Sexo, droga y atracos a mano armada.
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La última película de Sofia Coppola es la última entrega de una saga fuga que pudiera comenzar con Brecht, continuó con el Godard de À bout de souffle, y tomó su forma actual con la Nancy / Nan Goldin de The Ballad of Sexual Dependency.
Nan Goldin tomó el título de su legendaria obra de una de las grandes baladas de La ópera de los tres centavos, de Brecht / Kurt Weill, Die Moritat von Mackie Messe y Ballade von der sexuellen Hörigkeit.
Spring Breakers de Harmony Korine ya cuenta la deriva de una banda de adolescentes californianos, sin el aliento épico de los seres errantes en la ciudad de Brecht / Kurt Weill pero coqueteando con la ensangrentada deriva criminal del personaje de Godard.
Los jóvenes de The Bling Ring de Sofía Coppola han caído más bajo: el sexo, la droga y el robo de las mansiones de gente con la que podrán coincidir en una cárcel, una prisión, culpables de los mismos o semejantes delitos, apenas permiten amueblar el tedio, chutarse delante de un espejo, donde se copula para matar el rato o ganar alguna calderilla con la que comprar la basura más cara y atractiva, bragas de colores chillones de marcas famosas, ropa para desnudarse en sociedad, bisutería de lujo con la que seducir a los seguidores y amigos de una cuenta de facebook, a quienes se distrae mostrando las fotografías de una copulación entre amigos ebrios de coca, o la venta tirada de las joyas robadas en la mansión de una famosa de prostíbulos de lujo y clubs de alterne para drogatas y futbolistas.
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Boulevarddel’Hopital, 17 septiembre 2011. Fotos JPQ.
- Cine y Fotografía en este Infierno.
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