La crisis del Estado nación atiza nuevas crisis.
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En nuestro caso, se trata de viejas crisis.
Uno de mis más legendarios antepasados, Antonete Gálvez, fue algo así como el líder militar del cantón de Cartagena. No es un secreto que los cantonales escribieron al presidente de los USA diciéndole, más o menos… “Hemos roto con la tiranía centralista del gobierno de Madrid. Pedimos el ingreso en la Unión” (la Unión de los USA, claro). El jefe del gobierno español (¿Pi i Maragall?) consideró intolerable la sublevación independentista cartagenera, y envió un cuerpo de ejército a “poner orden”. El tal cuerpo de ejército ¡se perdió! a la altura de Chinchilla (la del legendario penal, en la estepa albacetense). Cuando la tropa de orden consiguió llegar a las sierras murcianas (más allá de Yecla), mi lejano pariente (Antonete Galvez) había encontrado cobijo en casa de una novieta simpática. Quiero recordar que no lo cogieron, nunca. Un respeto, oigan: si la historia la hubiese filmado John Huston… Sender escribió sobre la cosa una maravillosa novela, Mr Witt en el Cantón, de imprescindible lectura. A Sender le pasaba como a mí: tenía una debilidad particular por las locuras cartageneras, que eran locuras de muy señor mío.
Con el tiempo, el alcalde de una pequeña ciudad catalana que conozco razonablemente bien, decidió escribir al presidente del Parlamento Europeo (quizá hubiese sido más razonable -¿?- escribir al presidente Bush, que todavía creía en la instauración de la democracia, en Oriente Medio, a través del envío de cuerpos de ejército), anunciándole que el pueblo de Arenys de Munt había decidido independizarse de España e ingresar en la UE, Independencia, Arenys, Cataluña, España y otras locuras invertebradas.
El número de independentistas catalanes ha crecido considerablemente desde que el pueblo de Arenys de Munt se alzó contra el centralismo madrileño.
Otro tanto ocurre en Euskadi. Ayer mismo, el pueblo de Igeldo decidió anunciar su ruptura con España y con San Sebastián: Igeldo vota en masa (72,1%) y pide su desanexión (61% contra 36%), Gara, 11 noviembre 2012.
¿Qué decir..? Lo esencial sobre las raíces últimas de tales conflictos -menos peregrinos de lo que pudiera pensarse- está contado en mi libro De la inexistencia de España.
Trataré de las nuevas “perspectivas” de los nuevos rostros de los mismos problemas en un nuevo volumen de mi serie España, una temporada en el Infierno.
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