa mayoría. Hay patronos que huyen del fisco, si. Pero la inmensa mayoría somos gente que deseamos descubrir otros mundos En mi caso, decidí instalarme en Nueva York, hace catorce años, porque buscaba otros mundo. Me gusta vivir en una ciudad donde cohabitan hombres y mujeres de más de ciento cincuenta nacionalidades.
–Francia es una sociedad multicultural. El presidente Hollande solo pudo ser elegido con el voto de los negros y musulmanes franceses.
-Cuando yo me marché, ese proceso apenas estaba comenzando.
–¿Se marchó por razones fiscales?
-No. Quería descubrir otras formas de vida, alejarme de la rutina y el anquilosamiento.
–Jean-François Revel decía que los franceses tienen relaciones esquizofrénicas con el triunfo y el dinero.
-Yo creo que es sano que los ricos paguen más impuestos, claro. Pero creo que Hollande metió la pata cuando dijo que no le gustaban los ricos, durante la campaña electoral. Es cierto que unas pequeñas élites parisinas soportan mal el triunfo de quienes tienen éxito más allá de París y fuera de Francia.
–En su caso, la crítica literaria parisina no se lo ha perdonado. Dicen que es usted un cursi que escribe novelas rosa bombón.
-Hay una parte de la crítica parisina que no me puede ver. Pero hay otra que comienza a hablar bien.
–Cuando se ganan millones de euros vendiendo libros traducidos a más de cuarenta lenguas, lo que diga la crítica literaria debe importarle un pimiento.
-No, no. Eso sería despreciar. Y yo no desprecio a nadie. Me gusta la crítica constructiva.
–¿De donde viene usted literariamente?
-… // … pues no lo se.
–Hombre, ¿quienes son sus padres literarios? ¿Qué leía cuando era niño o adolescente y comenzó deseando ser un gran empresario?
-… mis lecturas… me gustaba Jacques Prevert, Victor Hugo, Barjavel, Roman Gary. Pero me siento más cerca de los americanos. Hemingway, Salinger.
–Poca literatura infantil. Me extraña que no cite a Mark Twain que es el patriarca de la literatura norteamericana.
-No. No me gusta.
–Quizá se siente usted más cómodo en el mundo de las imágenes, los comic, el cine de animación.
-Una de mis primeras empresas estaba consagrada a las imágenes de síntesis. La creación visual tenía gran importancia.
–Quizá se trate de otras formas de poesía, un poco alejadas de la palabra, el Verbo.
-Como empresario, también quise proponer la creación de espacios más “vivibles” en la empresa.
–Poco poético, oiga. Su “ladrón de sombras” ¿es usted?
-… // … Quizá si. Algunas experiencias dramáticas de ese libro me tocan muy hondo.
–Su nuevo libro se llama Un sentimiento más fuerte que el miedo. ¿Cual es ese sentimiento?
-El coraje… [ABC, 15 febrero 2013, Marc Levy: «Depardieu ha hecho mucho daño a la comunidad de expatriados».
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–Retrato improvisado de John Grisham.
- Entrevistas y Escritores en este Infierno.
Más que escritor, éste parece un señor que escribe…
Por cierto, Quiñonero: se me pasó escribirte que fuiste muy injusto con el Lincoln de Spielberg; es gran cine político, que ya me gustaría ver hecho aquí sobre, por ejemplo, nuestro 1868.
Un saludo
Antonio,
Cada cual escribe lo que Dios le da a entender, claro.
Sobre Lincoln… qué quieres que te diga. A ti parece gustarte. Es una opinión creo que mayoritaria. A mi me pareció un poquito o un mucho almibarada. Lo de justo o injusto, en cuestión de gustos, es algo un poco aleatorio. «Que florezcan mil flores…» decía un tirano no hace tantos años,
Q.-