Trierweiler / Rastignac comprendió demasiado tarde que Rastignac / Hollande era alguien mucho más sutil y temible que un ambicioso sin escrúpulos.
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LA PAREJA NEGOCIA UN COMUNICADO QUE ELLA NO FIRMA
François Hollande rompió de manera “unilateral” con Valérie Trierweiler y confirmó personalmente la noticia, tras dos semanas de vodevil de Estado, con la precisión brutal de una operación de cirugía amorosa, sin anestesia, ante la mirada atónita de millones de espectadores, que descubrieron a última hora del sábado el escueto comunicado dirigido a la agencia France-Press: “Hago saber que he puesto fin a mi vida en común con Valérie Trierweiler”.
Según las legendarias Memorias de Saint-Simon, que fue embajador de Francia en Madrid, Luis XIV era ligeramente más prolijo y delicado “comentando” el principio o el fin de sus relaciones amorosas.
Hasta el fin, tras las revelaciones del semanario Closer, publicando las fotografías que revelaban las relaciones amorosas de Hollande con una actriz de 41 años, Julie Gayet, Trierweiler estuvo dispuesta a “comprender” y “perdorar”. Tras unos días de reposo en un hospital, una semana corta en la Lanterne, pabellón de caza o residencia de “recreo” del jefe del Estado -desde Luis XV-, la pareja celebró una “comida de trabajo”, donde “negociaron” el ritmo y las modalidades de la separación.
DEL ELÍSEO A UN APARTAMENTO DE ALQUILER
Trierweiler “exigió” poder realizar un viaje a la India, donde participará, en Bombay, en una cena de gala -ofrecida en su honor- de “carácter humanitario”. Hollande aceptó: pero el viaje lo haría “a título privado, no como primera dama de Francia”. El viaje será pagado por los “empresarios filantrópicos” que desean ayudar a la organización no gubernamental Acción contra el hambre.
Sentado ese principio, Trierweiler abandonó la Lanterne la tarde del sábado, para instalarse en un apartamento de 120 metros cuadrados, en el distrito XV de París. Sus “colaboradores” -un equipo de seis personas consagradas a su “comunicación” y “actividades personales”- deberán abandonar rápidamente en el Elíseo, para cobrar el subsidio de desempleo al que puedan tener derecho.
De vuelta de su viaje a la India, miércoles o jueves, Trierweiler residirá provisionalmente en el apartamento de alquiler en el que ha vivido con Hollande durante los últimos cinco años. El presidente, por su parte, continúa su trabajo diplomático “normal”. Este lunes, viaje a Turquía. El próximo día 11 de febrero, viaje a Washington, donde se presentará como presidente “soltero”.
“UNA PAREJA, DOS LIBERTADES”
Julie Gayet, la actriz con la que Hollande ha tenido relaciones amorosas durante los últimos doce o quince meses, ha recibido la consigna de una “discreción” absoluta. Sus consejeros políticos aconsejan al jefe del Estado un periodo de “calma y reposo”, antes de volver a la normalidad de un presidente soltero, con vida nocturna en moto.
Está por ver como influirá el vodevil amoroso en la cota de credibilidad de Hollande, convertido desde hace meses en el presidente más impopular de la V República.
Según los sondeos del últimos trimestre, entre un 60 y un 70 por ciento de los franceses tenían mala o muy mala opinión de Valérie Trieweiler. El desenlace final de sus relaciones amorosas con el presidente Hollande la convierte en víctima de un vodevil pasablemente shakesperiano: dos ambiciosos unidos en el lecho, separados por la ambición.
Cuando su relación con Ségolène Royal, la madre de sus cuatro hijos, comenzó a deteriorarse, Hollande definió de este modo su concepción de las relaciones amorosas: “Una pareja, dos libertades”. Esa concepción le permitió romper con Ségolène -con la que había convivido durante treinta años, sin pensar nunca en el matrimonio- y entrar en el lecho de Trierweiler sin ningún “problema”. Y descubrir el lecho de Julie Gayet a los pocos meses de su instalación en el Elíseo, acompañado de Valérie.
Se trata, sin duda, de cuestiones íntimas, “personales”. ¿Cómo afectan las cuestiones “personales” a la vida pública de un Estado? Antes del estallido del escándalo, Hollande apenas contaba con un 20 o un 22 por ciento de opiniones positivas. El presidente espera continuar como si tal cosa una presidencial “normal”. Quizá se equivoque muy profundamente.
TRIERWEILER, SIN TRABAJO NI PROPIEDADES PERSONALES
Hollande deja a Trierweiler en una situación económica muy precaria: la ex del jefe del Estado no tiene trabajo, hace años que no tiene propiedades personales, lo dejó todo por un ambicioso candidato a la presidencia de la República que comenzó a traicionarla apenas instalados ambos en el Elíseo.
Trierweiler pudo continuar escribiendo dos colaboraciones mensuales en el semanario Paris Match, pagadas durante un tiempo con un salario que causó cierta consternación en la revista donde continúa trabajando su ex y padre de sus tres hijos. Será difícil pasar de primera dama a periodista de rompe y rasga.
LA VENTA DE SUS “RECUERDOS” PUEDE DARLE MUCHO DINERO
Despojada con cierta brutalidad del título oficioso de primera dama, Trierweiler no tiene trabajo ni residencia propia. Comparte con su segundo marido -del que se divorció para entrarse a Hollande- la propiedad de un piso en las afueras de París. El piso en el que ha vivido con Hollande, durante unos años, en el distrito XV París es un apartamento de alquiler, que la pareja pagó “a medias” durante un tiempo. No está claro quién pagará el piso a partir de los próximos meses.
En el terreno fiscal, la pareja Hollande – Trierweiler pudo acogerse a la condición de “concubinos notorios”, y han hecho en una o dos ocasiones una declaración de la renta común. Separada de Hollande, deberá justificar por su cuenta sus ingresos y situación fiscal.
Varios editores le han propuesto la redacción de uno o varios libros consagrados a contar su aventura personal en el Elíseo. Proyecto que pudiera restaurar su economía personal con unos anticipos sustanciales.
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ABC, 26 enero 2014.
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