Sueño, JAM. O/t, 64 x 33 cm. 2012. Foto JPQ, 30 octubre 2013.
¿Por qué?
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Porque nos ayuda a preservar, restaurar y reconstruir el fundamento último de nuestra identidad moral.
En la introducción de sus Seven Pillars of Wisdom, Lawrence afirma que hay dos tipos de hombres: aquellos que al despertar creen que sus sueños fueron ilusión; y aquellos que sueñan despiertos. Estos últimos, dice Lawrence, son los más peligrosos, porque ellos están dispuestos a jugarse la vida por hacer realidad sus sueños.
Toda la obra de Juan Antonio Mañas que he podido conocer -y que ahora se presenta parcialmente en Madrid, “Ragul orto edsed”, Espaciovalverde– parte de esa urgencia fundacional: intentar preservar, restaurar y reconstruir los seres y cosas del espíritu que contribuyeron a forjar su identidad. Seres y cosas del espíritu, mucho más sólidos e indestructibles que las cosas materiales que nacen, crecen y mueren.
Jünger afirmaba que la gran tarea del escritor del siglo XXI debería ser la repoblación espiritual del mundo, amenazado por la desertización moral. A su manera, como muchos de los protagonistas de sus obras, Mañas recuerda, busca, encuentra y reconstruye cosas y seres del espíritu que vienen de la literatura (héroes de novelas y cuentos), el cine (iluminaciones y personajes del cine negro, entre muchos otros) y la historia general del arte (retomando figuraciones y perspectivas que vienen de las tradiciones figurativas proscritas por la historiografía de las difuntas vanguardias), para devolverles su sentido y destino original: misterios que nos permiten iluminar la realidad de nuestros sueños; que no son ilusiones, si no materiales indispensables para la construcción de un mundo nuevo, más limpio, más bello y más justo.
- Arte en este Infierno.
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Barcelona, Avda. República Argentina, Vicenç Ferran, Juan Antonio Mañas y Brigitte Szenczi, 30 octubre 2013 Foto JPQ.
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